Capítulo 23

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Lunes 24 de diciembre, 9:00h.

Agoney pica en la puerta de Raoul y el menor la abre con los ojos prácticamente cerrados, dejándole pasar.

- Es muy pronto – se queja.

- Eres un cascarrabias por las mañanas, ¿lo sabías?

Raoul resopla y va hacia el salón, Agoney siguiendo sus pasos. Se deja caer en el sofá y estira los brazos, con los ojos cerrados, intentando ahuyentar el sueño de su cuerpo. Agoney busca sitio a su lado y le observa.

- ¿Tenemos que ir? – pregunta Raoul, con la voz ronca.

- Mi niño, fuiste tú el que dijo que ir de compras en Noche Buena era buena idea.

- Ya, pero... - balbucea, acercándose al cuerpo de Agoney, abrazando su torso y descansando la cabeza contra su hombro.

Cada vez que Raoul duerme o trata de desperezarse, Agoney se deshace de ternura. Le encanta estar con él cuando se relaja completamente y duerme, así que tenerle medio dormido contra su cuerpo en ese instante, no le importa lo más mínimo. De hecho, aprovecha para dejarle un beso en el pelo.

- Voy a preparar algo de desayuno – consigue descifrar Agoney, tras unos segundos de silencio.

- Cuidado no eches sal en vez de azúcar – ríe Agoney, divertido ante el sueño que Raoul viste.

- No te rías de mí y ayúdame – se levanta de una vez por todas y se dirige a la cocina. - ¿Has desayunado?

- Sabes que no.

- Pues muy mal, Agoney.

Raoul prepara zumo suficiente para dos personas y pide a Agoney que encienda la tostadora para tostar unas cuantas rebanadas de pan.

Mientras esperan a que el pan coja el punto perfecto, Raoul bosteza y se rasca los ojos. Se acerca a Agoney y vuelve a abrazarle, enterrando la nariz en su cuello y oliendo la fragancia que tanto conoce.

- Mmm, qué mimoso estás – comenta Agoney, con una pequeña risotada acompañando sus palabras.

- Es que me apetece mucho acurrucarme.

Agoney le estrecha entre sus brazos y ríe contra él, incapaz de esconder la sonrisa. Le acaricia la espalda.

- Se va a quemar el pan – susurra.

Raoul asiente contra su cuello, le deja un beso y se separa, ligeramente sonrojado. A veces le da por pensar en que puede abrazar y besar a Agoney y siente una corriente eléctrica atravesarle el cuerpo.

*

Como era de esperar, y como Raoul no quiso creer la tarde anterior mientras discutían entre papel de regalo, el centro comercial está lleno de gente. Encontrar aparcamiento es el primer obstáculo que superan tras un par de enfados de Raoul y diversos resoplidos que hacen volar su flequillo.

- Te ruego que me quites la razón cuando no la tenga – pide Raoul, una vez bajan del coche y se esconden en sus abrigos.

- Lo intenté – ríe.

Raoul rueda los ojos y estira su mano para buscar la de Agoney entre sus cuerpos antes de encaminarse a las escaleras mecánicas para subir a la primera planta.

- ¿Qué quieres comprar? – pregunta Agoney.

- Necesito ropa.

- Sudaderas, dime que sí.

LAGOM: not too little, not too much. Just right. (Ragoney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora