EN LA ALDEA

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EN LA ALDEA:

Sakura caminaba por las calles de Konoha, había algunos cambios, no tan grandes para ser la gran cosa pero la joven podía notarlos, nuevas casas y algunos puestos que le daban un toque distinto a las calles. Aún se estaba reconstruyendo pero iba por buen camino. La embargó una felicidad nostálgica que trató de borrar de inmediato, había mejores formas de aprovechar el tiempo que ponerse sentimental.

Ya era de noche, pero no tan tarde para evitar que las personas siguieran paseando tranquilamente, algunas parejas tomadas de la mano, los puesto de comida estaban llenos, se podían oír risas y murmullos de charlas distendidas, era un ambiente tranquilo y sereno. La joven podía ver la calma en los rostros de las personas, parecían estarse olvidando de las heridas de la guerra y eso era muy bueno, se sentían a salvo.

¿Por qué ella no podía sentirse de la misma forma?

-¡Sakura-chan!- era la inconfundible voz de Naruto -Volviste- dijo cuando la alcanzó, el desconsiderado había dejado atrás a Hinata que aún luchaba por alcanzarlos.

-Te dije que lo haría- respondió abrazándolo con fuerza. Un par de meses alejados y ahora podía notar las diferencias en su compañero, su cabello más corto, sus facciones un poco más finas pero siempre sus clásicas marcas en ambas mejillas -¿Cómo ha estado todo por aquí?-

-De los más aburrido, no he podido salir de misión aún-

-Eso es porque debes descansar. Hacen bien en dejarte aquí, en la Aldea-

-Sakura-san, me alegra verte- Hinata los había alcanzado, el abrazo entre compañeros se rompió y el ninja tomó la mano de su nueva pareja.

-Es bueno estar de vuelta- la joven observó a su alrededor y entonces notó el cambio más grande y que no se explicó cómo podría haber pasado por alto.

-Estará listo en un par de días- le comentó Naruto viendo el muro Hokage donde el rostro de su sensei ya estaba esculpido. La joven sonrió al verlo, el ex ANBU no estaba acostumbrado a llamar la atención y ese monumento lo destacaba del resto, ya podía imaginar la mueca de su sensei cada vez que veía su rostro tallado en ese muro.

-¿Kakashi-sensei está bien?- había pensado en él durante gran parte el camino, y quería verlo, pero ya era muy tarde para molestarlo.

-Sí, aunque casi no lo veo, se la pasa en la Torre Hokage. Parece muy comprometido con su futuro puesto- una razón más para no interrumpirlo . Decidió no estorbar. El ninja ni siquiera debía recordar que ella había prometido volver para su nombramiento -¿Cómo está Sasuke?-

-Él está bien, aún se está recuperando...-

Habló un rato más con la pareja hasta que decidió que era momento de dejarlos solos, estaba de sobra y aunque Naruto era muy distraído para notar que Hinata quería un poco más de privacidad en una cita, ella se había dado cuenta perfectamente. Se sentía un poco sola sin Sasuke, estaba acostumbrada a su presencia y ahora tenía que caminar sola por la calles, no se atrevía a entrar sola a comer y no quería interrumpir a sus amigos que también estaban con sus respectivas parejas, entre ellas Ino. A pesar de todo, le gustaba estar en la Aldea, ya tendría tiempo de hablar y ponerse al día.

Se fue hasta su casa, había sido un día agotador y quería descansar. Tomó una ducha y dejó que el agua caliente limpiara su cuerpo, había echado de menos las comodidades y la seguridad de una habitación de cuatro paredes, y no es que con Sasuke no se sintiera a salvo, era que ya había pasado mucho tiempo en el exterior. Pensó que tardaría en poder conciliar el sueño, era la primera noche sin Sasuke a su lado, pero resultó que se quedó dormida apenas tocó la cama.

AL FINALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora