La Farsa

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No puedo levantar la mirada, temo encontrarme con los ojos de Katniss en alguna pantalla. Temo encontrar desprecio y odio en ellos. Probablemente si encontrara indiferencia o lastima seria mejor. La presión liberada en mi pecho debido a mi confesión se sintió tan bien al principio, resulto aliviadora, pero ahora siento una punzada de dolor. Ser capaz de decirlo a todo Panem en circunstancias extremas cuando tal vez podría haberlo hecho antes. La voz de Caesar Flickerman me devuelve a la realidad

-Vaya, eso si que es mala suerte- dice Caesar con sincero pesar. Puedo notar la tristeza en su voz

-No es bueno, no- mi voz suena en el escenario cuando creí que la había perdido

-En fin, nadie puede culparte por ello, es difícil no enamorarse de esa jovencita ¿Ella lo sabia?-

-Hasta ahora no- sacudo mi cabeza. Posiblemente nunca lo sepa, para ella esto será una táctica, una mentira, como nuestra amistad. Aunque la amistad que le ofrecí desde el principio nunca fue una mentira y tampoco lo es esto.

-¿No les gustaría sacarla de nuevo al escenario para obtener una respuesta- A pesar de que el publico nos aturde con alaridos afirmativos lo único que puedo pensar es NO. Acabo de desnudar mis sentimientos estúpidamente, no quiero hablar de esto con Katniss no aquí no ahora, nunca. Nunca podríamos estar juntos, nunca podríamos ser amigos nuestra relación esta por siempre contaminada con los juegos. Uno de nosotros desaparecerá de esta tierra dentro de poco y ruego a dios que ese destino sea el mío -Por desgracia- continua Caesar -Las reglas son las reglas, y el tiempo de Katniss Everdeen ha terminado. Bueno te deseo la mejor de las suertes, Peeta Mellark, y creo que hablo por todo Panem cuando digo que te llevamos en el corazón.- La multitud ruge y aplaude con mas entusiasmo que con cualquier otro tributo. No solo me aplauden a mi, aplauden por ella, y por la patética ilusión de nosotros juntos. No puedo evitar agradecer tímidamente, veo a mujeres, las mas jóvenes, con lagrimas en los ojos sin importarles lo mucho que arruinan su maquillaje.

Vuelvo a mi lugar abatido, entre el arrepentimiento y el triunfo. La historia de un amor prohibido y destinado a la tragedia se esparciera rápidamente y con éxito, no habría una sola persona en Panem que no pudiera identificarse conmigo ¿Quien no a anhelado alguna vez tener a la persona equivocada? ¿Quien no ha sufrido de un amor platónico? ¿Quien se podría resistir a ella? Mi arrepentimiento proviene de haber respondido a ese impulso de confesarme ante mi mejor amiga, personificada en la muchacha de escarabajos en el cabello. Delly no se encontraba cerca para escucharme no tendría que haberme expuesto de esa manera. Cuando el himno concluye los tributos avanzamos en fila para llegar hasta el ascensor. No puedo esperar para regresar al piso 12 y encerrarme en mi habitación, Katniss no me dirige la palabra y es mejor así: la indiferencia me resulta mas soportable que el odio. Cuando el ascensor se abre en nuestro piso, Katniss golpea mi pecho inesperadamente, pierdo el equilibrio y caigo contra una urna contenedora de flores artificiales. Mis manos sangran, la urna se hizo añicos bajo mis dedos, el dolor de mis nuevas heridas no se comparan con el que siento por su enojo. Siento que me hierve la sangre, no por el dolor, mi enojo también es grande pero no es por ella.

-¿A que viene esto?- pregunto casi indignado

-¡No tenias derecho! ¡No tenias derecho a decir esas cosas sobre mi!- me grita descontrolada

El ascensor se abre nuevamente y los ojos de Haymitch, Effie, Cinna y Portia nos miran sin poder comprender lo que ha sucedido.

-¿Que esta pasando?- pregunta Effie conteniendo su histeria -¿Te has caído?-

Ni siquiera podía tratar de encubrirla-Después de que ella me empujara- Respondo mientras Cinna me ayuda a ponerme de pie

-¿Lo has empujado?- pregunta Haymitch sorprendido

THG:POV Peeta MellarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora