Capítulo 5

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- Shh, ya está todo bien Rob - abrazó al pequeño alfa contra su pecho, intentando consolarlo para que su llanto cesara - Siento haberte asustado, pequeño.

- ¡Te desmayaste! - exclamó sorbiendo por su nariz y mirándolo con un adorable puchero - ¡Me asusté mucho Ame!

El omega se obligó a esconder su sonrisa ante los lloriqueos de Rob. Era la primera vez que lo veía comportarse como un niño de su edad y no como el adulto que intentaba imitar. Lo cierto era que estaba empezando a adorar a ese pequeño alfa, como si fuera su propio hermano menor.

- Ohh bebé, perdóname - besó su frente - yo solo me vi abrumado cuando dijiste que podría ser despedido. ¿Sabes? Realmente necesito este trabajo y además me encanta cuidar de ti; no sé qué haría si me despidieran.

- No me llames bebé, no soy un bebé - murmuró indignado pero de una forma demasiado tierna.

- Oh, pero para mí eres un bebé, igual que Yuu y todos mis hermanos menores lo son - sopló su nariz y le sonrió - Pero entiendes lo que te digo, ¿cariño? Solo me asusté y abrumé un poco - Rob asintió, limpiándose la cara con una mano y separándose de Ame para sonreírle.

- Conseguiré que papa no te despida, te lo prometo. Le diré que eres el único niñero que quiero y que haré que todos los otros dimitan - levantó su mano, enseñándole el dedo meñique - ¿por la garrita?

Esta vez el omega no pudo evitar soltar una pequeña risa, asintiendo enseguida y agarrando el meñique del pequeño son el suyo, sacudiéndolos un par de veces.

- Por la garrita.

- Y ahora olvida mi momento de debilidad - soltó de pronto el menor, colocándose bien la camisa del uniforme de la escuela como si de un traje se tratara - Soy un alfa, soy un tipo duro.

Solo le faltó golpear su pecho con su puño, pensó Ame tratando de contener una carcajada.

- Ha sido demasiado adorable como para olvidarlo, bebé - lo pinchó.

- Mira que como sigas así le digo a papa que te despida - intentó amenazarlo. Pero eso era imposible con su adorable puchero.

- Apuesto que lo harás - le concedió, asintiendo rápidamente a la vez que lo cogía por las piernas y lo cargaba como a un saco de patatas en su espalda para empezar a subir las escaleras hacia la habitación del niño - Ahora - empezó, lanzándose junto a Rob sobre la cama de este - préstame algún jersey tuyo porque en cualquier momento moriré de frío.

***

Tanto Rob como Ame pegaron un bote cuando las puertas del ascensor que daban al apartamento se abrieron sin previo aviso, dando paso a Cole Ashwood. Enseguida el niño se levantó de donde estaba, olvidando por completo sus deberes, y corrió hasta su padre para pararse enfrente de él y dedicarle una sonrisa radiante. El alfa mayor suavizó su mirada, agachándose a la altura de su hijo para besarle la frente y preguntarle cómo le había ido el día.

Enseguida Rob saltó entusiasmado por el interés de su padre, empezando a relatarle sin saltarse ningún detalle todo lo que había hecho, des de que se había levantado hasta ese preciso instante. Sin omitir la llamada de su madre ni el desmayo que Ame tuvo al descubrir su probable futuro. El omega se apresuró en ese momento de correr a la cocina para "controlar" que la lasaña que estaba preparando para la cena no se quemara, aunque lo que en realidad quería era huir de la mirada que seguramente recibiría de su jefe por desmayarse enfrente de su hijo.

Tragó saliva con dureza y miró al temporizador de su móvil, deseando que la comida estuviera hecha para poder huir de allí y ahorrarse cualquiera de los insensibles comentarios que le daba su jefe cuando no estaban follando.

Pedazos de un alma de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora