—Bueno Alex ¿cómo te ha estado yendo?— Pregunto el doctor Roberts.
Esta vez en su consulta, se aseguró de tener algunos bocadillos para llamar la atención de la susodicha. si preguntan, Remington era el responsable de decirle que podía llegar a ella con la comida.
Alex se llevo uno de esos pastelillos hasta la boca. El primer bocado del día.
—Hay algo que me molesta.— Admitió por primera vez en lo que iba de años de consulta.— ¿Esta bien si le pregunto algo?
—¿Qué podría ser esa pregunta Alex?
—¿Realmente existen las personas completamente desinteresadas?.— Alzó la mirada hacia el doctor, apenas formular la pregunta el chico de cabello de pinchos paso por su mente.
Habían pasado dos semanas y las cosas comenzaban a hacerse rutina. Una rutina extraña donde Remington llegaba con comida de más para tener la excusa de comer con ella y hablar.
Al principio no es que Alex se sintiese comoda con la idea de compartir tanto con Remington, pero incluso ella misma había admitido para sus adentros que tal vez, sólo tal vez, el chico le comenzaba a agradar.
En pocos días además de la comida se sumaron los mensajes. Ellos se hablaban o mejor dicho Remington era el que más hablaba, Alex le contestaba ocasionalmente de una manera bastante fría y cortante, ella deseaba que sus defensas no fueran totalmente penetradas por el, pero también tenía en cuenta de que ya era demasiado tarde.
En algún momento podría pasar una catástrofe y en cierta forma estaba pasando. Ella estaba pensando demasiado en Remington.
El doctor frunció el ceño.
—Pueden existir. En el mundo hay personas realmente buenas que sólo desean la felicidad y el bien para otros. Las personas que ayudan a los orfanatos y hacen donaciones por ejemplo.
—¿aunque no tengan un sentimiento de por medio?.— Mascullo la joven antes de negar.— Mejor olvidelo...
—¿Qué es lo que te atormenta alex? Sabes que estoy para escucharte y comprenderte, pero tu nunca te abres para mi.
—No quiero hablar de ello.— Gruño la chica.— Pero ¿sabe? Aún hay algo que sigue molestándome como si fuera un cáncer... Es algo que está ahí y corroe poco a poco... Me molesta por que no es lo que quiero. Yo no poseo empatía doctor... No puedo querer ni a mi propia familia...
—Eso no es del todo cierto, Alex.— La chica lo miro ante la interrupción.— Yo pienso que tu si tienes empatía. Sólo dices esas cosas por que no quieres aceptar que eres capaz de querer a alguien o mejor dicho, no quieres ser capaz de querer, por que esto a futuro puede dañarte.
—¿Cómo se siente el querer a alguien?.— Cuestiono abrazandose a si misma debido al frío del aire acondicionado.— No creo que se sienta igual que querer un objeto...
—No no es lo mismo ¿pero tu crees que haya similitud?
—No lo se. Cuando se trata de objetos materiales es normal encapricharse. Tomemos el ejemplo de una niña y un jueguete nuevo. Ella jugara con el hasta que se aburra y luego lo desechara...— Sonrió con sorna.— Ese es mi punto de vista de "querer" hay personas que me llaman la atención, me encapricho y cuando ya tengo lo que quiero de ellos me toca deshacerme de ellos y todo lo que los relaciona. Sin embargo, una persona normal pensaría que eso es cruel ¿no?.— El doctor asintió.— Para mi... No.. Los humanos son molestos... Ellos no entienden muchas cosas...
—¿Crees que las personas no te entienden, Alex?
—Para los humanos yo sólo soy una villana y de verdad... Quiero que todo se quede así.
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•Save Me•
FanfictionRemington Leith es un estudiante destacado que ha decidido tomar el camino de la psiquiatría, pero debido a sus dudas y sus ahora bajas calificaciones tendrá que rendirle cuentas a su mentor y buen amigo, el psiquiatra Tom Roberts. Este hombre le pr...