Capítulo 13

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-¡Mierda! –exclamó Laura cuando un pack de latas de coca-cola Light se estrelló contra el suelo- ¡Joder, mierda! –dijo mientras dejaba las bolsas en el suelo y se disponía a recogerlas.

Una de las latas se había abierto y comenzó a salpicarla, enfadada la esquivó el chorro volviendo la lata y se secó la cara. Y justo en ese momento un chorro más grueso le empapó la camiseta blanca.

-¡A la mierda! –gritó y estampó las latas en el suelo. Su respiración se había agitado, estaba enfadada con las latas, y quería pisarlas, no debía de haberlas estrellado más, pero en ese momento no le importaría saltar sobre ellas.

-Vaya-susurró la voz sensual de su vecino desde atrás- ¿estás bien?

-¡Si! –contestó ella furiosa.

-Pues creo que las latas no están nada bien, algo les ha pasado.

Laura se rió.

-¿Estás bien? –preguntó Ross de nuevo.

-Si, un poco enfadada, como has dicho las que no están bien, son mis latas.

-Me he dado cuenta.

-¿Y quién no?

Ella miró el suelo de nuevo, estaba encharcado.

-¿Habrá sobrevivido alguna? –preguntó Ross.

-No lo creo –contestó Laura- tendré que ir a comprar de nuevo –dijo mientras se agachaba y recogía las latas.

-Deja que te ayude –se ofreció Ross, cogiendo las latas que se habían soltado.

-Eh, voy a ir por una bolsa y a por la fregona –dijo Laura.

Abrió la puerta de su casa, y entró corriendo hasta la cocina, una vez allí sacó una bolsa y cogió el cubo y la fregona, y volvió a salir.

-Ya estoy aquí –dijo, echó las latas dentro de la bolsa. Y Ross hizo lo mismo.

-Mira –dijo Ross alzando unas tres latas- están se han salvado, las demás están reventadas.

-Gracias –contestó Laura con una amable sonrisa- Eh, voy a soltar la bolsa, y...

-Si quieres le voy dando al suelo.

-Oh no, no te molestes.

-No es molestia.

-Pero...

-De verdad. Venga, dámela, mientras puedes ir por una ballesta y le das a las salpicaduras.

-Está bien –sonrió Laura. Tras darle la fregona a Ross entró en la casa, y después de soltar la bolsa, cogió la ballesta y salió de nuevo. Sin mirarlo se dispuso a frotar puertas, y paredes. No tardó nada en quitar las salpicaduras- ¡Ya está! –dijo orgullosa.

-Si, todo ha quedado bien –añadió Ross, Laura de inmediato se fijo en el suelo, estaba muy limpio.

-Gracias –le dijo Laura de nuevo.

-Ha sido un placer –contestó Ross. Sus ojos se encontraron, y Laura se sintió perdida por unos instantes, ahora no sabía que decir. Se fijó en Ross.

-¡Oh! –exclamó- mira como te has puesto la chaqueta.

Él bajó la vista y se fijó en su chaqueta gris manchada de coca-cola.

-Me debí manchar cuando me apoye las latas. Soy un poco patoso, pero tu no te has quedado atrás –susurró fijándose en su escote manchado.

-Las latas –dijo ella- que tenían ganas de juego –la mirada de Ross se oscureció, y Laura tragó saliva- anda ven y te limpio la mancha –se ofreció.

-Oh, no hace falta –dijo él- la llevo a la tintorería.

-No digas tonterías –contestó Laura- además después podemos bebernos las latas sobrevivientes.

-Si insistes –dijo él.

-Vamos.

Poco después Laura se sentía rara, había insistido en que Ross entrara para limpiarle la chaqueta, y después de que lo hubiera echo estaban sentados en el sofá con un vaso lleno de hielo y coca-cola. Ross los había servido mientras ella se daba una ducha rápida para quitarse la ropa sucia y la coca-cola de encima.

Cuando había llegado al salón, se había encontrado dos de sus vasos gigantes llenos de coca-cola y hielo. A Ross sentado con las mangas de las camisa remangadas hasta los codos y descalzo.

-Espero que no te importe –había dicho él- era para no ensuciarte el suelo.

-Oh no, no me importa. Gracias –dijo sentándose a su lado, y cogiendo uno de los vasos.

-A ti –dijo él, y un silencio tenso se había apoderado de la habitación.

¿Qué decir? Ninguno de los dos hablaba.

Laura clavó la vista en el suelo, luego la dirigió a los pies de Ross cubiertos por los calcetines y supo que quería verlos desnudos, tragando saliva desvió la vista hasta los zapatos de él que estaban en la esquina. Cuando alzó la vista se encontró la vista de Ross clavada en él.

-Yo... -tartamudeó.

-Shh –siseó él.

Laura cogió el vaso de coca-cola nerviosa y bebió apurando el vaso. Una gota de coca-cola se escapó de entre sus labios y comenzó a recorrer su cuello «Solo a mi, solo me pasa a mi» maldijo para sus adentros. Alzó la mano para parar la gota antes de que alcanzara sus senos, pero la mano de Ross se cerró en torno a su muñeca.

Alzó la vista y la clavó en los ojos oscuros de Ross. Su boca se secó repentinamente, y su corazón palpitó con fuerza. Un estremecimiento inundó su cuerpo, y un calor insoportable empezaba a acosarla.

Vio como Ross se inclinaba sobre ella, y sacando la lengua lamió aquella maliciosa gota.

-Sobre ti sabe mucho mejor.

Ella jadeó, su respiración se agitó. Ross tiró de ella y la acercó a su cuerpo.

-No –susurró ella- esto no...

-Shh –siseó él- una tregua Laura, es lo que ambos queremos. Lo necesitamos.

Playing with fire. |Raura|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora