BAJO EL MISMO TECHO [MOONSUN ADAPTACIÓN]

XXX. ¿QUIERES SER MI NOVIA?

Byul dejó el mechero sobre un mueble y respiró hondo. Estaba decidida a mandar muy lejos los miedos, siempre que Kim YongSun todavía quisiera algo con ella. Cuando escuchó la puerta, se acercó al vestíbulo para recibirla.

—Hola Solar, gracias por aceptar cenar conmigo —saludó Byul. La rubia asintió.

—Tengo que cenar en algún sitio, ¿no? —dijo YongSun tratando de sonar despreocupada, aunque la intriga de lo que Byul pudiera decirle la tenía intranquila.

—Siento que el otro día se estropease tu cita con Sowon por mi culpa.

—Bueno, en realidad fue culpa de mi madre —aclaró YongSun—, pero ya da igual, de todos modos he quedado con ella como amigas, no funcionaba.

A Moon Byul le costó ocultar la sonrisa, la rubia no se dio cuenta, estaba dejando el bolso en el perchero.

—Ven, Solar —Tomó su mano y tiró de ella con cuidado.

Entraron juntas al salón y YongSun miró en todas direcciones con cara de sorpresa.

—¿Y todas estas velas? —La habitación estaba inundada de lucecitas.

—¿No te gusta? —preguntó Byul preocupada.

—Espero que no causemos un incendio —Byul agachó la cabeza, afligida—, es una broma, tonta, me encanta, le da al salón un ambiente muy… especial… ¿Qué celebramos? —preguntó YongSun todavía confundida.

—Que tu apartamento ya está listo, que hemos terminado los exámenes —YongSun bajó la mirada, decepcionada—, y que tenemos toda la noche para nosotras solas —añadió curvando sus labios en una suave sonrisa que acabó contagiando a la rubia cuando la volvió a mirar.

YongSun se sentó en la mesa, perfectamente puesta, y vio a Byul llegar de la cocina con una olla en las manos. Todavía llevaba vendas en la derecha.

—Deja que te ayude —ofreció YongSun.

—No te preocupes, casi no me duele —aseguró Byul mientras empezaba a servirle la sopa.

—Por más que insista, no dejarás que te ayude, ¿verdad?

—Así es —afirmó Byul con una gran sonrisa.

—Eres una cabezota, Moon Byul-Yi —dijo YongSun torciendo la boca. Byul se rio un poco y siguió sirviendo los primeros platos.

—Kim YongSun y su manía de ayudar a todo el mundo —se burló. La rubia no se molestó, pues pudo notar el cariño en la voz de Byul. La generosidad de YongSun era una de las cosas que más le gustaban de ella.

—¿Cómo te fue en el examen de hoy? —preguntó la rubia.

—Bastante bien, creo que al final aprobaré todas las asignaturas —exclamó son satisfacción.

—Sabía que podías hacerlo —dijo YongSun con orgullo. Byul sonrió en silencio y sin dejar de mirarla. YongSun acabó apartando la mirada.

—¿Te gusta el postre? —inquirió Byul para relajar el ambiente.

—Sí, está muy bueno —declaró YongSun volviendo a mirarla—, ¿lo has hecho tú?

—Sí, pero me ayudó mi abuelo, siempre ha tenido buena mano para la cocina.

—Gracias por la cena, Byul.

—La preparé encantada… ¿qué te parece si nos sentamos en el sofá? —sugirió Byul de pronto.

YongSun asintió, le apetecía estar un poco más cerca de ella. Ambas llevaron sus copas de vino y se sentaron en el sofá.

—Un brindis por el final de los exámenes —exclamó YongSun.