Maratón 6/10

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La denuncia fue puesta, las pruebas recolectadas; Yaoyorozu se encargó personalmente de ello. Fue asignado un juez, la fecha también fue puesta, dentro de dos semanas.

Toshinori, Ochaco y Kirishima fueron llamados a declarar por el incidente con Bakugo en la librería.

Los tres trataron de contactarse con Midoriya sin éxito, Momo decidió tenerlo aislado en el otro departamento de Todoroki. No quería que el joven tuviera mucho contacto humano hasta tener el resultado de los análisis.

La madre de Izuku, Midoriya Inko, estuvo muy conmocionada cuando se le fue avisada de las últimas penurias de su único hijo.

Debido a que en su trabajo no le concedieron el permiso laboral, no pudo ir a visitar al menor de los Midoriya aún así declaró con un oficial asignado.

Los días transcurrieron lentamente para Izuku, quien se mantuvo reacio a todos en todo momento.

Los síntomas de embarazo no cesaron, mas el chico no reparó en ello.

Para Shoto, solo era un alma rota que a su parecer, no quería seguir viviendo.

Las noches en las que lo encontró en el baño, llorando y con un puñado de pastillas a punto de ser ingeridas no le demostraban la alegría de estar vivo.

Sin duda, aquel chico se parecía a su madre.

En su infancia y adultez, Shoto nunca supo esconder bien el botiquín.

En las tardes venía Momo a hacer compañía al pecoso, Todoroki tenía prohibido exaltarlo así que solo se acercaba para dejarle los enseres que necesite, los cuales eran devueltos intactos.

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La tarde ha caído, el sol se pintó de un naranja claro haciendo que la habitación se torne de ese color.

En la cama deshecha yacía un joven de cabello verde con signos de depresión y con la mirada perdida, las lágrimas habían cesado pero se notaba que habían caído por sus mejillas con anterioridad; a su lado, la joven Yaoyorozu acariciaba su cabello de forma maternal también con la mirada perdida.

—Duele, duele mucho.

La joven de cabello negro baja su vista al chico al oírlo murmurar.

—Duele saber que la persona a la que más amaste en la vida, en realidad nunca te quiso. Kacchan jamás me quiso.

Intrigada, la joven cuestionó:

—¿Por qué afirmas eso?

—Era obvio, ¿no? Nuestra relación era unilateral, no me dolió el que me haya golpeado, me dolió lo que me dijo. Dejó muy claro el hecho de que jamás signifique nada para él cuando por años siempre fue el amor de mi vida.

La chica dirigió sus caricias a la zona de la oreja, logrando tranquilizar al pecoso.

—No fue tu culpa, Izuku. —la calidez en su voz es maternal.

—Lo fue, fui ciego —la conversación a susurros lo pone más triste— debí notarlo con su falta de afecto, su frialdad o el hecho de que no me dejara salir si no es con él. Me privó de ver a mi madre; eso no era protección, era control obsesivo.

—Pero estás libre ahora, ¿o no? Izuku, pasa la página, en pocos días rendirá cuentas ante la justicia y pagará todo el daño que te hizo. Deja de pensar en él, piensa en ti.

La mirada verdosa se posó en ella. Con total satisfacción, Momo vió como esos opacos ojitos cobraban vida.

>.<

Estará demás pedir disculpas sabiendo que lo diría de todos modos.

Las tareas y evaluaciones parciales tomas tiempo.

;-;

Espero que el lunes pueda publicar la siguiente parte >u<

No Es Mi Hijo  MpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora