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Minho se levantó más temprano de lo normal, se bañó, vistió y desayunó para luego salir de su casa a paso rápido, no había visto el clima en la televisión por lo que cuando iba caminando notó que estaba por llover. Cambió de ruta en su intersección del instituto. Llegó al frontis de la casa humilde, tocó el timbre.

- Buenos días - habló una señora

-Buenos días ¿Está Jisung? -la señora lo miró con extrañeza

-Soy un compañero -añadió

- Veré si está listo -iba a cerrar la puerta, pero volvió a abrirla haciendo pasar al chico - Toma
asiento

Minho se quedó de pié esperando, la verdad le era incómodo acomodarse en una casa ajena. La
señora volvió negando levemente y con una sonrisa.

- Ve a levantarlo tú, seguro que a ti te hará más caso

- No creo que sea correcto, señora -hizo una mueca con su boca

-No te preocupes, ve.
La mujer lo tomó del brazo y lo empujó hasta el pasillo, señaló la puerta y se fue a lo que parecía la
cocina. Se quedó de pié en la puerta y tocó tres veces. No escuchó nada. Abrió la puerta lentamente dejando ver el perfecto orden de la habitación, los adornos no excesivos y el gusto por la ciencia y por la cocina. Llevó su vista a la cama viendo a Jisung sentando al borde rascando su cuello con los ojos
cerrados, llevaba puestos sólo su bóxer.
El moreno se quedó admirando al chico mientras seguía en su trance de querer despertar. Tragó saliva
al ver algunos rasguños y moretones en sus brazos y piernas. Su vista recorrio todo el cuerpo de este hasta encontrarse con la mirada sorprendida del mismo.

El chico se cubrió rápido, al parecer buscaba sus gafas. Gruñó al no encontrarlas, era obvio, se las habían roto el día anterior.

- Lo siento, te espero afuera-minho salió -cerrando la puerta avergonzado.
No pasó mucho cuando el chico salió de la habitación con la cabeza baja, al parecer sonrojado
por lo ocurrido.

- Jisung yo... -dio un suspiro

- No te preocupes, yo no atendí a la puerta antes -se encogio de hombros.

- N-no, no es eso. Es por que...

- Jisung no me habías presentado antes a tu guapo - salió la señora

- No pensé que vendría, la verdad

- ¿Se irán juntos? -miró a ambos

- Yo, bueno- jisung se enredaba se enredaba - Es que...

- Sí, señora -asintió minho

- Excelente, vengan a desayunar primero

Minho no se pudo negar. Desayunaron juntos, la señora preguntaba cosas que minho respondía amablemente ahí se enteró que no era la madre sino
la tía, jisung guardaba silencio.

Se despidieron y salieron de la casa. Jisung no llevaba ningún libro en sus manos, incluso su
mochila iba más vacía. Quiso hablar con él, pero se sentía realmente nervioso y no quería asustarlo.

- Te ves bien sin gafas-comentó rascando con uno de sus dedos su cien

- Gracias-sonrió débilmente- Pero no veo bien sin ellas

- ¿Las debes hacer otra vez?-quería conversar

- Sí, pero son muy costosas. No tengo dinero para eso

Hubo silencio.

Lo dejó en su salón y pudo escuchar un bajo gracias.
Jisung no tenía amigos, desde que era pequeño su única amiga había sido su tía, era a la única que tenía. Siempre se sentía solo, rechazado, débil frente al mundo. Él amaba la cocina, en su clase era el único varón inscrito por lo que recibía burlas. Pese a ser el
mejor de todas las clases, seguía sintiéndose inferior frente a todos los que estaban contra de él. Su tía
nunca se enteraba de las golpizas, burlas, insultos que recibía.

Jisung lloraba todas las noches, se aferraba a la idea de salir del instituto y marcharse de la ciudad para olvidar todo lo que le habían, han y harían los chicos del instituto.
Minho había sido el único que se acercó sin insultarlo, sin denigrarlo, sin humillarlo, sin
denostarlo. Se acercó para ayudarlo.

Minho debió dar explicaciones por haber salido de clases repentinamente, le dieron días de
detención a partir del mismo día. Aprovecharía de estudiar para los exámenes que se venían, el día no
estaba muy cálido para que fuera molesto estudiar. Terminando sus clases se fue directo al salón donde estaban todos los chicos que tenían mala conducta,
Minho no debía estar allí pero tampoco debió haber salido así de clases Estudió lo que más pudo, hasta que dio la hora de poder irse. Era tarde, o al menos el cielo estaba demasiado oscuro a causa de la lluvia que caía a esas
horas. Cuando salió del recinto vio a Jisung bajo un árbol completamente mojado.

- Jisung ¿qué pasó?- el menor lo miró con ojos vidriosos

- Me... Me...-negó-

- V-vamos
Minho en definitiva no sabía cómo actuar. Por lo que simplemente se quitó la chaqueta que llevaba y la puso sobre los hombros del menor, que la agarró
fuerte para que no cayera. En la intersección que se separaban, Jisung se iba a despedir pero Minho lo tomó de la mano para que se apurara en llegar a
casa.

- No quiero que te enfermes, vas a cambiarte de ropa y te acostarás bueno?-habló minho ni él
sabía qué estaba haciendo o diciendo.

- Está bien -el menor iba avanzando como podía intentando seguir los pasos rápidos del mayor

- Nos vemos mañana-soltó su mano nervioso e hizo una reverencia al verse frente la casa del menor.

- Emh cuídate
Salió casi corriendo. Apretó sus ojos con fuerza mientras corría, no quiso mirar atrás. Otra vez no le pudo decir nada inteligente. Se encerró en el cuarto de baño, se dio una ducha para relajarse y poder entrar en calor. Se metió a la cama pensando nuevamente en qué podría hablar con el chico sin
incomodarlo, y qué era lo que pasaba por su cabeza, Ese chico era un enigma, era un misterio el hecho que fuese tan callado, tan retraído, su forma de ser era especial, quería saber más y más de él. El porqué de las burlas y los malos tratos que recibía.

La libreta, se dio una bofetada mental. Otra vez la
había olvidado. Seguía en su mochila, quería seguir leyéndola ¿qué tendría? Necesitaba leerla para saber del chico que interrumpió su calma mental. ¿quién lo sabría? Nadie seguramente, pero existía la
posibilidad que el chico se diera cuenta y se cerrara otra vez en su coraza de no querer estar con nadie.

Speech [MINSUNG] Stray kidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora