22. La Marca del Dragón

95 7 0
                                    

—Hay mucho movimiento, al parecer quieren terminar con todo deprisa —apartó los potentes binoculares y se los entregó a Blackwing, quien se los llevó a las ojos y enfoco nuevamente hacia el muelle Conner Marina.

—Usaran el almacén de reparación de botes para guardar la mercancía —susurró Blackwing mientras que enfocaba aquel enorme almacén, sus dimensiones eran monstruosas, solidas paredes de concreto con altos ventanales, lo único que la separaba del resto del muelle era una valla de metal que la rodeaba en su totalidad.

—¿Qué consigues ver? —le fue posible escuchar la pregunta, ya que no había conectado ese sentido a su creación.

Con los ojos cerrados y de pie en el filo de aquel edificio, Glanzvoll tomó un largo respiro.

—Hay como cuarenta hombres, todos ellos armados, solo diez llevaban armas potentes, algunos parecen ser primerizos y son los que trasportan la mercancía en grandes cajas de madera —describió exactamente lo que había conseguido mirar con sus dos cuervos violetas.

—Deben tener comprada a gente muy importante para que puedan hacer todo esto sin temor —Winker se llevó una mano a la barbilla, pensativa se acercó hasta el filo del edificio, subió a la cornisa con un simple salto y clavo su atención en el muelle—. Es suficiente Glanzvoll, vuelve —ordenó arrastrando las palabras—. Me gustaría escuchar sus opiniones.

—Algo no huele bien aquí —determinó Blackwing dejando de lado los binoculares.

—¿Te importaría explicarte? —preguntó Winker sin apartar la mirada del muelle.

—No es normal, atrapamos a su líder, eso debería ser suficiente para cancelar todo esto —explicó Blackwing.

—A menos que Arlan no fuera más que un líder simbólico —le salieron las palabras al instante que volvía a mirar con sus propios ojos.

—Podría ser —aceptó la pensativa Winker.

—Si solo fuera un líder simbólico, ¿Por qué revelarle el lugar exacto donde se descargaría una enorme cantidad de droga? —interrogó Blackwing, aunque Glanzvoll lo sintió más como una competencia por demostrar que él estaba en lo correcto.

—Podríamos hablar con el detective, hacer que forme un equipo y detengan esto de manera legal —expresó Zunder, aquello sí que le tomó por sorpresa, su compañera no había hablado nada desde que llegaran a aquel lugar, algo le decía que su problema no era con el equipo, sino con su persona.

—Ya escuchaste a Glanzvoll, están armados hasta los dientes, si hay un tiroteo, muchos y buenos agentes podrían perder la vida, no —Winker negó con un movimiento de cabeza, la levantó despacio y pareció observar las pocas estrellas que lograban iluminarse en el cielo.

Justo en ese instante un destelló azulado entro en la azotea, se deslizo por el lugar y se detuvo al llegar a la cornisa.

—Reporte —pidió Winker aun admirando el oscuro cielo.

—No hay rastro de civiles en los alrededores, encontré varios automóviles y les retire las baterías por lo cual no podrán huir, aparte de eso, el muelle es un cementerio —reportó Burst con tranquilidad. Winker solo atino a asentir con un movimiento de cabeza.

—Bien. Puede que estén intentando tendernos una emboscada —exclamó tras varios minutos en un denso silencio—, pero no por ello nos iremos y haremos como que no hemos visto nada, no pondremos en peligro a buenos agentes oficiales, las personas los necesitaran en el futuro, además —bajó la cabeza, se giró con destreza en la cornisa y observó fijamente a cada uno de los presentes—, si hay alguien que puede detenerlos, somos nosotros.

El Nombre del Héroe  (Crónicas de un Inesperado Héroe IV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora