Capítulo 29

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- No me gustaba nada en especial, así que escogí la carrera que se llamaba como la asignatura que mejor se me daba. Mis profesores me animaron, a mis padres les parecía bien y mis amigos estaban ocupados con sus elecciones, así que tampoco opinaron mucho – explica Raoul.

- ¿Amigos con los que sigues en contacto? – se interesa Lorena.

- No – se encoge de hombros. – Mantuvimos contacto cordial los primeros meses, y luego cada uno encontró su hueco con la gente nueva y los horarios nuevos y fue imposible mantenerlo. Bueno, en realidad no fue imposible. No quisimos.

- ¿Tú querías?

- ¿Mantener el contacto? Sí, pero me di cuenta demasiado tarde, tal vez.

- ¿Me lo puedes explicar?

- El increíble mito de la vida universitaria se me cayó nada más poner un pie en el edificio. Es todo un montaje. Te lo venden como la mejor etapa de tu vida, pero no te leen la letra pequeña. Si no eres como la sociedad quieres que sea, probablemente tardes tres semanas en plantearte si merece la pena seguir madrugando y pasando horas fuera de casa. Mis amigos encontraron una nueva vida que les gustaba más que la que tenían antes, así que no les dolió despegar. Yo... bueno, yo todavía no sé dónde encajo.

Bebe agua del vaso que Lorena le ha dejado preparado en la mesa. Tiene pensado seguir hablando. Le gusta hablar con ella y observar cómo toma alguna nota esporádica, cómo le mira a los ojos sin miedo ni prejuicio.

- Chico introvertido en la Universidad... seguro que no soy el primero que pasa por aquí con esta historia – ríe.

Lorena acompaña su carcajada y niega con la cabeza, dándole la razón.

- ¿Estás más contento ahora que al principio?

- Estoy sobreviviendo, supongo. Hago lo que puedo, evito lo que puedo... He conseguido tolerar ambientes que me producen bastante ansiedad.

Se miran, compartiendo unos segundos de silencio en los que Raoul se para a pensar en cómo su vida ha cambiado en los últimos dos años y medio.

- Háblame de tus amigos actuales – pide la chica, recolocándose las gafas sobre los ojos claros.

- Haría falta un mapa conceptual.

- Tengo papel – ofrece, con una sonrisa, pero Raoul lo rechaza.

- Mi primera amiga fue Elena – dice, con el aire contenido en el pecho. – Somos del mismo pueblo, así que la conversación empezó sola. Quique también es del pueblo. Ricard y Roi eran una pareja de estudiantes de otras comunidades, y acabaron mudándose a un piso en el pueblo, así que teníamos eso en común todos. Ricard y Roi se separaron, aunque ahora Roi ha vuelto y la situación es algo tensa.

Raoul piensa en lo complicado que es explicar todos los lazos entre sus amigos y vuelve a beber agua.

- Quique se encaprichó de Miriam, una camarera del bar al que solíamos ir, y se acabó enamorando de su hermano, Efrén – se pregunta si es necesario ponerles nombre, pero en su cabeza todo tiene más sentido, así que lo hace. – Resultó que Efrén jugaba a dos bandas, con Quique y con mi amiga Elena. Ahora Elena está embarazada y no sabe quién es el padre, si Efrén o... - abre la boca un par de veces. – O el primo de Quique.

Escalofrío. Tira de la piel levantada alrededor de la uña que está acostumbrada a ser maltratada.

- También está Luis, aunque no suele estar. Es compañero de trabajo de Miriam. Creo que tanto Luis como Miriam están enamorados de Elena.

LAGOM: not too little, not too much. Just right. (Ragoney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora