Capítulo 4.

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-Hola...

La voz de Scar casi no se oyó al entrar por la puerta. Su madre estaba en el piso de arriba, moviendo algo pesado. La chica subió las escaleras con cuidado y se acercó hasta su habitación. 

-Hola, mamá...

-Hombre, te has dignado a venir.

-Mamá, lo siento, es que se me ha pasado la hora.

-No, eso ya lo veo. 

-Lo siento...

Su madre la miró y suspiró. 

-No pasa nada. Espero que al menos te lo hayas pasado bien.

Scar no pudo reprimir una sonrisa.

-Vale, entiendo que sí. 

-¿Quieres que te ayude?

Su madre se frotó la espalda y negó con la cabeza. 

-No, cariño, estoy muy cansada. Mejor lo dejamos para mañana. 

-Está bien.

Se dieron un beso y la chica se dirigió a su habitación. 

Tras unos cuantos días, su relación con Zayn se formalizaba. A pesar de que al principio ambos habían negado lo evidente, se gustaban, y aquello podía llegar a ser algo más que una simple relación de sexo. 

Llegaban los útlimos días de curso, por lo que los estudiantes ya no tenían nada que hacer. Scar se dirigía a casa de Zayn, donde la madre de éste le abrió la puerta. Como ya era conocida por allí, no dudó en darle un abrazo. 

-Zayn está arriba, cariño. Ya sabes el camino a su habitación. 

La chica se ruborizó y caminó hacia el piso de arriba. El chico estaba tirado en su cama fumando un cigarrillo mientras miraba algo en su móvil.

-Hola-saludó la chica timidamente.

Zayn tiró el móvil a un lado de la cama y sonrió.

-Hola.

Echó el humo de su cigarro y le hizo un hueco en la cama. La chica se tiró a su lado y le dio un corto beso en los labios. Después, agarró su mano y dio una calada al cigarro. Zayn la miró sonriendo. 

-¿Por qué no me has dicho que venías?

-Quería darte una sorpresa. 

Zayn volvió a sonreír y la acercó a él con una mano. Comenzaron a besarse y el chico se puso encima de ella. Agarró el bajo de su camiseta en intentó quitársela, pero ella se negó. Zayn la miró a los ojos y la cogió por las muñecas con una mano y con la otra subió la camiseta hasta la línea del sujetador. Scar se revolvía debajo de él, rozando las lágrimas. 

-¡Zayn, por favor! 

El chico la miró a los ojos y le soltó las muñecas.

-¡Ronnie, joder!

La llamó por su nombre, del que se había enterado hacía pocos días, haciendo que la chica ocultase la cara entre las sábanas. Al ver esta reacción, Zayn suavizó su tono de voz. 

-Ronnie, por favor, ¿qué pasa? Nunca me dejas quitarte la camiseta cuando lo hacemos, ¿por qué? 

La chica no le contestó, siguió llorando entre la ropa de cama. Cuando Zayn fue a tocarla, ella se apartó con miedo. El chico abrió mucho los ojos. 

-Verónica, por favor, cuéntame qué pasa -la chica se incorporó, mirándole con cautela- . Por favor, no voy a hacerte daño...

Ronnie se limpió las lágrimas y suspiró fuertemente. El chico volvió a intentar acercarse a ella, esta vez con mejor resultado, y pasó un brazo por encima de su hombro. 

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