Hoy me encuentro esclavizado en las tristes olas que van y vienen trayendo consigo una eternidad de problemas y llevándose una plenitud de recuerdos felices. Sigo encadenado en esa habitación de cuatro paredes que nunca me gustó , cuatro paredes en las que sólo hay espejos dejando a la vista mis heridas, mis defectos y mis lágrimas cayendo por las mejillas de mi rostro. Intento encerrarme en mí; recojo mis piernas y las entrelazo con mis manos. Siempre tuve complejos como todos, supongo, pero mis complejos además de ser por mi físico es por la pura maldad que vive en mí. Soy un monstruo oculto entre complejos y encerrado entre espejos.
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El último destello de luz
Short StoryA veces nosotros mismos nos metemos en la más profunda oscuridad de la que pocas veces podemos salir sin quedar dañados.