Pide su ayuda.

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Nakahara había estado trabajando hasta muy noche desde hacía una semanas, hoy especialmente estaba agotado. Solo deseaba dormir y despertar hasta que pasaran 100 años.

Entró cauteloso al departamento, siendo las cuatro de la mañana suponía Dazai estaría durmiendo y no quería despertarle.
Extrañaba pasar tiempo con él, después de todo, últimamente llegaba cuando el castaño dormía y al levantarse Dazai ya se había ido.
Ya le compensaré  pensó para sí, ahora la prioridad era descansar.

Al entrar en la habitación se recargó de la puerta y empezó a quitarse su abrigo, chaleco, guantes, zapatos, calcetines, cinturón, pantalon, camisa y no pudo evitar recordar a Dazai quejándose de que usara tanta ropa. La presentación de un ejecutivo, se dijo mentalmente mientras, sin nada más que unos boxers, se acostaba junto a su esposo.

ーHe regresadoー susurro mientras le daba un beso y como respuesta vio sonreír al más alto.

Con una sonrisa en sus labios, se dejó arrastrar a los brazos de morfeo también.

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Estaba plácidamente dormido, hasta que escucho a Dazai hablarle.

ーChūya, tengo calor.

Como respuesta jaló todas las cobijas y se hizo bolita con ellas. ¿Si tenía calor no las necesitaría, verdad?

ーChūya, tengo calor. ー repitió nuevamente mientras intentaba destaparle.

ーTienes sueñoー contestó mientras se aferraba a las cobijas. Pero no funcionó, Dazai logró quitárselas.

ーNo, estoy muy seguro de tener calor...

ーEntonces toma una ducha fría. ー dijo mientras se sentaba y recuperaba las cobijas que el castaño tenía en sus manos. Se tapó hasta la cabeza y le dio la espalda.

ーPero Chūya... Tu puedes quitarme este calor. ー murmuró más cerca.

ーNo, no puedo. Déjame dormir.

ーChuuuuyaaaaaaa. ー insistió esta vez mientras le movía.

ー¿Maldición, Dazai, que tienes contra el buen dormir? ー dijo deseperado mientras se levantaba y arrojaba sus cobijas. Le miró molesto, pero el contrario no apartó la mirada, lo único que hizo fue cruzarse de brazos. Chūya pudo notar estaba sonrojado y eso le alarmó. Él no se avergonzaba nunca con nada, el cinismo estaba demasiado arraigado en él. Con prisa colocó su mano en el rostro de su esposo y se asombro al sentirte con fiebre ーEstas ardiendo.

ーTe dije que tenía calor.ー contestó sin descruzar los brazos.

ー¿Qué hiciste hoy? ー preguntó mientras iba por unos medicamentos.

ーKunikida-kun se molestó porque bromee con buscar una chica para cometer suicidio. Me tiró agua encima. Al parecer no es tan obvio que soy gay.

Chūya río y le entregó un vaso con agua junto a dos pastillas.

ー Fue tu culpa entonces.

ー No es mi culpa no note mis bromas. Yo solo no quería hacer los reportes.

Chūya volvió a acostarse y Dazai se acercó.
Osamu nunca pedía un abrazo verbalmente, pero él había aprendido a leerlo lo suficiente para saber que, cuando se recostada así quería ser abrazado. 

Al menos mañana tengo el día libre.

Pensó Chūya mientras ambos volvían a dormir, esta vez abrazados.

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Tenía tan abandonado este ff como mis libretas del semestre pasado...

Cómo ser un buen esposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora