Mí Bella Mortal [Loki Laufeyson y Tú]

Capitulo 20

—Por favor! —suplicas por onceava vez ante el dios que se encuentra frente a ti.
—No —responde nuevamente a tu súplica, totalmente sereno se sienta tomando un viejo libro de hechizos en sus manos, y sin siquiera mirarte procede a leer el escrito.
—Te prometo que solo sera por esta vez —insististe de rodillas ante el, sin embargo el sacude sutilmente su cabeza de un lado a otro, mientras cambia las páginas del libro— ¿Por qué no quieres ayudarme? —resuellas frustrada.
—Cumplí con mi parte, te traje a Midgard, y no me unire a ti en una absurda celebración de este planeta.
—Toda mi familia se reunirá para presumir en mi cara lo exitosos que son en la vida, con buenos empleos y esposos ejemplares —Loki cierra el libro con delicadeza, y al alzar una ceja incrédulo te mira con diversión—, yo solo puedo decir que abandoné mi carrera y estoy viviendo en Asgard resguardando mi trasero de los agentes de Shield y los Avengers. ¡Se burlarán de mi, Loki!
—Estás bajo el cuidado del mismísimo Loki Laufeyson —agregó a tu pequeño discurso—, no te olvides de comentar ese pequeño detalle en tu cena familiar —te sonríe.
—Bien, supongo que tendré que buscar a alguien más que quiera ir conmigo a la cena de navidad —sonries orgullosa al ver como el rostro de Loki se transforma totalmente, su mirada se oscureció, y su sonrisa se esfumó.
—¿A quién tienes en mente? —cuestionó retomando su lectura.
—No lo sé —rascas tu barbilla fingiendo reflexionar sobre su pregunta—, Steve Rogers no es un mal partido —ríes—, se que me extraña, es una buena idea, ahora que lo pienso.
—¿Hablas del sujeto con esas calzas ajustadas?
—Si, ese.
—¿Hablas del sujeto el cual su vida se basa en la moral y la justicia?
—Si, ese mismo —reiteras.
—¿Del idiota que lo único que hace es intentar llevar una vida lo más correcta posible sin si quiera permitirse maldecir en una ocasión?
—Si, Loki, ese —suspiras.
—Ahora dime —cierra su libro con delicadeza, y lo deja reposar en la mesa de luz de la habitación de tu departamento.
—¿Qué cosa? —cuestionas sin entender.
—¿Cómo debo vestir para la ocasión?

Sonríes ampliamente al saber que convenciste al Dios, no fue fácil, pero tus esfuerzos dieron buenos resultados.

[...]

—Sigo creyendo que es una patética idea —arguye luego de verte tocar el timbre de la casa de tus padres.
—Oh, vamos, te vas a divertir al final —aseguras dibujando una mueca de alegría en tus labios.
—Más te vale —advirtió.
—¿Sabes el plan? —cuestionas, evadiendo sus amenazas.
—¿Por "plan" te refieres a esas ridículas notas que dejaste en mi habitación?
—¡No son ridículas! ¡dime que las leíste! ¡no arruines el plan, Loki!
—Descuida, fui considerado, por más estúpido que me pareciera las leí de todos modos.
—¡Eres un-
—¡_____! —oíste luego de que la puerta fuese abierta por tu padre, el cuál interceptó justo a tiempo los insultos que estabas a punto de dedicarle a Loki.
—¡Padre! —sonreiste casi nerviosa.

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(¸.•' (¸.•' ¤ Shiorikido