Eternally Mine ✿ JungHope

Capítulo 15

¿Otra vez?

HoSeok se encontraba en su zona de libros tranquilo, al fin se sentía cómodo con sus amados amigos; esa era la tercera semana que había pasado desde que habló con esos dos y desde que se enteró de que su vida no era tan simple, que era una reencarnación, algo digno de una novela según él. Desde aquel día comenzó a investigar sobre ello en sus tiempos libres. Gracias a ello sabía que estaba bajo una maldición donde los amantes no podían estar juntos, que sus destinos siempre estarían separados hasta el fin de los tiempos, ninguna de sus almas podría descansar en paz, o eso es lo que encontró en internet. También había encontrado un par de soluciones, algo que le sorprendió; claro que la mayoría estaban en foros de temas de fantasía.

—¿Esto irá a ser cierto? —murmuró el pelinegro mordisqueando su labio inferior.

—¿El qué? —preguntó Lisa, en ese momento el chico dio un pequeño salto por la sorpresa y presionó el botón de inicio para quitar el navegador— ¿pero qué cosas veías Hobi?

La expresión de Lisa era de diversión total, mientras que HoSeok no estaba seguro de qué contestar en esos momentos. Sabía que todos lo tomarían por un loco en cuanto dijera que él había reencarnado demasiadas veces y que Jungkook era su alma gemela por lo mismo. Que ambos estaban embrujados y estaba buscando la solución en Google.

Antes de que HoSeok pudiera contestar escuchó demasiados murmullos, algo que hizo que tanto él como Lisa voltearan encontrándose con un tumulto de personas. Parecía ser que estaban viendo la entrada.

—¿Vino alguien importante hoy? —preguntó HoSeok un tanto confundido— ¿Como un idol o algo así?

—Hobi...sería algo demasiado extraño que un idol estuviera por acá, somos una simple tienda departamental.

—Buen punto... ¿por qué crees que haya tanta gente-

—¡Te dije que no vinieras de nuevo por aquí!

—No puedes decirme qué hacer y qué no hacer, enano.

Un suspiro salió de los labios de HoSeok en ese preciso instante, sabía ahora lo que pasaba, las familiares voces le hicieron saber. Lisa soltó un par de risas en cuanto vio la expresión del pelinegro antes de que estampara su rostro sobre el teclado de la computadora de su lugar.

—Eh... ¿usted es el encargado?

El pelinegro alzó rápidamente la vista en ese momento encontrándose con la curiosa mirada de un chico quien sostenía un libro entre sus brazos.

—Ah, sí, lo siento mucho, yo... ¿te llevarás eso? —preguntó riendo un poco nervioso extendiendo su mano.

—Sí —dijo aquel chico regalándole una amplia sonrisa a HoSeok contagiándosela inmediatamente— ¿puedes envolverlos para regalo?

—Claro que sí.

Aquel chico comenzó a bromear un poco con el pelinegro haciendo que éste se olvidara por completo de la escena que habían montado sus amigos. Era muy simpático aquel chico, a pesar de conocerlo apenas unos minutos sabía que era una buena persona.

Las risas que salían del puesto de HoSeok pronto llegaron a los oídos de Jimin y Jungkook alertándolos inmediatamente, ambos apartaron a toda la masa de gente que se encontraba a sus lados y caminaron con velocidad hacia HoSeok. Para cuando llegaron el pelinegro ya se estaba despidiendo del cliente quien de paso le había dejado su número.

—Bueno Hobi, tú eres un imán de hombres —dijo Lisa entre risas mientras contemplaba aquel papel— ¡hasta te puso un corazón!

La nota fue brutalmente arrebatada por Jimin quien la hizo bolita y la lanzó al cesto de basura sorprendiendo al pelinegro y su amiga. Pronto HoSeok notó el cambio de imagen de ambos sintiendo como sus mejillas se sonrojaban. Jimin ahora tenía el cabello rubio y más corto de lo usual, mientras que Jungkook tenía el cabello rojizo. El pelinegro no podía dejar de verlos, eran verdaderamente atractivos, el cambio que más le había sorprendido era el de Jimin; ahora ya no se veía como su pequeño y tierno mochi con flequillo negro y cachetes regordetes, no, ahora era un hombre sexy, la sensualidad en carne y hueso. Había notado que su menor había bajado de peso, iba diario al gimnasio, pero jamás le había prestado suficiente atención, o eso pensaba en esos momentos.