13. Por favor

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13. Por favor

Enero 2010

Sus nerviosos dedos se movían sobre sus piernas, que a la vez temblaban. El correo llegaba a su casa generalmente los lunes, miércoles y viernes. Usualmente traía paquetes pedidos por internet o estados de cuenta de sus padres. Pero ahora, había una razón más para esperar al camión del correo: las cartas de Chanyeol.

Llegaban cada semana, ningún día en particular, podían hacerlo en cualquier momento. A veces al inicio de la semana, a veces a mediado, pero casi nunca tenía que esperar hasta el final. Y ese era el problema. Era viernes y Baekhyun no había recibido nada aún. Y ni siquiera podía preguntar. 

Chanyeol tenía la mala costumbre de jamás mencionar nada sobre su correspondencia amorosa cuando hablaban por teléfono o mensajes. Ninguno mencionaba siquiera el tema, como si se hubieran puesto de acuerdo para compartir la intimidad que les daba el papel y la tinta. Las cosas cotidianas y normales las comentaban siempre, sus sentimientos y su relación estaban basada en ese intercambio tan antiguo. 

Baekhyun sufría, porque era viernes y no había nada aún. Los fines de semana Chanyeol jamás mandaba cartas, Baek lo sabía. Era como una regla no dicha, porque eran los días que dedicaba a su familia o a su descanso después de una semana intensa, incluso si no iba a su casa de visita. Estaba muy ocupado, porque Chanyeol parecía estar entre los favoritos para debutar. Eso en particular era algo que emocionaba y entristecía a Baek al mismo tiempo.

El tema de las cartas los unía y los mantenía increíblemente felices. Baekhyun no lo sabía, pero todo el tema romántico de la correspondencia era un gesto robado. Chanyeol nunca se lo confesaría, no era algo malo precisamente, pero no era una idea original. El aspirante a cantante, desesperado al notar que nada funcionaba para mejorar su relación con su novio, había conversado con su padre acerca de las cosas que hizo para enamorar a su mamá. El hombre rió con ganas y le contó que todo era diferente en su época, no había internet o celulares. Por lo tanto, otros métodos eran necesarios y su preferido eran las cartas. Le parecían más personales y siempre se podía añadir otro detalle. Le comentó que las cosas hubieran ido de manera totalmente diferente si hubieran tenido un contacto mucho más directo, tal vez la facilidad hubiera matado la pasión mucho más rápido. 

Entonces, como el romántico empedernido que era, decidió darle a su relación un detalle que fuera mucho más significativo. Si mandaba cartas, escritas por él mismo, inspiradas por su carió hacia el otro chico y con pedazos de las letras de sus canciones, hechas con sus emociones a flor de piel o su corazón herido por tenerlo lejos, Baekhyun se sentiría mucho más enternecido y agradecido. 

De esa manera podrían estar separados, pero unidos al mismo tiempo.

-¡Oh! ¡Espere, un momento por favor!

La persona encargada de dejar el correo se sorprendió al ver a un jovencito levantarse con prisa y correr hacia él, como si de eso dependiera su vida. 

-¿Si?- preguntó dudosamente el hombre, ya que no veía razón para que un chico quisiera hablar con él con tanto apuro, a menos que sea tratase queja.

-¿No hay cartas para esta casa? ¿Ni una sola?

-No, no las hay- respondió seguro, mostrando su organizada bolsa.

-Por favor, señor. ¿Podría revisar otra vez y asegurarse que no hay nada entre todas esas cartas. Algo para Byun Baekhyun, no?

Le tomó unos cuántos minutos y su increíble capacidad de convencer y exasperar a las personas que el hombre del correo se dispusiera a buscar otra vez, en su muy organizado sistema, y verificara que no había ninguna carta a ese nombre. Baek iba a pedir que revise de nuevo, pero la paciencia del cartero empezaba a llegar a su límite y se rindió antes de intentarlo siquiera.

Estaba triste, muy triste. La carta de Chanyeol estaba demorando más de lo esperado y eso le deprimía. Cada vez era más difícil hablar con él, casi no respondía sus mensajes. Tenía que esperar mucho y eso lo ponía más tenso y ansioso. En cambio, se consolaba porque las cartas siempre llegaban puntualmente y tenían hojas y hojas de palabras que contenían todas sus esperanzas de aún conservar su noviazgo.

Pero esta semana, ni siquiera eso. Chanyeol no le había compartido esta vez todas sus experiencias, tristezas y felicidades. Baek pensó que ese sería el día, que si se sentaba pacientemente en la puerta y veía llegar al cartero, podría testigo de como dejaban un gordo sobre en su buzón. Estuvo dando vueltas por un rato y hasta contó las flores del jardín de su casa, pero no había nada, ni siquiera una postal, peor un sobre.

Chanyeol le había dicho que volvería cada cierto tiempo, pero no había cumplido esa promesa tampoco. Dijo que estarían más cerca, asegurando que todo mejoraría cuando se estabilizara en la empresa, pero convirtió a Baekhyun en un chico pendiente y dependiente emocionalmente de un trozo de papel. Dijo que lucharía por su relación, pero había conseguido que su novio se convirtiera en un loco que le exigía a los servidores del correo que revisen todas las cartas perfectamente organizadas de nuevo, porque no era capaz de darse cuenta de la triste realidad. 

Entonces, Baekhyun no pudo hacer otra cosa que sentarse, con los ojos llenos de lágrimas, totalmente desconsolado, amargado y abandonado, incapacitado de emocionarse o sentirse mejor. Se había convertido en un loco, pero de los malos, de los que piensan en vengarse de quien les hace daño, de los que planean su revancha y formulan una venganza al estilo de "ojo por ojo" o algo como  "si me rompes el corazón, haré lo mismo con el tuyo."

Pero, en el fondo, sabía que no era su estilo. Así que Baekhyun respiró muy hondo, secó sus ojos con cuidado y regresó a su casa. Fue hasta su habitación y tomó con cuidado todas las cartas escritas por Chanyeol, organizadas cronológicamente, y las metió con cuidado en una bolsa de tela roja que encontró entre las varias que conservaba su madre en un cajón de la sala de costura que pertenecía a su abuela. Caminó con el corazón latiendo muy rápido por el pasillo y subió por las estrechas escaleras que lo llevaban al altillo de su casa. Rebuscó hasta encontrar su caja de recuerdos marcada con su nombre. Ahí conservaba algunos de los juguetes y objetos de su infancia que había querido mucho y había deseado conservar. 

Así resultara exagerado, era la gota que había derramado el vaso. 

Baekhyun ya no podía más. Era el momento en el que debía entender y, más que nada, aceptar que Chanyeol se había ido de su vida. Ningún detalle romántico o truquito de adolescentes iba a conseguir que lo suyo fuera lo de antes. La vida que su novio había escogido era dura y estaba llena de situaciones que Baekhyun sabía que no iba a ser capaz de tolerar. Si Chanyeol efectivamente llegaba a ser famoso, su noviazgo sólo iba a traer problemas. No podrían salir, no podrían verse en público. Las cámaras estarían tras ellos, persiguiéndolos. Él iba a viajar para giras, conciertos, propagandas y eventos. Sus horarios exagerados terminarían por matar por completo lo que ya se había empezado a destruir: su juvenil relación. 

Era doloroso, pero las cosas estaban claras para alguien como Baekhyun. Intentar iba a ser peor que intentar protegerlo, terminarían odiándose. Ese era su más grande miedo, que se separen en malos términos. 

Por eso, esa misma noche, lloraría y lloraría, lo iba a hacer hasta quedarse sin lágrimas. Lo haría por lo mucho que le dolía perderlo, sufriría por no poder estar a su lado en sus triunfos y por no poder consolarlo en sus fracasos. Pero Chanyeol había escogido irse lejos, así que él también iba a sufrir para no poner en riesgo todo lo que había sacrificado. 

Era impulsivo y descuidado, pero un chico como Chanyeol, con el corazón roto, podría terminar siendo feliz, ya que lo superaría enfocando su vida en su trabajo. Pero, si lo perdía por culpa del amor, si desperdiciaba su oportunidad de oro, convertiría su dulce corazón en uno negro lleno de resentimiento. Baek no permitiría que algo así suceda.

Se limitaría a verlo desde lejos, a admirarlo y apoyarlo sin que el otro chico lo sepa, tal como lo había estado haciendo todo este tiempo. Chanyeol no tenía por qué saber que la fama se debía a otra cosa que no sea su propio esfuerzo.

Era por su bien, por el bien de los dos, de su relación. Que los bonitos recuerdos se mantengan y las cosas amargas se olviden. Así, Baekhyun podría tener su corazón tranquilo.

Superestrella (Chanbaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora