[MI AMO] 💜 Adrinette

Capitulo 4

Ya era día lunes y estaba recibiendo mi clase de chino abajo en el comedor donde siempre.

Estaba muy angustiado y lo único que quería era llegar donde Mi bebé, era la primera vez que la dejaba sola tanto tiempo.

Realmente respondía a todo correctamente para salir más rápido, después de todo a veces si me comportaba adecuadamente, me dejaban salir hasta 20 minutos antes.

- Adrien - me llamó mi padre, por lo cual apenas voltee a verlo. - Ya termino. - esta vez se dirigió a mí profesor. - necesito hablar contigo. Ven. - agarre mis cosas y lo seguí hasta su oficina en silencio. Realmente no quería hacerlo molestar, me había dejado conservar a Mí Princesita.

Nos estamos cada uno en una silla y nos miramos por unos segundos en silencio.

- Quería hablar contigo sobre...

- Princesa? - Levanté una ceja y él asintió.

- si, Princesa. Pues verás... - bajo la mirada hacia unos papeles y los acomodó.

Si dice que no me la puedo quedar... me infarto.

- llame a una entrenadora profesional que te va a ayudar a controlar y educar a... Princesa. - mi padre tocío falsamente y suspiro. - Necesito que te comportes, Adrien. Y necesito que comportes a tu perro, se que es una nueva y diferente experiencia por lo cual, si algo pasa en mi oficina y en mi habitación por culpa del perro... - empezó a hablar amenazante, por lo cual entendí su punto.

- Si, padre. Entiendo perfectamente, haré todo lo posible por mi parte. Lo prometo. - Mi padre Asintió sin cambiar su expresión y me dió el permiso de retirarme.

Cómo estará mi princesita?... Llega sola más de 7 Horas sola.

Corrí hasta mi habitación y abrí la puerta buscando con la mirada a mi bichito, pero no había ni un alma.

- Princesa? - De Pronto mi pelusa apareció debajo de la cama, saliendo de ahí y correr con pasitos torpes hasta mi totalmente emocionada. - Hola bolita! - Me agache para recibirla con los brazos abiertos.

Saltaba feliz y emocionada, se me tiro encima y me lamió toda mi cara.

Si todas las bienvenidas son así, me voy a ir toda la semana.

- Yo también te extrañe, Hermosa. - la cargue y se retorcía en mis brazos por tanta emoción, me senté en mi cama y la deje ahí. Se ponía enfrente de mi y me lamía la cara, y parecía que chillaba de la felicidad.

Después de un rato todavía no se había relajado y se acostó jugando aún con sus patitas estirandolas hacia mi, haciéndome reír.

- Porque eres tan Hermosa! - Me lanze hacia ella y la llene de besos. - Princesa, Princesa... Princesa! - según el internet lo más importante era decir muchas veces su nombre para que se acostumbre.