- Brooklyn atrapa esas magdalenas.
¿Qué? ¿Acaso esto va enserio? ¿esta mujer no sabe quien soy yo?, soy una de las chicas más populares de mi instituto, la capitana de un equipo de natación ganador de varios prestigiosos premios, y una adolescente que debe pasarse horas arreglándose; y aquí estoy, la nadadora prestigiosa Brooks Fieldmand en pleno sábado por la mañana haciendo la compra con su madre.
- Mamá no puedes hacerme esto, tengo obligaciones, ¿vale?- refunfuño arrastrando el carrito pesadamente.
- Y hacer la compra es una de ellas querida- me sonríe radiante. La fulmino con la mirada.
No sabría decir si lo que estuvo "haciendo" durante toda la noche tiene algo que ver con su tan gran humor, que por cierto resulta exasperante. Hoy se ha levantado con toda la energía del mundo y solo por ese hecho se cree que puede arrastrarme con ella.
Cuando terminamos con el maletero lleno al fin decide por la gracia del señor llevarnos a casa.
- Mamá, ¿vamos a hablar sobre lo que sucedió anoche?... ¿mamá?, ¿acaso me estás ignorando? ¡mamá!- ni caso, continúa tarareando la música que suena en la radio. No podrá evitar por siempre el tema, pero hoy lo dejo pasar porque tengo cosas más urgentes en las que pensar, sin embargo, no puedo impedirme saber:
- Al menos dime si cuando volvamos tu invitado seguirá ahí... no tengo un protocolo de cómo comportarme con los ligues de mi madre.
Consigo lo que quería, una reacción por su parte. Se atraganta con la bebida isotónica que estaba ingiriendo y me mira mal.
- Te estás metiendo en un terreno peligroso señorita, y aunque no es de tu incumbencia te diré que no, no te lo volverás a encontrar. Y ahora no se habla más del tema, ¿entendido?.
Asiento perezosamente.
Me paso el resto de la tarde revisando mis redes sociales, ya lo tengo todo preparado y en una hora solo tengo que ducharme y comenzar el proceso cara-cabello.
Todos comentan lo mismo. Una chica en Snapchat grababa cómo desgraciadamente se le había desgarrado el vestido al meterlo en el coche. A eso se le llama ser gafe de la hostia.
Otros en sus Insta Stories mostraban lo guapos que se estaban poniendo. En salones de belleza, peluquerías..., solos, con amigos, con sus parejas. Todo parece ser tan perfecto como lo habíamos pensado.
Estoy tan emocionada, esto siempre ha sido lo que he deseado. Cuando era tan insegura solo quería destacar, y aquí estoy... iendo al baile, con la persona adecuada... o no, pero tiene que serlo.
Una amiga de mi madre, que es estilista de celebridades, se ha ofrecido a hacerme el maquillaje, a ella le encantan estas cosas.
Después de que Thania, (así se llama la estilista), haga magia con mi cara, pintándome con el pintalabios mate más rojo y vivo que jamás hubiese visto, depilándome simétricamente las cejas, haciéndome rayas perfectamente alineadas y difuminando el tono de base perfecta, (y ahora me haga parecer Gigi Hadid), me ayuda a ponerme el vestido. Es precioso, tiene un cuello estrecho en forma de arco con pequeñas piedrecitas color miel incrustadas que se asemejan a un collar pegado al cuello del vestido, la espalda está totalmente abierta, las mangas son largas y transparentadas, con finas líneas de oro cubriendo algunas zonas de la tela, y el vestido también, que casi me tapa la mitad de los tacones; tiene una elegante cola por detrás de unos diez centímetros y es de distintos tonos de color dorado, nunca he visto nada igual. Hermoso.
Me miro en el espejo de cuerpo entero, estoy alucinante. Y mi nuevo peinado lo único que hace es hacerme parecer mucho más agraciada todavía. Me ajusto mi brazalete en la muñeca y me quedo observando a la tímida princesita que me saluda en el reflejo del espejo.
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Un Reto Por Una Apuesta
Teen FictionCuando Connor Brison "el mujeriego" por primera vez en su vida se ve rechazado varias veces por una chica, su reputación recae . Cuando Brooks Fieldman "la perfeccionista" le dice que no al chico que junto a ella ocupa el mejor puesto de popularidad...