LAGOM: not too little, not too much. Just right. (Ragoney)

Capítulo 14.

Última noche de estudio.

Raoul mira a la nada con la mente en blanco, con el cuerpo prácticamente desmontado en el sofá. No tiene fuerzas ni para levantarse a cenar.

Agoney todavía no ha llegado a casa, pues tiene que acabar un trabajo en grupo a entregar el mismo día del examen final.

- ¿Sólo te queda uno? – pregunta Álvaro, comprobando que su hermano sigue vivo, aunque agotado.

- Sí.

- ¿Cómo lo llevas?

- Tengo cero esperanzas. Esta noche me toca estudiar.

- ¿Por qué no descansas esta noche si tienes claro que no lo vas a aprobar?

Raoul se gira para mirar a su hermano y repite sus palabras en la cabeza para buscar una buena respuesta.

- Porque voy a odiar sentir que ni lo he intentado – es, en parte, verdad. – Y porque ya he quedado para estudiar, así que no me importa. No es algo que no tuviera pensado hacer.

- Bueno, Agoney tampoco te va a obligar a estudiar. Puedes dormir.

- No le voy a dar el placer – ríe.

Álvaro le mira con un gran interrogante en el rostro.

- Siempre me despierta más tarde de lo que le pido, y eso si me despierta – explica.

- Es mi ídolo – ríe Álvaro. – Pero eso es bueno, Raoul. Eres la persona que menos se deja cuidar en este mundo y él lo está intentando.

Raoul respira hondo mientras piensa en lo que su hermano ha dicho, porque sabe que es totalmente cierto. Si Agoney le ha demostrado algo en el poco tiempo que se conocen, es que le importa, aunque sea solo un poco.

- La pregunta es – continúa Álvaro. - ¿Lo está consiguiendo?

- Le echo bronca cuando no me despierta – se sonroja. – Pero sí, claro que lo consigue.

Sentirse cuidado. Cuidado de verdad, no cuidado como en muchas ocasiones había pensado. Eso lo conseguía Agoney. Cada día.

- Entonces quiero a ese chaval un poquito más y todo.

- Le quieres más a él que a mí, no finjas que su manera de tratarme es lo que te hace quererle – ríe Raoul y estira el brazo, con la poca fuerza que tiene, para lanzarle un cojín.

- ¡Oye! Aunque no te lo creas, me hace muy feliz que os llevéis tan bien. Sois un buen equipo.

Raoul cruza sus dedos y juega con ellos, un poco nervioso. Se arranca las pieles de alrededor de las uñas.