Capitulo 10

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—Mama...— La castaña miro a su madre. A final de cuentas le había dado una muy vaga información sobre el asunto. No quería que ella se entrometiera en su vida.—¿Puedo pedirte algo más?

—¿Qué podría ser?

—¿podría tomarme un descanso de las terapias con Roberts? No significa que no vaya a volver, es sólo que... Quiero algo de tiempo para pensar y sentirme mejor. "El inombrable"  es amigo de el y la verdad es que no quiero que toquen ese tema.

—Déjame hablar con el mañana por la tarde a ver que dice, pero no creo que se ponga muy contento.

—Se que no, pero necesito mi espacio y necesito olvidarme de... "El inombrable"

—Déjame ver que puedo hacer.

—Esta bien... Gracias de todas formas.

Alex camino hacia su habitación. Entro y se tiró en la cama. Tenía tantas ganas de llorar, cortarse y ahogar sus penas, pero no quería llegar tan bajo. Simplemente tenía que olvidarlo como diera lugar.

Sintió su teléfono vibrar en su bolsillo, lo tomo. Tenía un mensaje de un número desconocido en whatsapp.

{Desconocido: ¿hasta cuando piensas evitarme Alex? Tenemos que hablar y sabes que no puedes huir para siempre.}

"Remington" pensó de inmediato y sintió una gran inseguridad y temor. Ella había olvidado lo insistente que podía llegar a ser ese hombre, pero esta vez ella no lo dejaría insistir.

Bloqueo el número y también por si acaso bloqueó el otro número que tenía de el. Era grandioso contar con un teléfono inteligente.

—Lo siento, Rem, pero no está vez.— Susurro con tristeza y apagó el teléfono para irse a dormir de una buena vez.

                            (. . .)

Pasó una semana. Remington salió del hospital y actualmente tomaba reposo en casa bajo el cuidado de sus hermanos y también de su madre. Ana de vez en cuando pasaba a visitarlo, pero incluso ella notaba que el no era el mismo.

Lucía decaído, todo el día en el teléfono enviando mensajes como un loco y llamando a alguien que nunca le respondía.

—Amor, ya deja ese teléfono.— Ana le quitó el teléfono de las manos y paso a sentarse en sus piernas, le rodeó el cuello e intentó besar sus labios. Remington la esquivo.

Ya se estaba haciendo maña. El chico no la besaba, no era cariñoso como antes y rechazaba sus besos. En pocas palabras ella había pasado a ser un cero en la izquierda.

Molesta se apartó y mordió su uña para evitar echarse a llorar.

—Remington ¿tu ya no me amas?.— El chico la miro con seriedad.— Hay alguien más..— Decreto la joven como si ya lo hubiese presentido todo.— ¿Es eso? ¿Te enamoraste de alguien más?

—Si..— Contesto cortante.— Perdóname, Ana.. Simplemente es algo que paso.

—Lo supuse..— La chica se limpió una lágrima con delicadeza.— Desde hace meses que no eres el mismo... ¿Puedo saber quien es la chica?

—No voy a decirte su nombre para que vayas a descargar tu ira con ella.

—No soy de esas, me conoces.— Se defendió la chica.— Sólo quiero saber que tuvo ella de especial para quitarme al hombre que amo.

—Ni yo lo se Ana.— Suspiro frustrado.— Cuando la conocí ella me parecía imposible, inflexible.. ¡Ridículamente terca y orgullosa!.— Se rio de sus propias palabras.— Luego me di cuenta de que era alguien débil, sumamente frágil con un corazón de cristal que se ocultaba tras una máscara de crueldad y amargura..— Sonrió con nostalgia al recordarlo.— Despues parecía otra persona, sería, tierna a su modo y alegre.. Alguien que a pesar de querer no demostrarlo es una líder nata con talentos increíbles y que se preocupa demasiado por los demás. Ella tiene cualidades tanto buenas como malas, pero.. Hay algo en ella que me hace querer estar ahí. Quiero mantenerla a salvó, protegerla en sus malos momentos y darle todo..

•Save Me•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora