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Izuku hace un sobre esfuerzo para que el embarazo se torne tranquilo sin verse afectado por secuelas de abuso, sin embargo, pesadillas constantes, temor y leves casos de pánico a estado presentando a partir del segundo trimestre de embarazo. Llora cuando en una ecografía, la doctora le dice que espera un varoncito.

Inko ha estado al pendiente de Izuku, cuidando de él en todo momento con ocasionales visitas de Shouto por ser el vecino, siempre dejándolos solos cuando el semi albino llega con pequeños regalos para bebé. La señora no es tonta, sabe que significan las miradas del heterocromático insistiendo en tener charlas serias con Izuku por las noches.

La pancita está grande, siete meses tiene el feto al que le gusta patear en las madrugadas al pecoso quitándole valiosas horas de sueño, generando leves ojeras llegado la mañana; al sentarse en un parque cercano por las tardes le dio la oportunidad de encontrarse con los padres de Katsuki, la señora Mitsuki tuvo miedo de acercarse a Izuku, pero la valentía del joven al brindarles una hermosa sonrisa, animó a la pareja a conversar con el peli verde sobre el futuro bebé.

Mitsuki y Masaru piden perdón con una leve reverencia por los daños causados por su hijo y le agradecen a Izuku por no haber abortado al bebé cuando tuvo la oportunidad convirtiéndolos en abuelos.

De Katsuki no se supo nada en mucho tiempo.

Un pequeño bebé al que Izuku decidió llamar Yuu es el que llora en sus brazos buscando el pezón de la madre. Mitsuki tiene sentimientos encontrados por lo parecido que es con su hijo, pensando en la reacción de Katsuki cuando conozca al niño.

Mientras Izuku cocina con Inko, Mitsuki saca una foto al bebé de seis semanas de nacido, al retornar a casa, imprime la imagen para dejárselo a Katsuki en la siguiente fecha de visita.

La reacción de Katsuki al ver la fotografía adjunto a la comida nunca se supo, dejándolo abierto a la imaginación.

Cabello rubio cenizo rizado, ojitos carmesíes, pequitas y una dulce sonrisita son las características del pequeño Yuu.

Al segundo mes del niño, cheques sin falta han estado llegando cada treinta días. Es la pensión que todo padre debe otorgar por hijo, el dinero es invertido sabiamente, gastando lo necesario en las necesidades de Yuu guardando conscientemente el restante en una cuenta bancaria creado para el futuro del niño.

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El atardecer en una plaza no tiene una excelente vista, pero Izuku prefiere sentarse en el lugar viendo a otros niños jugar en los recreativos. Shouto pasa por allí y se sienta a su lado sin preguntar, la confianza que se tienen le permite eso.

La conversación fluye, llegando inevitablemente al tema primordial de Shouto: hacer que Izuku acepte sus sentimientos.

—Conoces mi respuesta —suspira el peli verde— mis prioridades son otras, ya sabes, Yuu.

—Te acepto con él, permíteme ser el padre que él necesita, no puedes ser padre y madre para un niño.

—Tienes razón, no puedo ser padre y madre para Yuu. Una madre brinda el amor y cariño que todo niño debe tener mientras que un padre enseña la seguridad y la valoración propia. Mismo valor propio que no tuve al solo ser criado por mi madre lo cual me llevó a depender de Katsuki y no ser capaz de ponerle un alto cuando debí. Es por eso que solo seré su madre y —la mirada de Izuku se dirige hacia adelante mientras sonríe y se pone de pie— dejaré que Katsuki siga cumpliendo el papel que tiene con él.

A varios metros de ellos, Katsuki con una pequeña mochila infantil colgando de su hombro caminando con Yuu de tres años a su lado se para a una distancia prudente, poniendo la mochila en los hombros del niño y poniendo un papel doblado en el bolsillo, deja que corra hasta Izuku quien lo carga y llena de besos tomando el papel doblado notando que es el cheque que corresponde al mes.

—Sin falta.

—¿Por qué Yuu estaba con ese sujeto? No deberías dejar que lo vea —gruñe Shouto viendo como Katsuki voltea retirándose del lugar una vez que Izuku está con el infante.

—Lo que haya hecho en el pasado ya no importa ahora, es su padre y debe hacerse responsable, ya sabes, responsabilidad compartida. Que sepa lo que es cambiar pañales, limpiar desastres y luchar por poner zapatos. No dejaré que Yuu pague los platos rotos, él está en su derecho de conocer a su padre y no voy a negárselo. No dejaré que el crezca con la necesidad de una figura paterna como yo.

Tomando al niño de la mano, ambos se despiden de Shouto con una leve sacudida de mano alejándose del lugar mientras Yuu le cuenta a Izuku lo que hizo con su papá por su cumpleaños.



Fin





Ninguna pareja oficial, mi intención era dejarlo así desde un principio.

Quiero agradecer a todas las personas que se han tomado el tiempo de leer este fic, se los agradezco demasiado.

No Es Mi Hijo  MpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora