Capítulo I

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Hola a todos, espero que les agrade este pequeño fanfic.

Mi inspiración para esto se debe a este hermoso post en Tumblr: http://lethal-desires.tumblr.com/post/167347813413/single-dads-au

Disclaimer: Chris y Tom no son de mi propiedad. Se pertenecen a ellos mismos (?)

Advertencias: slash / lemon/ gay couple. Single fathers AU. Rated: M. escenas smut/ explícitas

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NIÑOS. LOS MEJORES CONSEJEROS

I

—Vamos princesa. Es hora de levantarse —dijo Chris, dándole un pequeño empujoncito a Natalie, quien todavía estaba dormida en su nueva cama.

Tenían apenas dos semanas de haberse mudado a ese nuevo vecindario, para variar, por el trabajo de su padre. Aunque ella tenía escasos siete años de edad, sabía lo ocupado que era ser Chris Hemsworth: uno de los cinco directores de una empresa privada para realizar comerciales y padre soltero al mismo tiempo. Pero estaba bien, ella no sentía que hubiera deficiencias en su cuidado o en el tiempo de calidad que pasaran; pero ¡caracoles, ya se habían mudado tres veces éste año! Comenzaba a molestarle hacer amigos y tener que irse a los tres meses.

Estiró los brazos y miró con cara de berrinche a su padre.

—Dijiste que sería la última mudanza —sacó el tema con un puchero en los labios.

—Oh, lo siento -se disculpó Chris. —De verdad que será la última

—¡Ya lo creo que sí! Extraño a mis amigos

—Bueno, todavía puedes hablar con ellos por videollamadas

—Pero podría ir a visitarlos si no estuviéramos tan lejos

El origen del empresario era australiano, sin embargo, con los recientes cambios en la empresa y la supervisión de cada uno de los directores en un sector determinado, Chris tuvo, por unanimidad de votos, el puesto en Londres. Eso era un verdadero cambio para la pequeña Nat, quien apenas había llegado, se sintió apenada por tener un acento peculiar. Pero para su suerte, su niñera Clara aceptó ir con ellos.

—Vamos Nat, llegarás tarde a tú primer día de escuela si no nos apuramos

La pequeña de ojos azules, como los de su padre, se levantó a regañadientes, pero después de tomar una malteada de chocolate en el desayuno ya estaba feliz.

—Clara, Nat sale a la una de la tarde. Yo llegaré alrededor de las cinco. Si hay algún problema, llámame

La nana asintió, bastante tranquila mirando como el intrépido australiano le abrochaba el cinturón de seguridad a su hija en el asiento trasero de su camioneta. La madre de Nat había fallecido hace tres años, y a pesar de que eso supuso un cambio drástico a la vida de toda la familia, debía admitir que Chris hacía un magnífico trabajo como padre, y madre. Pero tarde o temprano Nat necesitaría el amor de otro elemento parental.

Llegando a la escuela, el rubio fue el blanco de muchas miradas de distintas mujeres llevando a sus hijos a la escuela, quienes no repararon en ser discretas al decir frases como: "mira Carol, es el padre de la niña nueva"; "mira esos ojos"; "dicen que está soltero"; "su acento es tan exótico". Frases que, por supuesto, Chris no escuchó (la distracción podría ser una virtud en él). Sin hacer más intervenciones, despidió a Nat, dirigiéndose a su oficina.

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El primer día en el trabajo fue regular. Chris no hizo mucha interacción como debía. Las caras nuevas le causaban desconfianza en muchos sentidos, pero supuso que sería cuestión de tiempo encontrar alguna amistad que lo hiciera sentir más cómodo. Recordaba a la madre de Nat de vez en cuando, y hubiera querido tener citas para hallar alguna... ¿Sustituta? No. La madre de Nat siempre sería irremplazable, pero no era ciego a la realidad: se sentía solo aun con su hija. Vino pensando todo esto durante su trayecto de regreso a casa. Al aparcar, Nat corrió hacia él, abrazándolo.

Niños, los mejores consejeros [Hiddlesworth AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora