Sin oxígeno

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Me encuentro encerrado en una habitación en llamas. Las llamas me quitan el poco oxígeno que alberga la habitación, me cuesta cada vez más respirar. No soy capaz de respirar; cada vez me sumerjo más y más en la oscuridad de las cenizas y el humo de las llamas. No sé quién o qué provoco las llamas pero quién quiera que fuese lo hizo, prendió llamas a la seguridad de mi habitación. Las llamas están apunto de alcanzarme mientras yo malgasto el poco oxígeno que queda en derramar lágrimas por mi rostro tiznado por las cenizas. Mientras mis lágrimas caían se volvían negras, dejando un surco de color piel pálida. Grito en auxilio, pido ayuda ante cual adversidad, nadie responde. Seguí llorando lágrimas negras mientras el oxígeno se acababa. Caí en una ocuridad absoluta y las llamas consumían lo que quedaba de este cuerpo que nunca tuvo interior. Supongo que mis cenizas ahora serán libres pero sensibles a cualquier ráfaga de viento. Pobre de mí que me encerré en mi seguridad y que cuando quise salir no había modo de escapar.

El último destello de luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora