Dear, Will ; Byler

Septima carta

La última semana antes de empezar las vacaciones de verano había empezado. En la secundaria Hawkins se veían estudiantes con libros y resúmenes por todos lados. Algunos estudiaban confiados sabiendo que disfrutarían pronto de sus vacaciones, mientras otros estudiaban aunque ya sabían que no había más nada que hacer y que la escuela de verano los estaría esperando.

El club de los nerds, como ya era de esperarse, ya habían estudiado hace ya un tiempo, pocas veces se los veía repasando. Todos en el grupo sabían que tendrían vacaciones porque todos eran muy buenos estudiantes.

Will se encontraba un poco más tranquilo. Aunque solo un poco debido a que Hopper parecía estar investigando sobre el destrozo de la casa de los Dickman. Cuando la familia volvió de vacaciones, armó un escándalo al ver todas sus ventanas rotas. La policía parecía seguir un poco de cerca el caso, relacionándolo con el de los Dyer, que también era su culpa. Will rezaba cada vez que Hopper se iba al trabajo por no ser descubierto. Aunque sería raro que sospecharan de él de todos modos.

No había recibido ninguna carta desde el domingo. Era poco tiempo considerando que era martes, pero no podía evitar sentirse menos presionado por un día de descanso. Tampoco recibió su "recompensa", pero poco le importaba.

Se dirigía hacia su casillero esa mañana con un libro en mano, pensaba en repasar un poco antes del examen. Cuando abrió la puerta de este,un pequeño sobre cayo al suelo. Frunció los labios y recogió el pequeño sobre, sin ganas lo metió en su mochila, lo vería luego. Después de guardar sus cosas se dirigió a su clase donde, como cada martes, el resto de los chicos estaría.

...

La jornada terminó y todos los estudiantes salieron de sus clases para retirarse a sus casas. Algunos con la cabeza en alto, sabiendo que en el examen de ese día les había ido bien, otros con la cabeza baja sin la misma suerte. Claro, los nerds pertenecían al primer grupo.

Will tomó rumbo hacia su casillero y al llegar paro en seco al ver una caja extrañamente pegada en la puerta de este. Se apresuró a despegarla, desprendiéndole una nota que esta tenía pegada en su superficie.

"
Espero te guste tu recompensa, cariño.
"

Will suspiró y dejó la caja a un lado para guardar sus libros. En cuanto terminó tomó la caja que estaba envuelta en papel de regalo, la abrió y examinó su contenido sin poder evitar que sus ojos tomaran cierto brillo de felicidad.

Hace algún tiempo había observado en una tienda un hermoso juego de colores, pinturas y pinceles. Lamentablemente estaba fuera de su presupuesto y también del de Joyce. Aun así no pudo dejar de pensar en el hermoso juego. También se lo nombro a sus amigos, a Hopper, en alguna ocasión a Holland y etc. Tuvo que olvidar su obsesión al ver que no iba a llegar a ninguna parte porque nunca podría comprarlo, pero ahora lo tenía en sus manos. No sabía como iba a explicar que de repente tenía su añorada adquisición, aún así solo podía pensar en empezar a utilizarlo.

Sin perder más tiempo sello la caja de nuevo y camino a toda prisa hacia la salida de la escuela. Se encontraba tan ido en su alegría que chocó con una chica, tirando todos los libros que esta cargaba.

—¡De verdad lo siento! —exclamó Byers avergonzado.

Se tiro al suelo para ayudar para ayudar a la chica y ella hizo lo mismo.

—No importa, yo iba despistada —dijo mientras recogía los libros desparramados por el suelo.

Cuando ambos ya habían recogido todo del suelo, sus miradas se encontraron. Hubiera sido romántico si a Will no solo le gustaran los chicos, más en específico, Mike Wheeler.