Recuerdos

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Sungmin:

Ok lo tenía claro, mi “dueño” me detestaba, no sabía por qué pero me detestaba y era obvio por la forma como me hablaba o miraba. Esto no iba a ser fácil, tengo que servirle a alguien que no me quiere ni ver ¿Cómo se supone funcionara? ¿Por qué simplemente no me deja en libertad? No lo entiendo… 

-Sungmin- Llamó de repente. 

-¿S….Diga?- Me costaría acostumbrarme a esto. 

-Tengo que entrar a por unos papeles, espérame aquí- Simplemente asentí. 

Resignado me recosté a la pared observando a la gente pasar. Este definitivamente no era mi pueblo…estaba muy lejos de mi ciudad natal y de cierto modo me entristeció, no por extrañar algo en específico si no por los recuerdos felices que tuve.  

-Hyung me pasa la pelota- Grito un niño al otro lado de la calle, baje la mirada y allí estaba, la tome y la arroje con mi mejor puntería. 

-Gracias Hyung- Se fueron corriendo contentos. 

Verlos me recordó a mi hermano y a mí de pequeños, no teníamos mucho dinero pero con lo que poseíamos éramos felices. Teníamos una pelota también, amábamos salir todas las tardes a jugar con nuestros amigos, mi hermanito no era muy bueno en los deportes pero hacia su mejor esfuerzo y yo le ayudaba como podía. Mi hermanito…aquel chiquillo menudito de voz aguda y angelical, con un corazón hermoso al que le gustaba hacer feliz a los demás sobre todo con comida; le gustaba mucho cocinar, hacia delicias con lo que tuviera a la mano yo decía que sus manos habían sido tocadas por Dios y él se sonrojaba mientras reía tímidamente….

-¿Estás bien chico?- Un señor de edad que caminaba con bastón se me acercó.

-Si señor no se preocupe- Sonreí como pude. 

-Tus ojos no dicen eso- Me pase la mano por la cara y note mis dedos húmedos. Sin darme cuenta había comenzado a llorar. 

-No se preocupe de verdad, me entro algo de nostalgia- Me seque las lágrimas rápidamente algo avergonzado, yo no era de los que lloraba en público.  

-Ay hijo…la nostalgia es para gente de mi edad no para un jovencito como tú, vamos quita esa cara y sonríe que seguro muchas cosas bellas te esperan por delante- Dijo dándome algunas palmaditas en el hombro, sabias palabras decía aquel señor sin embargo, estaban siendo escuchadas por el hombre equivocado. 

-Gracias señor, tiene razón- Era lo único que podía decirle. Asintió y siguió caminando. 

¿Muchas cosas bellas me esperan? Ja…era una linda ilusión a la que aferrarme en estos momentos, pero era solo eso…una ilusión. Tenía muy claro que en mi futuro no había nada bello esperándome, solo días grises y falsas sonrisas. Justo ahí la sonrisa de mi hermano apareció en mi cabeza…se me encogió el alma… ¿Qué era de su vida? ¿Seguía vivo? ¿Lo habrían comprado ya?...sentí un enorme vació  en mi pecho que trataba de comerse mi corazón. Note nuevamente como las lágrimas amenazaban con recorrer mis mejillas. Sacudí la cabeza tratando de sacar esos pensamientos de la cabeza…ahora no era buen momento para llorar. Me di unos golpecitos en los cachetes para espabilar. 

Hermoso ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora