Capítulo 12

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"Tras la muerte de su maestro, Sageki, decidió rendirle honor y respetos celebrándolo con una pequeña ceremonia donde Hiruzen sería quemado y sus cenizas repartidas en Dagobah. Naruto desde su planeta sintió como su viejo maestro se desvaneció, por lo que sintió como nuevamente perdió parte de sí. Desde el gran y tormentoso campo de asteroides se encontraban Boruto, Inojin y Sarada, quienes escapaban del imperio. En aquella nave escondida en el descomunal meteoro los fugitivos eran rodeados sin que estos supieran de ello."

La nave en la que se encontraban los tres fugitivos salieron de su posición luego de que fueran descubiertos, de este modo, fueron nuevamente perseguidos.

- ¡Diablos Inojin arregla el propulsor para entrar al hiperespacio cuanto antes! —Le grito el otro rubio mientras piloteaba la nave.

A medida que avanzaban la nave se agitaba, a causa de los disparos que le proporcionaba el crucero imperial.

- ¡Un disparo más y el ala izquierda caerá! —Informó en un grito Inojin desde lejos.

Sarada dedicó una mirada de preocupación al rubio, quien sintió sus mejillas rojas al captar dicha mirada.

- Bien... —el piloto maniobró hasta dar la vuelta, quedando frente a frente con el crucero. —Lo haremos de otra manera.

La pequeña nave salió disparada hacia el crucero. Los soldados y comandante se preguntaban que qué era lo que sucedía con aquella nave, puesto que si se decidía enfrentar al crucero sería una ridiculez.

Entonces cuando la nave fugitiva se acercaba al crucero, está, una vez al lado del puente principal, la superó, pasando por arriba de toda la gran cabina del crucero imperial.

Luego desapareció de los radares.

••••••

- Señor, la nave desapareció de los radares de señal.  —informó un soldado al comandante.

Este dejó de observar el espacio por el ventanal y se dedicó a las palabras del soldado, las cuales causaron que el cantante tragara saliva.

- ¿Cómo pudieron desaparecer? Estaban aquí hace un momento.

- No lo sabemos señor, no aparecen en los radares.

Quizá salieron a la velocidad luz, pensó.

Otro soldado se acercó corriendo hasta ellos, interrumpiendo los pensamientos del comandante.

- Señor, Lord Vader requiere un informe de avance.

Aquello sería todo, para aquel comandante.

- Bien, continúe la búsqueda, averigüe las coordenadas si salieron al hiperespacio, yo... Tomaré toda la responsabilidad.

- Entendido señor.

Dicho aquello el comandante se dispuso a informarle de la situación a su superior, quien lo esperaba donde mismo había sido su conversación con el emperador.

Todo ocurrió rápido, justo como esperaba el comandante, puesto que se encontraba en el suelo frente a los pies de Vader, quien lo ahorcaba con la fuerza.

La vida de ese hombre había acabado justo cuando la nave había desaparecido, y para desgracia de Vader, también la pista de donde encontrar a su hijo.

••••••

- En serio, ¿Es enserio? —pregunto Sarada incrédula.

- Admite que es un buen plan, preciosa. —le dijo el rubio ya descansando y relajando sus manos, mientras miraba a la pelinegra.

Ecos de un silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora