Imagina, tú en Hogwarts

Cruce de miradas

No sabes por qué, pero el chico rubio platinado de tu misma edad, que estaba parado frente a la puerta, te llamó la atención como nunca nadie lo habia hecho. Él volteó, y te miró demostrando entre curiosidad e impaciencia. Tú caminaste hacia tu madre lo más rápido que pudiste, perdiéndote entre la gente para el rubio.
Tu madre te miraba de manera extraña, ya que no lograba ver lo que te habías quedado mirando...
Cuando comienzan a caminar para volver a tu casa, ella paró.
-¡Espera!- dijo ella -me olvidé de algo...-
Dieron la vuelta y caminaron hacia el mismo lugar en el que te habias parado antes. Entraron a la tienda de animales mágicos, y tu corazón empezó a latir mas rápido, ya que el chico rubio seguía dentro con el que supusiste que era su padre.
Inconscientemente te habias quedado mirándolo de nuevo. Ambos te vieron, y el adulto le preguntó (o al menos eso llegaste a escuchar) si te conocia, con una mirada de desaprobación hacia tí. El menor negó con la cabeza.
Unos minutos después, ambos caminaron disimuladamente hacia una puerta vieja y escondida entre la gente, que tenía colgado un cartel que prohibía entrar a personal no autorizado. El padre entró, y el hijo se quedó esperándolo en la puerta. Esto te pareció extraño, ya que el hombre no estaba uniformado como el resto de los empleados, por lo que tú creías que no trabajaba ahí.
Tu madre estaba eligiendo una mascota, entonces, aprovechaste para escabullirte entre los clientes, e intentar ver algo de lo que pasaba detrás de la puerta.
Llegaste a la entrada de esa habitación, tuviste la suerte de que el chico no te vea. Encontraste una piedra en el piso (se había desprendido de la pared vieja y rota de ladrillo), y la tiraste hacia el lado contrario, para asi distraerlo y tener un par de segundos para abrir la puerta y mirar dentro de la habitación.
Eso fue lo que hiciste, y llegaste a ver al hombre con una larga cabellera rubia platinada (igual que su hijo). Este, estaba hablando con el otro hombre, te pareció que el primero lo estaba amenazando, o algo así. Este estiró un brazo y dejó al descubierto su muñeca, la cual tenía un símbolo tatuado que nunca habías visto.
Todo eso pasó en unos pocos segundos, y no alcanzaste a ver más, ya que no tenías mucho tiempo.
Cuando te diste vuelta para alejarte rápido de esa parte del negocio, no todo pasó como esperabas. Ya que el adolescente que habías visto antes estaba detras tuyo mirándote con una cara de miedo y enojo.
-Yo... no... no quise- intentaste comenzar a explicar por qué estabas ahí mirando- no...
-¿¡Qué estás haciendo aquí!?- preguntó nervioso en voz baja- tienes que irte - dijo agarrandote de un hombre y empujándote hacia donde estaba el resto de la gente -no te metas donde no te llaman-
Tú, un poco triste y desconcertada, volviste donde tu madre para luego ir a tu casa.