Capítulo 15

2.9K 255 14
                                    

Ya a la mitad de la madrugada, yaces dormida apaciblemente en tu dormitorio. Sin embargo, a unos metros de tu habitación se sitúa Loki, tendido sobre su esponjoso lecho de terciopelo negro. Al contrario de tí, al príncipe le es inviable conciliar su sueño, y por su mente se repiten constantemente, cómo una película cinematográfica los momentos que el ha vivido con su madre de corazón. Irremediablemente una lágrima se desprende de sus ojos verdosos, dejando un rastro de melancolía y añoranza en su mejilla. El mismo se considera deficiente y melodramático al permitir que sus sentimientos le dominen de esta manera, pero aún así, y aunque intente olvidar su dolor es en vano, pues ese sentimiento de desesperanza, y de un vacío existencial abruman totalmente su corazón, ya cansado de palpitar.

Carente de todo ánimo por querer remediar o intentar convalecer su vida, Loki finalmente se pone de pié, pues el haber pensado en todo lo ocurrido, hace traer a su memoria el mal trato que tuvo hacia tu persona, por lo tanto internamente se armó de valor para ofrecerte su perdón. Es sensato ante la idea de que potencialmente no obtenga respuesta de tu parte, pues a estas horas de la madrugada no le sorprendería que estés ya en el quinto sueño, pero le tiene sin cuidado, a fin de cuentas ya se sitúa frente a tu puerta. Se mantuvo allí unos pocos minutos, reflexionando si es o no una buena idea lo que está a punto de hacer. Poco le duró su razonamiento, en vista de que finalmente se dignó a dar dos sutiles golpes en tu puerta de madera.

_____... —Murmura.

Consciente de que no obtendrá una respuesta de tu parte, tuvo la osadía de acceder cautelosamente a tu recámara. Su cuerpo se tensó al verte descansando, y reposar sobre un grueso acolchado. Reparó su mirada en tu físico y contextura del mismo, dando como consecuencia que se tensara aún más. El tenue fulgor de la luna se presenta en el cuarto de manera sutil, de esta forma la luz refleja con gracia pequeñas facciones de tu complexión.
El príncipe toma una bocanada de aire y camina a pasos diminutos hacia tí, para no emitir ruido alguno. Ya al tenerte a una reducida distancia, y bastante considerable, se dedicó a contemplarte sin ningún apuro, es la primera vez que puede estar tan cerca de ti, en consecuencia de que cada vez que Loki lo intenta, te alejas gracias a tus nervios.

Posó una mano encima de tu mejilla, emite leves caricias en ella con su dedo pulgar, seguidamente se pasea por tu pelo rizado, enredando sus dedos en él, sintiendo su frescura y suavidad. Por último y para completar la escena, acerca su rostro al tuyo, tus labios son su objetivo, pero no tiene en mente hacer nada más, sólo quedarse allí, y mantenerse con la idea de que aquellos labios rojizos no son de su pertenencia.

Lo siento —Susurra con sutileza, mientras repara la vista en tus ojos, deseando que los abrieras para contemplar su tonalidad—. Espero que sepas que no quise decir aquello en el pasillo.

Lo sé —Respondes en susurro, aún adormilada. Loki se lleva una sorpresa al saber que le has escuchado—. Pero a fin de cuentas es lindo que lo reconozcas, gracias por disculparte —Sonríes.

— Entonces ¿Ya estamos bien? —Pregunta apesumbrado.

Sonríes de lado debido a su indagación, ya que en lugar de escuchar a un temible Dios, oíste a un niño tímido y temeroso. Extendiste tu brazo hasta que tu mano llegó a una de sus mejillas, y allí la mantuviste.

— Nunca podría enfadarme por mucho tiempo si me pones esa cara —Confiesas, de manera tal que Loki sonríe ampliamente, cómo sólo el sabe hacer.

— Ahora, regresa a dormir —Se despide al ponerse de pié para caminar en dirección a la puerta.

— Espera —De inmediato el dios detuvo su paso, y se regresó hacia tí.

Dudaste por un segundo en emitir tus palabras, y mordiste tu labio inferior dubitativa. Pero finalmente te decidiste.

— ¿Cómo estás? —Reparaste la mirada en aquellos ojos verdosos, los cuáles posteriormente a tu pregunta divisaron el suelo.

— Quitando el hecho de que la única persona que me ha amado y protegido murió cruelmente apuñalada sin que nadie pudiese evitarlo, y que me he quedado completamente sólo, estoy como de costumbre —Se encogió de hombros.

Soltaste un suspiro repleto de amargura, y te sentaste en tu colcha.

— Oye, no sé si ayudará de mucho —Te miró—. Soy crédula de que no estoy a la altura de nadie del reino en el que has vivido, y que jamás podría compensar aquél afecto de tu madre que te hará falta el resto de tus días —Te pusiste de pié, caminando hacia Loki—. Pero aún así, aquí me tienes —Soníes levemente.

La mirada de Loki se posó en la tuya, ambos mantuvieron ese contacto visual durante un buen momento.

Finalmente, Loki parece entender lo que sucede, y es que desde el primer día que se conocieron en aquél bar, tu te dedicaste a escuchar cada uno de sus embrollos, desde el mas pequeño, hasta el más grande. Fuiste tú, la única a parte de su madre, la cuál prestó atención a todas y cada una de las historias que Loki te contó con pasión y entusiasmo. Y cuando el se quebró, la que se mantuvo allí para sostenerlo, has sido tú.

Siempre has sido tú.

En el fondo Loki siempre lo supo, es por eso que fijó su mirada en tí desde el principio. Las cosquillas en su estómago no eran a causa de una enfermedad, sino de un extraño sentimiento que nunca experimentó, y lo acaba de entender, justo ahora.

Loki no ha querido aceptar el hecho de que algo en tí lo cautivó, eso sería patético, significaría caer en lo más bajo.
Pero pese a todos los motivos que el tuvo para alejarse de tí, no lo ha hecho, aunque todo siempre estuvo a su favor, ya que al ser exiliado en reiteradas ocasiones del Reino, ni tú, ni nadie sospecharía que él se quedaría contigo para disfrutar de tu compañía, no habría nada que pudiese delatarlo.

Excepto el mismo.

— Ayuda de mucho  —Fue lo único capaz de decir, y tu sin poder resistir, te lanzas a sus brazos, y el te corresponde con necesidad.

— Ven —Tomas ambas de sus manos y lo guías hacia tu cómoda.

Ambos se recostaron juntos, a decir verdad, Loki no es un gran fanático del contacto físico, pero a ti te permitiría hasta que le cepilles el cabello, sin embargo es algo que aún no confesaría, no quiere parecer un débil sentimental.

Posicionas suavemente la cabeza de Loki sobre tu pecho, y sin ningún apuro, te dedicas a recorrer cada extremo de sus mejillas, y acaricias con delicadeza su pelo. Por otro lado el príncipe se concentra en oír los latidos de tu corazón, el cuál palpita de una manera serena, y sutil, causando así que sus músculos se relajen.

Comienzas a cantar una suave melodía mientras aún mimas al Dios, el sonríe de lado al oír aquella voz tan dulce y hechizante que logras emitir, sin dudas que le has cautivado por completo.

Sin embargo, en su mente sabe que nunca debería bajar la guardia, pues todos los que han dicho quererlo se han ido, o lo han traicionado, ya no quiere perder a nadie más, no podría soportar tener que pasar por algo así de nuevo, y tan pronto.
Aún así, no puede evitar dejarse llevar por la tentación, ya que desearía escucharte cantar para él todos los días, por el resto de la eternidad.

Aún así, no puede evitar dejarse llevar por la tentación, ya que desearía escucharte cantar para él todos los días, por el resto de la eternidad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mí Bella Mortal [Loki Laufeyson y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora