Maratón 9/10

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El pequeño reloj digital anunciaba las dos de la mañana, aparentemente había dormido nueve horas. Eso era demasiado para una persona.

"...estás embarazado"

Cierto.

Las palabras de Momo resonaron en la cabeza del peliverde. No reaccionó como lo esperaba, su corazón solo dio un vuelco, pero después no sintió nada, absolutamente nada. Quizás su cerebro se hartó de tantas emociones fuertes que desconectó sus emociones de su raciocinio.

Las preguntas inundaron su cabeza, pero no estaba dispuesto a asfixiarse en lamentos, lloró por el daño de Bakugo, ya sufrió, ¿por qué debería seguir afligiéndose con esas mismas cosas?

Su cerebro tenía razón, a pesar del dolor que había atravesado su cerebro pensaba con sagacidad, sin embrago su corazón no decía lo mismo, su órgano vital estaba emocionalmente destruido.

Izuku no quería seguir echado de modo que se sentó en el borde de la cama sin ver nada, la oscuridad no lo dejaba.

Mentiría si dijese que no tuvo pensamientos suicidas, que en un mar de lágrimas no pensó en acabar con su vida, y es que deben entenderlo. La situación de Izuku no es nada fácil.

Ahora que espera a un nuevo ser, las cosas empeoran. Pensar que es hijo de su agresor genera un sentimiento de repudio.

Izuku se dejó llevar por el odio y la autodestrucción.

Quiso abortar. No, aun peor.

No quiso vivir, quiso ser egoísta y acabar con su sufrimiento.

Izuku se rindió.

En medio de un nuevo llanto a mitad de la madrugada, Midoriya Izuku escuchó la suave risa de un bebé. Su cerebro trataba desesperadamente de salvarlo.

Volvió a llorar, lloró porque era un cobarde.

¿Por qué debía negarle la vida a un pequeño ser si a él nadie le había negado la vida?

En su corazón se instaló un nuevo sentimiento: la culpa.

—Perdón bebé, lo siento. —en medio de sollozos, pidió perdón a su vientre hasta que la deshidratación lo hizo caer en un nuevo sueño.

‖‖

La mañana se hizo presente y Shouto empezó con el desayuno para Izuku, si el pecoso no se cuida como debe, podría estar con amenaza de aborto involuntario.

El heterocromático entró a la habitación del peliverde y lo encontró de pie mirando por la ventana hacia el cielo.

Se notaba pensativo por lo que no quiso interrumpirlo, solo dejó la bandeja a su lado y se retiró.

Izuku agradeció internamente ese gesto, ya había llegado a una decisión.

‖‖

El día del juicio llegó, finalmente Inko pudo ver a su hijo un día antes, pidiendo perdón en lágrimas y lamentando todo el calvario por el que pasó su retoño.

La mujer solo pudo dale ánimos a su descendiente, diciéndole que respetaría la decisión que tomase respecto al bebé, el juzgado autorizó una interrupción al embarazo ya que este era producto de abuso sexual. Dependía de Izuku si lo aceptaba o no.

Durante esos días, los padres del rubio fueron bien informados de los daños cometidos por su hijo, a Mitsuki le costó asimilarlo, pero se puso en el lugar de Izuku y comprendió que por mucho que amase a su hijo, no debía socapar las acciones de este, por su parte Bakugo se mantuvo reacio a cooperar, no le informaron que había dejado con herencia a su ex cónyuge. Con la abominable actitud que había adquirido se exponía a sí mismo como el agresor de Izuku.

La hora del proceso fue programada para las dos de la tarde, ya con las respectivas declaraciones necesarias y las pruebas, el juez dictaría un veredicto y en caso de una apelación tendría que reducirse todo a un concilio por ambas partes.

Las heridas en Izuku habían sanado en gran parte, los risibles hematomas ya no eran tan notorios en gran parte de su piel.

Momo, Inko, Shouto e Izuku fueron escoltados por oficiales de policía al juzgado, llegaron minutos antes de modo que pudieron ver a otros policías escoltando a Bakugo esposado, detrás de él venía su abogado y sus padres, Mitsuki al ver desde lejos a los peliverdes ocultó su rostro con gafas oscuras, totalmente avergonzada del hijo que había criado, este al ver al pecoso trató de zafarse de los policías con intención de correr hacia el peliverde en actitud prepotente mas no se lo permitieron, quiso gritar furioso pero una Mitsuki también enojada y herida lo doblegó a golpes.

Finalmente, el juicio comenzó, el juez escuchó los alegatos de los abogados y la fiscalía, observó las pruebas y auscultó los testimonios; a petición de Izuku no se mencionó el embarazo.

El veredicto final fue cinco años de prisión o salir bajo fianza con la suma de diez mil dólares. Izuku se angustió, esa cifra era fácil de conseguir para los padres del rubio.

No contento con su derrota, el abogado de Bakugo apeló al fallo, levantando falsas acusaciones contra el pecoso y no solo eso, sino que solicitó inmediatamente una contra demanda.

Ante las nuevas declaraciones, el juez ordenó veinte minutos de descanso para luego dar una decisión definitiva.

Bakugo fue escoltado a un pasillo desolado donde estuvo sentado bajo el cuidado de dos oficiales; Izuku lo vio y se dirigió hacia él.

Esta acción fue notada por Shouto, Inko, Momo y Toshinori quien recientemente había podido ver al peliverde y brindarle su apoyo.

Los cuatro trataron de detenerlo, pero Izuku con una voz calmada les indicó que debía hablar con él.

De ese modo, haciendo la misma petición a los escoltas de Bakugo fue que pudo pararse delante del rubio con una seriedad jamás visto en él.

—Hola, Bakugo.









Hola:

Lamento mucho la demora, finalmente llegaron las tan anheladas vacaciones y debo agradecer por ello.

También quiero agradecer sus comentarios, me hacen sentir tanta dicha que mi escepticismo abandona mi cuerpo. Muchas gracias por el apoyo que he recibido ya que:

"un escritor no es nada sin sus lectores"


No Es Mi Hijo  MpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora