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🎃Blood Sport🎃

"papá, ¿por qué tengo que jugar? " suplicaba el niño de al menos cinco años

"Te hará ser un hombre" dijo con voz grave el hombre de piel blanquecina y ceño fruncido.

Esas palabras lo atormentaban cada noche antes de algún partido.

A pesar de eso, no estaba muy tranquilo, estar sentado al borde de la cama de un sábado no es nada placentero. Se suponía que sería un partido amigable de Futbol, nada va a salir mal ¿no? Se repite constantemente con una ligera sonrisa nerviosa.

El niño convertido en un joven de 16 años, revive cada doloroso momento, iniciando con aquel recuerdo del inicio de su infierno vivaz que lo consume cada vez que pisa la cancha, pero en esta ocasión... esas memorias están en su cabeza más temprano de lo habitual.

¿Por qué obligar a los hijos a actividades que no les gustan?

"Porque soy tu padre Marcus"

Simple y dolorosa respuesta que le incita a colocarse su uniforme deportivo.

Antes solía fingir un dolor o algo parecido para permanecer en la banca, evitando ser herido por sus propios compañeros de equipo de la infancia.

Cabe resaltar, que simplemente la palabra que destacaría en la cancha de él. Es Pésimo.

--¿Saldrás a la cancha al menos?—replico su padre a medio camino.

--Si te quedas estoy seguro que te sorprenderás—Dijo el joven castaño con un toque de extrañeza pen su voz.

--Espero que no me decepciones como siempre—concluyo su padre con molestia y desgano, sin duda es algo que nadie piensa, el camino no es tan largo, Marcus baja del auto con un tanto de prisa, su padre se retira a las bancas llenas de padres entusiasmados por ver a sus hijos jugar con el corazón. Mientras tanto Marcus se destina a los vestidores donde vacía la garrafa con agua de naranja, jamás la han vaciado en señal de victoria. Pero hoy será la excepción. Ve salir a uno de sus compañeros el cual, solo decide ignorarlo. Grave error.

Por otro lado aquel padre descuidado vigila su celular en busca de su equipo ganador, como suele llamarle. No entiende cómo es que su hijo no entiende que es importante ser un buen atleta.

El silbato suena, atrayendo la atención al campo, espera que su hijo al menos no se caiga al entrar a la cancha como en ocasiones anteriores. Todos ven al equipo contrario preparados, siendo lo contrario del equipo contrario donde Marcus está cargando la garrafa de agua. Su padre agacha la mirada, no puede creer que sea un completo inútil para que lo pongan a acomodar cosas minutos antes del partido, debería ser el jugador estrella, siempre se lo repite pero parece que le entra por un oído y le sale por el otro. De la nada Marcus avanza a mitad de la cancha con un costal para balones, el pasto sintético será sencillo lavar o eso piensa él. Saca de la bolsa su primer tiro.

Los gritos no se hacen esperar, pero a Marcus no le impide patear la cabeza de uno de sus compañeros hasta la portería, algunos chicos solo lo miran con terror, otros vomitan al mirar tal acto.

--¡¡GOOOOL!!—Exclama Marcus volviendo a la bolsa sacando otra cabeza esta vez perteneciente al hijo del árbitro. De igual manera la vuelve a patear dejando un camino de sangre. Esta vez saca la última cabeza, esta vez del entrenador del equipo, no repite tal acto de impacto con su pie, sino más bien la levanta en alto mientras ríe tan fuerte que rompe el shock de muchos, lanza la cabeza donde se encuentra su padre. Toma la garrafa de agua vaciando el líquido sobre él, la sangre lo ha dejado empapado, manchando todo a su alrededor, muchos padres corrieron por sus hijos, otros entraron a los vestidores encontrando a los jóvenes con cuellos con un corte limpio y sangre en el suelo.

--¿ya estas orgulloso?—dijo Marcus con una gran sonrisa a su padre.

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:')
Wuenas? *le avientan una botella de vidrio* ah, este... Venia a decir que tengo menos clases yey! *le avientan otra botella* Si, VOY A ACTUALIZAR TODO Y PONERME AL DÍA CON LAS HISTORIAS QUE AMO