Rendirse

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Craig era un idiota...

¿Por qué se había estado preocupándose tanto por él? ¿Por qué se había sentido confundido? Simplemente habían fingido ser novios. Nada más. Por fin habían encontrado una forma de huir de ese teatrillo estúpido sin que el pueblo cayese sobre ellos. Ambos deberían estar felices.

No enojados...

- Di algo. –le exigió- Craig, di algo. –repitió con fuerza.

Ni siquiera entendía qué hacía ahí su exnovio falso. La pelea frente a todos había sido perfecta. Demasiado perfecta. Porque había sido real... Craig había preferido mantenerse firme en sus propios deseos que apoyarlo. En realidad, aún estaban vestidos con sus trajes de superhéroes. Aún combinaban ridículamente. No tenía sentido que Craig estuviese ahí cuando apenas se habían visto minutos atrás.

- ¡Di algo! –Tweek se aferró al marco de la puerta- ¿Qué haces aquí si no vas a decir nada...?

El frío de Colorado debía estarse metiendo en los huesos de Craig. El chico siempre había sido más friolento que él. En realidad, los guantes que llevaba puestos Tweek era del pelinegro y lo estaban acalorando. Pero por alguna razón no se los quitó. Tal vez por el mismo motivo que había llevado a Craig a tocar el timbre de su casa. Algo estúpido y sin sentido.

- Es solo un juego, Tweek... -fue todo lo que oyó.

- Lo sé. –se cruzó de brazos- Todo esto es falso. Lo sé.

Por un segundo pareció que a Craig lo habían golpeado. Algo en la pequeña forma en que entrecerró los ojos y lo miró con sorpresa. Pero apenas fue un instante. Y en realidad debió haberlo imaginado, porque seguía luciendo igual de indiferente.

Su mente se comenzó a llenar de pequeños hilos, como telarañas que se enredaban en sus neuronas. Las ideas, todas ellas negativas y pesimistas, comenzaron a comer su mente, a destruirlo desde adentro. Su respiración se volvió pesada, porque en el fondo sabía que todo eso no era falso. Y si no hacían algo, iban a perderlo todo. En verdad se iban a distanciar con la excusa de un juego ridículo y bandos innecesarios. Le quiso gritar a Craig, rogarle, que por primera vez le dijera qué era lo que estaba pensando. Porque ir a tumbos y adivinanzas había sido difícil, pero en ese momento era aterrador.

Di algo...

Por favor... solo dime algo...

Pero sus labios se mantuvieron cerrados. Porque si decía algo en voz alta, Craig podría burlarse, recordarle que estaba confundiendo las cosas y que todo había sido un juego, una simple actuación muy bien elaborada. Todo. Cada palabra de aliento, cada beso, cada sonrisa secreta y cada confusión. Pero Tweek no quería golpearse con esa realidad, porque si se quedaban callados, las posibilidades aún existían y no tendría que rendirse.

¿En qué...?

¿Con qué...?

Tal vez en el hecho de que solo era él quien se había enamorado en ese juego de niños...

Y la idea era aterradora.

Porque no estaba listo para que su corazón se rompiese. En ese momento apenas podía lidiar con la frustración y confusión, pero ¿El dolor? No, no estaba listo.

No quería admitirse que estaba por rendirse...

- Di algo... -susurró, mirando sus pies.

Sintiéndose pequeño, demasiado lejos de las estrellas que amaba Craig y tan cerca de las sombras que devoraban sus sueños hasta volverlos pesadillas.

Próspero y Simple «South Park» [Creek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora