Uncover 天使 ᴊɪᴋᴏᴏᴋ

O16 | Un día normal muy anormal

Pov Jimin

Estuve toda la noche y -ahora- mañana viendo a Jungkook dormir. Yo no duermo, así que sólo me limité a acostarme junto a él hasta que se durmiera y luego me senté a verlo. Sueno como un maldito acosador.

Puede escucharse aún más extraño esto, pero no me cansaba de verlo. Ver sus cabellos despeinados, todos hacia atrás; sus ojos cerrados tan pacíficamente; su boca ligeramente abierta, resaltando el rosado color de sus labios; y observar su pecho subir y bajar, como escuchar los latidos suaves de su corazón.

En todos estos años que he visto humanos, jamás había visto alguno tan perfecto. Jungkook no era feo, para nada.

Sacudí mi cabeza para borrar esos pensamientos. Esto era extraño. Creo que tenía los efectos secundarios de lo que sucedió ayer. ¿Cómo saber si estuvo correcto? Eso nunca me lo había imaginado, pero no niego que me gustó.

En estos momentos me gustaría hablar con Taehyung. Él siempre ha sido mi mejor amigo, pero temo que me odie por tener contacto físico con un humano. Los humanos son repugnantes, pero Jungkook no lo es para mí. No sé, pero todo en él me ha hecho cambiar mi opinión sobre eso.

Noté que Jungkook comenzó a removerse entre las sábanas, mientras yo estaba sentado con las piernas cruzadas, mirándolo.

Primero se restregó sus ojos y luego se apoyó sobre sus codos y buscó con la vista a algo en su cama, pero luego su mirada se enfocó en mí. Yo le regalé una sonrisa y él igual, para luego desplomarse en su cama y cubrirse entero con su manta.

Yo me levanté de la silla y me metí debajo de las sábanas, encontrándome junto a él en esa oscuridad. Jungkook volteó a verme y pude ver su sonrisa.

-Hola, Minie -habló y yo fruncí el ceño.

-¿Minie?

-¿Nadie te dice así? -frunció el ceño también, y yo negué con la cabeza-. Es tu apodo... Ji Min. Minie

Reí, aún debajo de las sábanas.

-Está bien. ¿Cuál es el tuyo? ¿Jungie? -adiviné y él negó.

-¡Qué horrible, Jimin!

-¿Entonces cuál? -arqueé una ceja.

Jungkook se mordió el labio y salió de las sábanas.

-No te diré -respondió y yo salí también.

-¿Qué? ¡No! Dime -fui detrás de él, pero él se alejaba-. Jungkook, no juegues conmigo -dije graciosamente. Él me huía y yo lo perseguía. Cada vez caminaba más rápido hasta que empezamos a correr. Yo lo perseguía y él corría para que no lo atrapara-. Diiiime.

-¡No! -me sacó la lengua, hasta que por fin lo atrapé y nos tiré a la cama a ambos-. ¡Suéltameeeee!

Él reía como un niño de cinco años. Era gracioso ver esos hoyuelos que se le formaban a los costados de su sonrisa.

-Entonces me tienes que decir tu apodo. Esa es la condición -reté.

-Bien, bien -lo solté y él suspiró-. No sé por qué razón So empezó a llamarme "Kookie", sí, como "cookie" en inglés que significa "galleta". Y no me preguntes por qué, porque yo le pregunté que de dónde inventó ese apodo y según ella era porque parezco una galleta. ¿Qué original, eh?

-Kookie -pronuncié su apodo y él soltó un suspiro. Luego se sentó en el borde su cama y mantuvo la mirada gacha-. ¿Qué pasa, estás bien?

-Sí, sólo que me recordaste a Somin. Ella era la única que me llamaba así -habló con tristeza.