Capítulo 9.

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Cuando Ronnie se levantó al día siguiente, su mejor amiga dormía en el colchón del suelo. Suspiró aliviada y se preguntó a qué hora habría llegado. "Bueno, ya tendré tiempo de interrogarla", pensó. Bajó a la cocina y se preparó el desayuno. 

-Que tranquilidad...-susurró.

En realidad, no se oía ni un ruido. Miró el reloj, las doce. Su madre y su hermano debían estar en el entrenamiento de fútbol de éste. Se sentó en el sofá y miró la televisión mientras desayunaba, aunque en realidad no le estaba prestando atención. Minutos después sonó el timbre y se levantó a abrir.

-Hola, preciosa-dijo Eric con una sonrisa. 

La chica saltó a sus brazos y le dio un gran beso.

-Me he levantado con energía.

-Podemos gastarla si quieres...-propuso el chico entrando en la casa y levantando suavemente la camiseta de ella.

-No-contestó ella con media sonrisa-, Effy está durmiendo.

-Pero tu madre no está.

-Me da igual, no voy a hacerlo con mi mejor amiga durmiendo al lado, y menos en la cama de mi madre.

-Podemos hacerlo en el sofá.

La chica sonrió y le dio un suave beso.

-¿Quieres desayunar?

-Solo algo que tenga piernas y lleve una camiseta azul.

-¡Eric!-gritó ella riéndose.

-Oh, vamos, Effy ya nos ha oído muchas veces.

-No sabe que hemos vuelto...

-¿No se lo has dicho?

-Ya sabes lo que piensa de ti.

-Ya... Bueno, no hay prisa.

Se dieron un pequeño beso y se sentaron juntos en el sofá. Hablaron durante un rato comentando las noticias que salían en el televisor, hasta que alguien les interrumpió.

-¿Ronnie?-preguntó una voz- ¿Hola? ¿Hay alguien?

Elizabeth entró en el salón con cara de sueño y rascándose la cabeza. Al ver a su mejor amiga y a su ex novio entrelazados en el sofá su expresión cambió totalmente.

-Esto...-empezó a decir la morena.

-¿Qué hace él aquí?

-Buenos días a ti también, Effy-dijo el chico en tono frío.

-No te los he dado, puedes ahorrártelos. 

-Effy, por favor, acompáñame un momento a la cocina.

La rubia le echó una última mirada asesina al chico del sofá y siguió a su amiga hasta la cocina.

-¡¿Pero qué pasa contigo?!-susurró con firmeza- ¿Estás loca?

-No, Effy, yo...

-¿Te ha obligado a que le dejes entrar? Podemos llamar a la policía, ¿sabes?

-Effy, escúchame.

-¿Te ha hecho algo?

-¡Effy! Eric y yo estamos juntos, ¿vale?

La rubia abrió mucho los ojos.

-¡¿Qué?!-gritó.

-Sh...Habla más bajo, sigue ahí y esto ya es bastante incómodo.

-Pero... ¿Tu eres tonta?

-No, tía, ha cambiado, de verdad. Me lo ha demostrado...

-Sí, ¿hasta cuándo ha cambiado? ¿Hasta que le de otra rabieta y vuelva a pegarte una paliza?

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