Cuidalo.

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- Más te vale tener una buena razón para lo que hiciste o pagarás por ello.

-¡La tengo!- contestó Dazai de forma tranquila mientras levantaba las manos en señal de rendición y sonreía. Su alumno, Atsushi, estaba junto a él temblando por ambos pues Nakahara Chūya sin su saco y en pose de pelea no auguraba nada bueno a su integridad física, menos si Akutagawa estaba detrás del pelirrojo y con Rashōmon listo para atacar.

—Bueno, cariño, todo empezó la semana pasada. ¿Recuerdas cuando tuvimos cuatro rondas de sexo? — Los menores se sonrojaron y apartaron la mirada. Chūya asintió sin prestar atención. — Manten en mente que si me castras no podremos tener más noches así. —Atsushi creyó los golpearían más se sorprendió al ver al pelirrojo mortificado por ello —Pero volviendo al punto, hace unos días, mientras tomábamos café mencionaste irías a tomar un café con Hirotsu-san, Kajii y Tachihara.

—Prosigue —Sabía que iría para largo así que de sentó.

—Pues bien, sabiendo no llegarías pronto, fui al Lupin. Pero al volver, mi celular empezó a sonar. Era una llamada tuya y cuando contesté Hirotsu-san me dijo debía irte a recoger.
La verdad es que estaba cerca, así que sin dudar fui por ti. Yo estaba muy feliz pensando en regresar junto a ti, pasar a  algún parque, tontear un poco.
¿Sabes con qué me encontré?

—No. No tengo puta idea.

—Me encontré contigo abrazando a Tachihara —el tuno despectivo era obvio — Lo peor es que le llamabas "Dazai" , "Bastardo", "Osito Quasi" y demás sobrenombres que no voy a mencionar por los menores.

—Yo no...

—Tu sí.  Y peor aún: ¡Le dijiste Osamu! Pero no, Chūya, yo no estoy molesto contigo por eso, después de todo pensabas en mi y me encargué de remarcar quién era yo en casa —en esta ocasión Chūya si se sonrojó — Yo estaba molesto porque ese imbécil no hizo el más mínimo intento de alejarte, al contrario, te estaba ¡Abrazando por la cintura!

—¡¿Y eso justifica para ti hacer que Mori lo rebajara a mensajero y explotarle el auto?!

—No. Eso justifica su casa se quemara.

—¡¿También fuiste tu?!

—Si.

— Enfermo.

—La situación no se detuvo ahí porque dos días después descubrí tenía fotos tuyas. Y eso sí, eso si merece convertirse en mensajero y perdiera su auto.

—Lo peor es que ni siquiera me sorprende — suspiró mientras apretaba el puente de su nariz — Ahora, explica por qué estas con el niño tigre en esta base de la mafia.

— Como pago por cumplirme el capricho Mori pidió protegiera este almacén.

—Pero, Dazai-san, la demoledor— Dazai se apresuró a  tapar la boca de su compañero, más era tarde, Chūya había entendido ya.

—Dazai... Corran.

Sin dudar los dos detectives salieron corriendo,  pero antes de una cuadra Dazai cayó.

—Sigue sin mi, Atsushi-kun. ¡recuerdame como un héroe!

El albino ni le escuchó, siguió corriendo. Chūya perdonaría a Dazai pero Akutagawa a él no, por lo que poco le importaba cayera.
Lo único que escuchó antes de salir de ahí fue un grito.

Cómo ser un buen esposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora