Viaje al Capitolio

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Hay una sola ventana en la habitación, puedo ver la panadería desde aquí, no puedo evitar pensar que lo hicieron a propósito. El único propósito de los Juegos del Hambre es hacernos sufrir  ¿Acaso ellos saben el insoportable dolor que me están provocando? Obligando a Katniss a ofrecerse como voluntaria, para que eventualmente tenga que  contemplar la idea de matarla o verla morir ¿Acaso sabían como mi madre iba reaccionar? ¿Sabían que mi madre no podría darme una despedida normal como cualquier madre amorosa lo haría? ¿Sabían que ella iba a negarme palabras de afecto? ¿Y acaso también  sabían que me quebraría al ver la panadería a través de esta única y maldita ventana? Obligo a mi mente a trabajar de manera mas lenta y razonable, es poco probable que Effie Trinket estuviera detrás de alguna conspiración en contra mia, despues de todo no soy nadie. 

Mis hermanos no acudieron a verme y siento un dolor en el pecho por eso, recuerdo el desamor de mi madre y el dolor se acrecienta. La punzada que me provoca agonía se hace mas grande todavía cuando recuerdo las lagrimas de mi padre y las de Delly. Y siento que el pecho se me desgarra de dolor al recordar que mi padre me dijo que estaba orgulloso de mi. No puedo evitarlo las lagrimas pesan mucho en mis ojos, así que simplemente las dejo correr. Es una mala idea dejar que los sentimientos se apoderen de mi cuerpo, las cámaras en la estación me delataran ante todo Panem y los tributos profesionales celebrarán tener un blanco tan fácil como el panadero del distrito 12. Las puertas de la habitación se abren de par en par, los agentes de paz vinieron por mi.

Es un viaje corto hasta la estación, intento recomponerme pero una o dos lagrimas siguen cayendo a causa de la gravedad. Las cámaras en la estación se ven borrosas, siento como si no estuviera ahí, mi cuerpo no responde ante mis intentos de disimular fortaleza. Puedo ver que Katniss mantiene la compostura, se mantiene inexpresiva y fría, me gustaría poder hacerlo yo también pero me he rendido, intentarlo es imposible.

Las puertas del tren se cierran y siento como aumenta la velocidad, agradezco el sacudón que acaba de dar porque hace que mi agónica tristeza cese o por lo menos logra disminuirla, me devuelve a la realidad. Jamás  había subido a un tren, nadie tiene permiso de viajar en ellos a menos que sea para transportar carbón. De todas maneras dudo que este sea un tren ordinario, parece un lujoso laberinto de muchos compartimientos y habitaciones. Effie Trinket me pide que espere por ella mientras le muestra a Katniss su habitación. Espero en lo que podría ser la sala de estar del alcalde del distrito 12, cristales colgando del techo de manera que reflejan la luz natural entrante de las ventanas, pequeñas mesas que probablemente no tienen ningún tipo de utilidad, pero están talladas hermosamente, pequeños objetos de formas y colores graciosos se posan sobre ellas. Cuando tomo un poco de coraje para levantar uno de esos raros objetos Effie aparece apresurada por una puerta y me guía hasta mi habitación, cada uno de nosotros tiene su propio alojamiento que consiste de dormitorio privado con baño y vestidor. Me llevo una agradable sorpresa al descubrir que tenemos agua corriente  caliente en los baños, ni siquiera los comerciantes nos damos el lujo de usar agua caliente, no podemos costearla.

Effie me anuncia que tengo que estar presente a la hora de la cena y todo lo que esta en la habitación esta a mi disposición. No tengo que pensarlo dos veces, necesito un baño para enjuagar el sabor salado que  dejaron las lagrimas en mi cara, y quizás el agua caliente también  aligere el peso de mi pecho.  Una hora o dos me toma lavar el mal sabor de la cosecha, me cambio con lo primero que encuentro en los cajones, no importa como luce la ropa, sé de donde proviene y porque la puedo usar, no puedo evitar pensar que todo esto es un circo y me estoy disfrazando cual artista para empezar una función.

Divago por los vagones y encuentro a cada uno con diferentes estilos , pero de alguna manera  a pesar de ser distintos encajan a la perfección.  Luces, cristales, alfombras, cortinas y exquisitas pieza de mueblería de madera esculpida con extremada precisión. Llego a un vagón con paredes de madera  y encuentro a Haymitch Abernathy  el mentor de los tributos del distrito 12, mi mentor. Esta de pie, aunque percibo cierto tambaleo de su parte , tiene en sus manos una botella y una copa. Esta borracho, me pregunto si alguna vez dejo de estarlo. Mientras estaba explorando el tren recordé el incidente en la ceremonia de cosecha, verlo caer del escenario y alborotar a Effie Trinket. No puedo recordar nada mas especifico que eso pues en ese momento estaba demasiado inmerso en mis pensamientos, inundado por tristeza al enfrentar la idea de Katniss en los Juegos.  Haymitch se percata de mi existencia y me mira a través de sus ojos brillosos, no ambiciona presentarse, ni conocerme. Su boca solo se abre para articular una frase —Me voy a dormir una siesta— y me deja solo. Veo una mesa  y sobre ellas unos delicados platos, sin darme cuenta había llegado a mi destino, el vagón donde íbamos a cenar, tomo asiento en una de las sillas alrededor de la mesa  y decido esperar a Effie y Katniss.

THG:POV Peeta MellarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora