Craig estaba molesto. Increíblemente molesto y era su responsabilidad encargarse de todo eso.
Desde el otro lado del pasillo estaba Cartman, sonriendo con diversión.
- Hombre... lo siento. –comentó Stan, mirando de un extremo a otro- Mira, si quieres golpearme...
- ¿Querer? –Craig lo miró fijamente- Obviamente quiero romperte la cara, pero eso me metería en más problemas.
Tweek deslizó su mano por la espalda de su pareja, obviamente estaba asustado, en una situación así le preocupaba qué podría pasarle a Craig si las cosas seguían escalando. Su cuerpo estaba temblando ligeramente, pero se concentró en darle algo de apoyo, de acariciar su columna de forma lenta, suave. Tal vez lograría calmarlo un poco.
Stan asintió con fuerza, muy consciente del lío en el que estaba, visiblemente nervioso. Cuando su novio se enojaba, algo como una fuerza sobrenatural lo rodeaba. El ambiente se electrificaba y cualquier persona con instinto de sobrevivencia debería salir corriendo. Por eso era una muestra de gran valentía que Stan estuviese ahí, moviéndose inquieto, con Kyle y Kenny atrás de él, listos para salvarlo si es que algo ocurría y tuviesen que salir corriendo.
- Metiste a Cartman en esto. –acusó Craig- A Cartman. –repitió, como si estuviese recalcando el código secreto de un virus letal que nadie, jamás, usaría ni contra un enemigo.
- No es así... -Kyle se atrevió a hablar- Cartman se metió por su cuenta... antes de percatarnos nos estaba arrastrando en todo esto. –miró a Tweek- Tú sabes cómo es él.
Si, en parte. Claro que era consciente del poder de Eric Cartman sobre las personas, al punto de lograr que su mano, si, literalmente su mano, fuese declarada líder político. Cartman era capaz de lo que fuese por un objetivo. Pero, por otro lado, por lo que Tweek sabía, él era la única persona que había apuntado a Cartman con un arma destructiva y había estado dispuesto a volverlo daño colateral sin pensárselo demasiado; y por sobre todo, seguía con vida después de eso. Sin represalias, ni nada.
Craig gruñó, fue increíblemente bajo, pero él pudo oírlo.
- Eso no... -murmuró su novio, volvió a mirar a Cartman y ahogó una maldición- Jódanse.
La mano de Craig tomó su muñeca y lo arrastró con él, lejos de la puerta principal. A sus espaldas Eric comenzó a burlarse de ellos, tensando más a su novio. Tweek se detuvo de golpe y miró fijamente al otro niño. Craig intentó jalarlo con él, apartarlo de esa pelea, pero él habló claro, lo suficientemente fuerte para que todos oyeran sin tener que gritar.
- Cállate, Cartman o le diré a Wendy que vuelva a romperte la cara. –entrecerró los ojos, con cierta satisfacción- Apuesto a que esta vez lograría romperte las costillas.
Por un momento hubo silencio, pero sabía que no iba a durar. Cartman vivía de la atención, vivía de esa atención imaginaria que creía tener, así que obviamente intentaría girar las cosas. La mano de Craig lo soltó cuando dio un paso al frente y levantó los puños.
- ¿O quieres que te yo te calle? –preguntó- Porque conmigo terminarás en el hospital ¿Recuerdas?
Porque a veces los pequeños juegos, las apuestas infantiles, los planes estúpidos y el egocentrismo de Cartman pueden eventualmente morderlo de regreso. Tweek solo lo miró unos segundos más, antes de girarse, tomar de la mano a su novio y seguir avanzando al interior de la escuela. La gente comenzó a reírse, a lanzar bromas hacia Cartman y supo que este esperaba a que ya no lo pudiesen oír para alardear y pavonearse con esas mentiras que solo él se creería.
- ¿Bebé...?
Sus pasos se mantuvieron rápidos y fuertes. La mayoría de los estudiantes estaba saliendo a sus casas, organizando sus tareas y charlando a viva voz. Así que llevó a Craig hacia el gimnasio desocupado y luego a la bodega donde guardaban todos los aparatos de entrenamiento y equipos de deporte.
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Próspero y Simple «South Park» [Creek]
FanficCapítulos auto-concluyentes. [Historias Cortas de menos de 4 mil palabras] «Creek» En la inocencia de su infancia, surgen momentos especiales. Aún siendo una relación que inició de forma curiosa, esta va desarrollándose para digna de contar. Portad...