Hermoso Error

Solución

Kyuhyun:

Llegue a mi mansión con un humor terrible. A mitad de camino hacia la casa me pare en seco recordando que había dejado a la…chica en el auto, maldije, había estado tan callada que la olvide. 

Abrí la puerta, misma posición ¿Estaba viva? Toque su pierna y se encogió instantáneamente, al menos no tendría que enterrar a nadie en mi jardín esta noche. 

-No puedo sacarte si no cooperas, vamos ven aquí- Se quedó inmóvil un momento, luego vacilante se arrastró por el asiento hasta mí. 

La volví a tomar en brazos y note que su espalda era bastante ancha, raro. Entre por la puerta de la cocina y corrí hacia mi estudio para ponerla en el suelo, ni loco la ponía en el sofá de cuero rojo…estaba demasiado sucia. 

-Demonios…- Solo ahí asimile lo que había hecho. 

-Me pasa por curioso demonios- Comencé a dar vueltas por el estudio.    

No solo había gastado 280.000 si no que con ese dinero compre un ser humano ¿Cómo se supone le voy a explicar eso a mis hermanos? Me van a aniquilar…tenía que pensar en algo y rápido. Pero yo tengo una suerte hermosamente mala. 

-¿Kyuhyun? ¿Eres tú?- Uno de mis hermanos se levantó y me hablaba del otro lado de la puerta, agradezco a Dios que tenemos modales…

-Si…- Mire aterrado al ser junto a mí en el suelo. 

-¿Puedo pasar?- Lo que me faltaba…

-Espera un momento- La volví a tomar en brazos y la lleve hasta el armario. 

-Quédate aquí y no hagas ruido- Rogué a Dios que al menos fuera obediente. 

-Pasa- Mi hermano abrió la puerta.

-Kyuhyun no estoy seguro que me sorprende más, que no estés borracho, que hayas llegado tan temprano o encontrarte aquí- Se acerco a mí un tanto soñoliento. 

-Jaja…que gracioso hyung- Trate de sonar sarcástico pero mi nerviosismo lo hizo sonar bastante mal…

-Dios Kyuhyun- Se echo para atrás de golpe abriendo mucho los ojos.

-¿Dónde estuviste? Apestas- Se acerco nuevamente a mí para olerme. 

-Sabes cómo son esas fiestas hyung, se puso…intensa y decidí irme- Me miro extrañado. 

-¿Todo bien Kyuhyun?- Como era de esperarse Leeteuk-hyung sabía leer mis ojos. 

-Si ¿Por?- Aun así no podía decirle nada. 

-Nada…ve a bañarte en serio apestas- Se tapó la nariz y se encamino hacia la puerta. 

-Buenas noches Kyuhyun- 

-Buenas noches hyung- Se retiró. 

Cerré la puerta y me dirigí hasta el armario, al abrirlo la chica miro hacia arriba asustada. Suspire… ¿Qué voy a hacer con ella…? Si mis hermanos se enteraban que había comprado a un humano eran capaz de golpearme hasta morir…estaba seguro. La saque del closet y la coloque de nuevo en el suelo. Me senté en el sofá y la observe, quizás solamente debería soltarla y que se busque su vida. De repente recordé el sobre que me habían dado por comprarla. 

-Ya vengo, ni se te ocurra salir- Si, quería soltarla pero no ahora, tengo que asegurarme que nadie la viese. 

Fui hasta el auto y busque en el asiento, allí estaba, lo tome y regrese a mi estudio. Al llegar me tire en el sofá y lo abrí, traía 4 hojas, un papel pequeño y unas llaves chiquitas, supongo eran de las cadenas. Leí primero el pequeño, eran las indicaciones para dar el pago. Las otras 4 eran el contrato, la primera hoja era para firmar que aceptabas el “objeto” y este pasaba a ser completamente tuyo…repugnante. Las 3 hojas restantes eran como las “reglas” que llevaba comprarlos. Las leí detenidamente, esto era realmente asqueroso…daban permiso incluso de marcarlos como vacas y golpearlos ¿Qué no tenían algo corazón? Continúe leyendo y cuando llegue al final maldije al hombre del escenario “En caso de no estar satisfecho con su compra debe devolverlo a nosotros, no puede dejarlo en libertad, si lo hace traería graves consecuencias para todos incluso para usted.” Debía ser una broma... ¿No podía dejarla en libertad? Con eso todos mis planes se vinieron abajo. 

-Qué voy a hacer contigo- Me giro la cabeza hacia mí, de verdad tenía muy buen oído. 

La compre solo para salir de allí no porque realmente la quisiera sin embargo, por más que me repugnara su presencia no podía devolverla…eso me haría tan bestia como los que me la vendieron. Me quede ahí en el sofá mirándola tratando de buscar una manera de solucionar aquello. Nadie podía enterarse de que la había comprado, eso era lo principal…o no lo principal era firmar aquel condenado papel y esconderlo. Fui hasta mi escritorio, saque un bolígrafo y con bastante pesadez puse mi firma. 

-Ahora me perteneces…- La vi ponerse un poco rígida pero no tanto como cuando empezaron a decir los montos. 

Me estruje el cerebro tratando de buscarle una vuelta al asunto, se me ocurrió decir que le había contratado para que fuese mi sirviente personal pero…era una chica, los hombres no contratamos chicas para que sean nuestros sirvientes. 

-Por qué no pude esperar a que saliera un hombre…sería más sencillo- Susurre. 

-Di…disculpe…- Me sobresalto bastante el sonido de su voz, era dulce pero me pareció muy grave para una chica. 

-¿Qué?- Conteste de mala gana. 

-So…soy un…u…n chi…chico- Parecía tener miedo de hablarme, espera…dijo que era un… ¿Chico?

-Qué tú que- Me pare muy sorprendido. 

-Soy…un…chi…chico…- Se encogió asustada….do. 

Me acerque y me arrodille delante de…él; mirándolo de cerca ciertamente tenia facciones masculinas, su espalda ancha, sus brazos bien formados, su pecho plano como tabla y sus piernas más o menos gruesas. 

-Eres un chico- Asintió vacilante. 

-Perfecto- Le di una palmada en el hombro haciendo que soltara un pequeño gritico, estaba realmente asustado. 

Me levante de golpe y sonreí con eso se solucionarían mis problemas, podría decir que era mi sirviente personal y nadie sospecharía nada….finalmente la suerte me sonreía.

-Escúchame bien, diré a todos que eres mi sirviente personal y actuaras como tal, nadie puede saber que te compre ¿De acuerdo? Si alguien llega a enterarse…- Dije con tono amenazante. 

-S…si- Sus palabras temblaron. 

-Muy bien ahora…realmente debería darme un ducha…- Olfatee mi chaqueta, Leeteuk-hyung tenía razón olía horrible. 

-En cuanto a ti…te quedaras aquí hasta que amanezca- No faltaba mucho para eso. 

-Si…- 

-No hagas ningún ruido, no toques nada- No estaba seguro de que fuese buena idea dejarlo aquí con todas mis cosas pero los documentos importantes estaban bajo llave así que…

-Si…- 

-Luego vendré- 

-Si…- ¿Era todo lo que sabía decir?

Estaba dispuesto a irme cuando le eche una última mirada, no podía dejarlo así todo atado como animal. Me acerque a mi escritorio, tome las llaves y me dispuse a quitarle las cadenas. Le quite las de los pies y el cuello, aun no confiaba como para quitarle la de las manos. Por último le saque la venda de los ojos…cuando los abrió quede en blanco, poseía unos ojos negro como la noche, dulces pero llenos de una oscuridad deprimente. 

-Si alguien llega a entrar, que no creó, escóndete en el armario ¿Ok?- Pestañeo un poco y luego asintió sin mirarme. 

-Bien…me voy- No dijo nada. 

Salí con cuidado y corrí sigiloso por las escaleras hasta mi habitación, sentí un alivio enorme al entrar. Me quite la ropa rápidamente, me provoco quemarla…quizás luego lo haga. Llene la bañera de agua caliente y entre en ella, se sentía relajante aquello. Me recosté un poco y mire hacia el techo, en que lió me metí, me pase las manos por el cabello y respire. Al terminar me puse mi ropa de dormir y me tire en la cama, ya más tarde me encargaría de estresarme como se debe…estaba demasiado agotado.