KuroKage: Parte 1

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Narra Kageyama...

No tenía idea de cómo había terminado en esa situación, quizás nada hubiera pasado si no me hubiera separado de mi grupo en primer lugar, y de Hinata un poco después. Sabía que era peligroso para un omega andar solo, pero no había sido mi culpa que después de perder a mi equipo junto con Hinata, él se hubiera separado de mí, dejándome solo, a merced de tres malditos alfas que parecía, habían estado vigilándome mientras caminaba unas cuadras intentando encontrar el camino a Karasuno, y ahora, me acorralaban contra una pared, apretando mis brazos con mucha fuerza.

Era sabido que los omegas no teníamos tanta fuerza como los alfas, cuestión por la cual, yo no podía moverme y estaba empezando a temblar de miedo; justamente, en estas situaciones es cuando odiaba lo que era, y me sentía impotente.

-Qué bonito omega hemos encontrado-Escuche decir a uno de ellos.

-Sí, tenemos tanta suerte hoy-Dijo otro.

Empecé a temblar más fuerte de solo escucharlos y ver como su olor se expandía, intentando dominarme, las lágrimas comenzaron a caer de mis ojos y agache la cabeza tratando de ocultarlo.

-¡Ay, el omega se echó a llorar!-Exclamo el que me apresaba contra la pared, y justo entonces, sentí otro aroma, uno más dominante que los otros, como a humo de un incendio.

-¿Es qué no les han enseñado que a los omegas se los respeta y trata de manera delicada?-Escuche una voz familiar y claramente fuerte-Quiero que lo suelten en este instante y salgan de mi vista, ratas estúpidas-

Vi a los tres tipos temblar ligeramente y salir corriendo, dejándome libre; sin embargo, gracias al miedo que tenía, mis piernas no resistieron y caí al suelo, quedando sentado medio sollozando.

-¿Estás bien, Kageyama?-Escucha que me preguntaba la voz familiar.

Medio indeciso levante la cabeza, y vi frente a mí, agachado, al capitán de Nekoma, Kuroo Tetsurou.

-Sí, Kuroo-san-Le respondí, mi voz había salido un poco quebrada por el miedo que aun tenia.

Él me extendió la mano para ayudarme a levantarme, un poco despacio, imagino que por el aspecto que yo debía tener; la tome decidido y me pare del suelo.
Fue entonces, cuando me di cuenta de que el olor a incendio venía de él.

-¿Seguro que te encuentras bien? ¿Te hicieron daño?-Me cuestiono.

-Estoy bien, solo algo asustado-Le conteste, y mi cuerpo tembló involuntariamente.

Muy despacio, él me atrajo hacia su cuerpo, y me apretó levemente, como si tuviera miedo de romperme, algo que no muchos suelen hacer, puesto que según dicen, tengo el carácter de un alfa.

-Tranquilo, todo está bien. No voy a dejar que nadie te haga daño, ¿de acuerdo?-Su voz, muy segura me pareció calmante, y asentí en su pecho, relajándome.

Nos quedamos en esa posición hasta que deje de temblar, y solo cuando él estuvo seguro, me soltó.

-¿Qué estás haciendo aquí?-Me pregunto.

-Me perdí-Le conteste, y él se rio.

-¿Es qué todos los setters se pierden cuando salen a correr?-Me cuestiono sonriendo y luego agrego-Yo estoy buscando a Kenma, se nos quedó en alguna parte y no lo notamos hasta que llegamos a la escuela con la que tenemos un partido de práctica.-

-¿Me podrías decir hacia dónde queda Karasuno para volver?-Le pregunte, no queriendo interferir más con su búsqueda, aunque tenía la leve sospecha de que si encontraba a Kenma, Hinata estaría con él.

-Te acompañare hasta Karasuno, quizá encuentré a Kenma allá con Chibi-chan. Además, no voy a dejar a un omega solo en plena tarde, es muy peligroso.-Me respondió, y yo asentí.

Usualmente, me hubiera negado a dejar que me acompañara, pero después de lo que había pasado me sentía más seguro con él y su olor tranquilizante a mi lado, aunque de todas formas, por una extraña razón, termine con una de mis manos aferrando, durante todo el camino, el borde de su remera.

Nuestra marcha fue calmada y en silencio, sin embargo, no incomoda, lo cual me alegraba, hasta que llegamos a mi escuela. Fuera de ella, se veía a todo mi equipo bastante preocupado, y por otra parte, un poco aislados, estaban Kenma y Hinata, hablando de quién sabe qué.

-¡Hey Karasuno!-Escuche a Kuroo-san decir, lo suficientemente fuerte para que todos se voltearan.

Nos acercamos a ellos, y solté al fin la remera de mi acompañante, mientras Daichi-san se nos acercaba.

-Kageyama, ¿estás bien?-Me pregunto, mirándome.
Yo asentí con la cabeza, no confiando lo suficiente en mi voz.

-Kuroo-Kenma lo llamo.

-Vine a buscarte-Escuche que le respondía. -Y de paso, traje un cuervo perdido.-

-Gracias por ayudarme, Kuroo-san-Me incline, él sonrió y yo me dirigí a mi equipo.

Podía sentir la mirada de Daichi-san y Kuroo-san sobre mi espalda, pero preferí no voltearme.

-Vamos Kenma, los demás se preocuparan si no llegamos de vuelta a la escuela-Le dijo Kuroo-san a su compañero.

Podía escuchar sus pasos alejarse, sin embargo, antes de que pudiera moverme, su voz llego hasta mí, aunque dirigida a mi capitán de equipo.

-Ah, por cierto, deberías cuidar mejor a los omegas de tu equipo, Daichi. Quién sabe lo que le hubiera pasado a Kageyama si yo no hubiera llegado a tiempo. -

Kuroo-san y Kenma desaparecieron de mi vista, luego de eso, y un torbellino de preguntas me envolvió; claramente las respondí, aunque solo logre preocupar a mis sempais omegas, y enojar a mis sempais alfas.

3 Historias de Kageyama OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora