𝐐𝐔𝐄𝐑𝐈𝐃𝐎 𝐔𝐂𝐇𝐈𝐇𝐀 ; 𝐔𝐂𝐇𝐈𝐇𝐀 𝐈𝐓𝐀𝐂𝐇𝐈

𝐄𝐗𝐓𝐑𝐀.

Sonreían ambos manteniendo la vista puesta sobre el otro. Se sentían incapaces de apartarla del otro. Sus manos también se encontraban entrelazadas y sus cuerpos bastante apegados como para no dejar que pasase ni una sola brisa de aire entre ellos.

El atardecer lentamente sobre ellos, haciendo el ambiente mucho mas especial; y las copas de los árboles se mecían con delicadeza, haciendo leves silbidos y soltando hojas sin ninguna prisa.

Ambos adolescentes se encontraban perdidos en su mundo, disfrutando de la grata compañía de su pareja amorosa. Sin importar los clanes, sin importar las guerras y sobretodo, sin importar el odio.

—He oído que Sasuke quiere entrenar contigo, pero que por mi y por querer estar más tiempo conmigo es que no quieres pasar tiempo con él a veces, Itachi.—Reclamó la joven mirándolo un poco molesta—.

—Si tengo que elegir entre estar a escondidas contigo, porque no nos pueden ver o pasar tiempo con Sasuke y enseñarle cosas que puede aprender él por su cuenta, ¿qué crees que debería elegir?—Le respondió el azabache mirándolo burlesco.—Es clara la respuesta, mi amor.

La joven cerró sus ojos disfrutando de las cariñosas caricias que su novio le daba en su mejilla derecha.—A veces, Sasuke me da lástima.

Los ojos de Itachi se entrecerraron levemente antes de cargar entre sus brazos a su chica, sacándole una risa bastante escandalosa.—Tú y Sasuke se han puesto de acuerdo para que yo lo ayude a entrenar, ¿no es así?

La risa de ella se fue disipando a los pocos segundos, antes de abrir los ojos sorprendida debido a que Itachi había descubierto el plan muy rápido. —¿¡Ah!? ¿Cómo lo supiste?

El talentoso Uchiha levantó una ceja aguantando la risa y tratando de colocar una mirada seria.—Sasuke, puedo ver tu pelo aunque intentes esconderte detrás de ese arbusto. Y tienes que aprender a ocultar tu Chakra, desde el principio supe que algo tramabais entre ambos, a ti no te gusta venir al muelle, odias el olor a pescado.

Sasuke torpemente y bastante sonrojado salió de su patético escondite, mirando a su hermano mayor y a la novia de esta con una sonrisa nerviosa.

—Sasuke.—Lo llamó Itachi con voz severa—.

El pequeño, asustado, bajó la cabeza, pero aún así respondió.—Sí?

Su hermano mayor se separó con cuidado de la joven kunoichi, para luego extender sus brazos en dirección a su hermano y alargando una tierna sonrisa por su rostro.—Vamos, te vamos a entrenar entre ambos. Pero sólo por esta vez.

La sonrisa que Sasuke tuvo en su rostro duró todo lo que quedaba de aquel día.

Nada lo hizo más feliz que disfrutar de la compañía de su hermano mayor y su querida novia, más aún si él era el centro de atención de ambos. Se sentía querido y amado.

Aún no llegaba la tragedia.

Todos eran y estaban felices, como debía ser.