13. Miedos de héroes

69 8 6
                                    

Toc, toc, toc, volvieron a sonar los golpes en la puerta.

A Jason le costó un poco abrir los ojos hinchados. Al principio la seguridad que le ofrecía la oscuridad parecía ser lo mejor a lo que podía aspirar en aquel momento, jamás se imaginó lo equivocado que estaba.

Le pareció que hasta su mente se había puesto en su contra. En cuestión de segundos, o eso le pareció a Jason, unas palabras comenzaron a sonar en su oscuridad, al principio tan solo eran un leve susurro tan similar al soplar del viento, lo que sucedió a continuación le dejo aturdido. Se encontraba de pie en la escalera del Santuario del Aprendizaje, lo extraño de todo aquello, recaía en el hecho de que la Nación estaba totalmente desolada, movió sus celestes ojos hacía todos lados, hasta que miró hacia abajo, y allí estaba ella, Lena, quien le sonría de manera amorosa.

—Volveré, lo prometo, tú lo vales —Lena tan solo movió los labios, aunque la voz resonó por toda la abandonada Nación.

Antes de que Jason comprendiera que estaba sucediendo, Lena se dio media vuelta y comenzó su caminata. Jason levanto un poco más la cabeza, en la lejanía de la Calle Principal era posible ver un portal abierto que esperaba a por Lena.

—¡Espera! —gritó, su mano se levantó en un intento de poder detenerla, pero Lena no mostró ningún interés en escucharlo, ni siquiera pareció haberlo oído, tan solo continuo con su camino.

Los dientes comenzaron a golpearse los unos con los otros, su cuerpo pronto fue embargado por un terrible frío, mientras que un oscuro miedo iniciaba a extenderse por todo su cuerpo. Justo en ese momento lo comprendió, no quería que Lena se fuera, la necesitaba, necesitaba entender que estaba sucediendo.

Con aquella determinación, logró mover sus piernas, bajo de dos en dos los escalones, dio un salto salvando los últimos cinco escalones, cayó al suelo, se le doblaron un poco las rodillas, pero Jason no le dio la menor importancia, levantó el rostro, se percató de que Lena estaba a nada de cruzar el portal, sabía que no podía permitirlo, por lo que obligo a sus piernas entumidas a trabajar.

Aunque una ligera escarcha comenzara a apoderarse de su cuerpo, Jason no detuvo su andar corriendo, a mitad del camino, abrió los ojos de manera desmesurada, lo había comprendido, no la alcanzaría, jamás lo haría.

—¡Lena! —gritó en un intento desesperado por detenerla. Aquel breve segundo de duda, fue aprovechado por la escarcha, quien no tardo en comenzar su acelerado ascenso, antes de que Lena se detuviera, Jason ya tenía las dos piernas inútiles debido a la escarcha.

—Tú lo vales —susurró Lena con una radiante sonrisa, las palabras se propagaron de manera fantasmal por el desolado lugar. Por un segundo, Jason guardo la esperanza de que Lena volvería. Todo aquello se vio destruido en cuestión de segundos, Lena se giró y cruzo el portal sin importarle que Jason estuviera siendo embargado por la escarcha y dejarle solo en aquel abandonado lugar.

Justo en el momento que Lena desapareció por el portal, todo a su alrededor se volvieron tan solo imágenes borrosas que pronto fueron consumidas por la oscuridad. La escarcha dejo escapar un horrible crujido al tiempo que comenzaba a caer. Jason no intento hacer absolutamente nada. La había vuelto a perder, no había podido retenerla, ya no tenía ganas de continuar luchando, por ello se dejó caer en aquella interminable oscuridad y por alguna razón, comprendió que al llegar al fondo, todo habría terminado.

Mientras caía, varias sombras traslucidas de humo blancuzco comenzaron a volar a su alrededor.

—¡Ella tan solo te uso! —le susurró una de las sombras, su voz fue lejana, espectral, sin vida.

El Nombre del Héroe  (Crónicas de un Inesperado Héroe IV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora