EPÍLOGO

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Omnisciente

Un año mas tarde aquellos dos chicos que habían enamorado a todos con su amistad tan pura y sincera estaban tomados de la manos mirándose fijamente.

Levi tenía una cosa en claro:

"No me arrepentire de mi respuesta".

Cosa que hacía que Mike estuviera más nervioso de lo normal, por el silencio de su mejor amiga y la chica que ama. Aunque hace un años exactamente para este mismo día, aquella noche donde los dos acordaron darse un tiempo para adaptarse como una pareja había pasado, no tenía nombre su relación actual, pero cualquiera diría que son novios, se pelean incontrolables veces, lloran por el otro al no tenerlo a su lado, querían ver feliz al otro pese a que no fuera con ellos mismos y la mayoría de celos que desbordaba de ellos al ver a su amigo/a con otra persona – demasiados melosos – con otro que no sea ellos.

Mike acaricia delicadamente la mejilla de la chica que había robado su corazón desde el primer instante pero nunca lo noto, mientras retiraba las lágrimas que había en las mejillas de ella controlando los sollozos de la susodicha.

— No llores, Levi. — musitó. Mordió su labio inferior al ver cómo la chica no paraba de hacerlo sintiéndose culpable porque él había sido el culpable de ellas. Se sentía de lo peor.

— ¡La besaste! — alejó de golpe las manos del chico de su rostro, un año había pasado y él se había adueñado de sus sentimientos. La había vuelto una sensible de primera clase.

— Joder, Levi. — dijo él entre dientes — No fue mi intención, estaba muy cerca, ¡Además no me puedes reclamar si tú besaste primero a Keith hace poco!

Ella negó varias veces. — Él me beso pero no me pude separar, me tenía sujeta a la fuerza, ¿O acaso no preguntaste por qué tenía marcas de hematomas en mis muñeca?

Ahora sí se sentía de lo peor. ¿Pero quién dijo que todo el amor era de color rosa? ¡Se han equivocado! Hay días grises como también días de colores destellantes por todos lados.

— Levi... — susurro el al haberla escuchado decir la verdad de aquel encuentro.

— Cállate, me duele. — espeta la chica, sus ojos grises no brillaron como antes solían hacerlo — Pensé que...

La frase se quedó al aire.

— ¿Pensaste qué? ¡Por más que te conozca te has alejado de mí! — suspiro el chico y despeino su cabello con una de sus manos — ¿Por qué nos estamos lastimando?

— ¡Tú lo estás haciendo!

— Levi, trato de arreglar las cosas pero tú n...

— ¡Tú dijiste que no ibas a estar con nadie más!

— ¡Y claro que lo hice! No estoy saliendo con nadie.

— No soporto más esto. — susurra bajando su cabeza. Levi en su interior no se arrepiente de su decisión. Pero sabía que el dolor de ese momento la hacia dudar de lo que quería.

— ¿Qué no soportas?

Para, no preguntes más. - una y mil veces pensaba eso.

— ¿Por qué no respondes algo tan simple cuando te hablo? — cuestiona él con desesperación al ver que ella de quedaba callada.

— Te amo, Mike. — susurro en medio del silencio haciendo que los espectadores que observaban todo a gran distancia de limitarán a ver con ternura aquella escena. Eran testigos del amor de ellos.

— ¿Qué? — susurro él, la última vez que escucho salir de los labios de ella había sido aquella noche. Por eso había dudado mucho si ella aún sentía lo mismo.

— Te amo... Y no sé si enserio tú lo hagas. — ella dudaba pese a que él de lo repetía con constancia — Pero no importa ¿Sabes? Creo que por primera vez no me importa salir lastimada, ¿Acaso no lo notas? Te amo demasiado, Mike... Tanto que me dolió ver cómo besabas a otra chica ayer en la tarde después de clases, me dan celos ver cómo chicas mas lindas te rodean, miedo a perderte y que me dejes de lado... Pero te amo, y estoy segura de eso porque simplemente me volví dependiente de una persona y odio eso, ¡Odio de demasiado esto! Pero no puedo controlar lo que siento debido a que es sincero y re... — no pudo terminar, el chico la estrecho en sus brazos fuertemente robándole el aliento a ella. Mike escondió su rostro en el cuello de la chica haciéndola temblar bajo su tacto suave y delicado.

— Te amo, Levi... No dudes nunca de eso, te amo más de lo que crees. — sus labios besaron la suave piel tersa del cuello haciendola estremecer, así subiendo hasta la comisura de sus labios. Su mirada de adoración y ternura hacía que el interior de Levi se revolviera — Te amo, no dudes de mis sentimientos. — con delicadeza y miedo a que ella se alejara, después de un largo año la beso en sus labios, deleitándose del placer que ellos lo llenaban y la delicadeza con la que hacían el amor con ellos. No había malas intenciones, no había engaños y mentiras, se deleitaban con las suaves caricias del otro — Por favor, no dudes más de mis sentimientos ¿Si?

Ella asiente recobrando aquella mirada llena de vida. Miles ladra y con su cuerda los rodea enredando las piernas de los haciéndoles reír por su travesura. Su cola se mueve a los lados feliz por sus dueños.

Mike de limita a juntar la frente con la de Levi, una de sus manos bajo a la cintura de ella sosteniéndola y la otra en una de sus mejillas acariciando delicadamente, la chica suspira.

— Levi... — ella a abre sus ojos y lo mira detenidamente — ¿Quieres ser mi todo y mi nada a la vez?

Había esperado mucho por aquella pregunta y no la dejaría ir.

— Si, claro que sí Mike. — fundiéndose en otro beso Miles al empezar a moverse hizo que la cuerda de él se apretara más a los pies de ellos haciéndolos perder el equilibrio y desestabilizandolos, calleron de golpe. Levi sobre Mike, la chica ríe a carcajadas al ver como su novio quedó sucio por el barro.

— Esto me recuerda a cuando nos castigaron sin vernos por una semana. — comentó el entre risas.

Los padres de los dos chicos los observaban entre risas desde el balcón de sus casas. Las dos madres se sonríen cómplices de todo, y los padres con una copa de café brindan por el inicio de una nueva etapa en la vida de ellos.

— Lo recuerdo, y no fue nada bonito. — comenta ella con una sonrisa que poco a poco se vuelve de malicia y con una mano coge un poco de barro y lo estrella en la camiseta de él. Sin perder tiempo se unen en una guerra de lodo recordando su infancia en cada recuerdo. Poco a poco que los va unir a más tiempo generando nuevos.

Cuando se vieron llenos de lodo, de abrazaron y sellaron sus labios en un beso. Por fortuna no había rastros de barro en ellos, sintiéndose afortunados por estar con el otro se dejaron llevar por la alegría que esto les traía.

¿Y quién dijo que los hombres y las mujeres no podían ser amigos?

¿ Y quién cuestionó la ley de la atracción ?

¿Pero quién dudo que el amor no puede ser más fuerte que todo lo malo y la maldad del tiempo?

FIN













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