Catamite

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Tweek soltó una carcajada inevitable y rápidamente se cubrió la boca. Craig lo observó con curiosidad desde el otro lado del sillón y eso solo lo hizo reírse con más ganas.

- ¿Qué? –demandó el pelinegro.

Negó. Tweek luchó por recuperar el aliento, pero sus ojos escaparon una vez más a la pantalla del celular y volvió a reír con fuerza contra la palma de su mano.

- Dime. –pidió Craig, pausando el videojuego.

No sabía si sería buena idea. En especial cuando el otro niño tenía los pies metidos bajo sus piernas, porque al parecer Tweek era un calefactor humano y su novio de mentiras gustaba estar cómodo. Así que, si Craig se enojaba, le sería fácil usar las piernas para patearlo. En especial cuando tal vez tuviese bien merecido el castigo por burlarse de Craig y no decírselo. Pero ¿Qué sería peor...?

- Tweek. –el pelinegro sacó uno de los pies del espacio entre el sillón y su pierna para darle pequeños empujones en búsqueda de su atención- Dime.

- Nunca creí que fueses curioso. –comentó atrayendo el celular contra su pecho como medida de protección.

- No lo soy. –Craig frunció el ceño, al darse cuenta de la incoherencia que estaba haciendo- Pero no sé, te reíste y quiero saber.

Bueno, su amigo y novio falso estaba lleno de actos contradictorios que poca gente sabía. A pesar de ser una persona apática, Craig era alguien que gustaba del contacto físico. Desde la ocasión en que se había apoyado contra él mientras este jugaba "Undertale", el pelinegro había incrementado el contacto cuando estaban solos. Simples cosas, como recostarse en su regazo o eso de meter los pies bajo sus piernas para calentarse. A veces se apoyaban uno junto al otro mientras veían una película y era agradable. Al inicio le había llamado la atención, porque Craig no hacía cosas similares con Clyde, su mejor amigo. Pero al parecer era un tipo de intimidad diferente ¿Tal vez porque eran pareja? Una falsa pareja. Pero pareja ¿No...? Craig también era un excelente novio, muy por encima que los otros niños con sus novias. Siempre lo tomaba de la mano, iban juntos a casa y hacían planes para tener momentos a solas. A pesar de estar en una relación falsa, eran bastante ejemplar. Eso solo era otra cosa sinsentido que ocurría entre ambos.

Un suspiro escapó de sus labios y separó el celular de su pecho, mostrándole la antigua foto que había encontrado.

- ¿Tú tomaste esto? –preguntó Craig con ese tono indiferente que podía guardar cualquier emoción.

- Lo había olvidado. –admitió, notando con cierta calma que el pelinegro volvía a acomodarse, poniendo los pies por debajo de sus piernas y los cojines.

- Investigué mucho para esto. –confesó Craig sin apartar la mirada de la pantalla- Los atuendos combinados, el significado del triángulo rosa, la cultura atrás de eso. Solo quería que fuéramos los mejores.

- Esa fue la primera vez que me sentí verdaderamente parte de tu grupo. –admitió él con una pequeña sonrisa- Además, fue agradable que alguien me invitara a hacer algo que no fuese... -se estremeció y contuvo el pequeño jadeo que quiso escapar de su boca al recordar tantas mala anécdotas.

- ¿Destructivo? ¿Peligroso? ¿Caótico? –aventuró Craig, enmarcando una ceja- ¿Con la posibilidad de destruir el pueblo?

- ...si. –ambos cruzaron una mirada- Exacto.

- Aun así, me costó convencerte.

- ¡Ponte en mi lugar! –dio un ligero brinco al escuchar su propia voz ligeramente aguda y bajó el tono- Un día abro la puerta de mi casa y te encuentro fabuloso, llamándome con apodos lindos, además de que no parabas de tocarme la cara y el cabello.

Próspero y Simple «South Park» [Creek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora