Respiré hondo y entré a la cocina, preparándome para otra discusión con mi madre.
Estaba sentada en la mesa desayunando y su largo pelo rubio caía en cascada por su espalda. Mi madre y yo nos parecíamos mucho, me lo habían dicho ya varias veces. Todos sus amigos de la universidad me decían que era igual que ella cuando era joven. Ella debe pensar igual, porque siempre está intentando asegurarse de que acabo igual que ella, igual de exitosa.
Entré en la cocina, mis botas grises haciendo ruido al pisar el suelo, más del que yo esperaba. Aun así, mi madre no se percató de mi presencia. Estaba tomándose su yogurt tranquilamente y mientras pasaba delante de ella, pero seguía mirando su teléfono.
“Mamá” Le llamé. Se giró hacia mí y después volvió a concentrarse en su desayuno. “Mamá” repetí.
“¿Qué quieres Danielle?” Dejó de mirar a su iPhone y me miró a los ojos finalmente.
“¿Me puedes devolver mis llaves, por favor?” Le pregunté con calma. Ni si quiera le dije nada por llamarme por mi nombre completo. Estaba tratando de llevarme mejor con ella.
Miré al reloj de la pared y vi que ya eran las 7:05, tenía cincuenta y cinco minutos más antes de que las clases empezaran.
“Cuando mejores tus notas y dejes de ir a esas malditas fiestas.” parpadeó y volvió su vista a lo que estaba expuesto delante de ella.
“¡No es justo! ¿Qué quieres? ¿Qué coja el bús? ¡No he cogido el autobús en mi vida!” Me quejé. Era verdad, desde que voy al colegio nunca he cogido el autobús y tampoco tenía planeado hacerlo.
“Acostúmbrate. Cuando pueda confiar en ti otra vez, puede que tengas tus llaves de vuelta.” Ni si quiera me miraba mientras me hablaba, no despegaba sus ojos del teléfono.
“Esto es ridículo.” Me enfadé y cruce los brazos sobre mi pecho.
“Tienes que estar en la parada a las 7:15”
“¿Y si le digo a Brooke que me lleve? ¿O a su novio, Luke?” Pregunté, refiriéndome a dos de mis mejores amigos. Los dos se ofrecieron a llevarme cuando se enteraron de que me confiscaron las llaves del coche, pero dudaba que mi madre me dejase ir con ellos.
“Entonces tendrás las llaves confiscadas por más tiempo.” Suspiró. Se levantó y dejó el bowl en la encimera.
"¡Pues cuando todos se rían de mí por ser la única mayor del autobús que sepas que será tú culpa!" Grité sobre mis hombros mientras salía de la cocina.
“¡Tú padre va a venir a cenar, no llegues tarde!” Esa fue la única respuesta que obtuve por su parte mientras me alejaba de ella.
Cogí mi chaqueta y mi mochila y salí de allí sin molestarme en despedirme siquiera.
Pegué un portazo al salir y fui con cuidado para que nadie me viese ir a la parada de autobús. No era amiga de nadie que viviese cerca de mí pero cualquiera podría verme coger el bús. Estaba asustada sobre lo que la gente opinase de mí después de ir al colegio en autobús esa mañana, esa y el resto de las mañanas hasta que mi madre entrase en razón.
Llegué a la esquina y me incliné sobre la parada, alisando la parte baja de mi vestido de estampado floral. Miré el teléfono y eran las 7:12.
Como esperaba, no había nadie más en la parada. Claro, todos los demás iban al colegio en el coche de sus padres, sus amigos o incluso en el suyo propio. Creí que iba a coger el autobús sola hasta que me devolviesen mis llaves o por lo menos hasta que las encontrase y se las quitase. Pero hasta entonces iba a ser yo conmigo misma. Por lo menos nadie iba a verme.
Escuché una tos detrás de mí y di un saltito, sobresaltada por la presencia de otra persona. Me deslicé hacía un lado para ver a un chico al otro lado de la parada. Ni siquiera le oí llegar, apareció por arte de magia.
Tenía un pelo rizado de un color rubio oscuro que se veía algo revuelto. Sus ojos, que adiviné que serían de un color claro, estaban escondidos detrás de unas oscuras gafas de sol. El chico era alto, pero no la persona más alta que conocía. El novio de Brooke, Luke, era más alto que él. No recordaba haber visto a este chico antes y por un momento me pregunté si estaba en mi misma escuela.
Volví a mirar mi teléfono y eran las 7:15 exactamente y el autobús no había llegado aún. Ser impaciente era uno de mis defectos, simplemente no podía controlarlo.
“Danielle Murphy ¿qué coño haces en la parada del autobús?” Habló y me giré para mirarle. Sacó un paquete de tabaco y cogio un cigarro poniéndolo entre sus labios.
“Es Dani. Dani Murphy.” Contesté. Se puso delante de mí y expulsó el humo, justo en mi cara. Tosí.
“Bueno, ¿y qué coño haces aquí? ¿No tienes un coche enorme y carísimo que te compró tu papi para ir al colegio?” Preguntó y mientras hablaba, el cigarro moviéndose arriba y abajo.
“¿Quién eres?” Le miré con el ceño fruncido.
“Ah claro, no me conoces” Se burló dándole otra calada al cigarro.
“Eso te va a matar.” Le digo señalando el cigarro que tenía entre sus dientes.
“¿Y por qué crees que lo fumo?” Se río de mí echándome más humo en la cara.
“¿Quién eres?” Volví a preguntar con frustración.
“No necesitas saberlo.” Me sonrió.
“¿Cómo sabes quién soy?” Le pregunte pensando que, a lo mejor, esta vez contestaría a la pregunta.
“¿Quién no sabe quién eres?” Se rio. Independientemente de su molesta actitud, tenía una sonrisa bonita. “Eres Danielle Murphy.”
Le miré mal, ya le había dicho que no me gustaba el nombre Danielle.
“Perdón, Dani.” Se corrigió a sí mismo. ”Tu madre es una exitosísima mujer de negocios y tu padre es el jefe de un enorme bufete de abogados ¿no? Vives en esa enorme casa bajando la calle y te sirven todo en bandeja de plata”
“No es verdad” Agité la cabeza, aunque sabía que era así. Parecía que todo el mundo sabía quién era por mis padres y su éxito, no por mí. Era Danielle Murphy, la hija de Charles y Samantha Murphy, los más ricos de la ciudad.
“Tienes que coger el autobús porque tu madre os pilló a ti y a algún tío volviendo de fiesta y te ha quitado las llaves del coche.” Continuó y empecé a asustarme por lo mucho que sabía a cerca de mí.
“¿Cómo sabes todo eso?” Pregunté. Solo Brooke y Luke sabían la razón por la que cogía el autobús. Sabía que era popular y la gente chismorreaba sobre mí pero me aseguré de que nadie supiese nada sobre esto.
“Sé más de lo que crees.
Dijo tirando su cigarrillo y pisándolo.
Dos minutos después el autobús llegó para recogernos a mí y a aquel chico tan misterioso.
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7:15 - Ashton Irwin {Español}
أدب الهواة"7:15, esa es nuestra hora" Historia original http://www.wattpad.com/story/12141959-7-15-%E3%80%8Birwin-a-u