DaiKage: Parte 3

4.5K 414 65
                                    

Narra Kageyama...

No tardamos mucho en llegar a mi departamento, rápidamente saque la llave y entre con Daichi-san pisándome los talones. 

-Gracias por traerme, Daichi-san. -Le dije, mientras agarraba mi bolso de sus manos.

-No hay problema. -Me respondió. - ¿Seguro vas a estar bien solo? Puedo quedarme si quieres. –

-Esta bien, voy a acostarme a dormir un rato, y con eso se me pasara el susto. -Le conteste intentado sonreír.

- ¿Por qué no dejas que me quede hasta que te duermas, entonces me voy tranquilo? -Me propuso, y yo estaba tan asustado que acepte.

Caminé con Daichi-san hasta mi cuarto, donde me puse un pijama, y me metí dentro de la cama, sin embargo, estaba tan inquieto que no podía cerrar los ojos, lo cual supongo que él noto, porque se sentó a mi lado y empezó a acariciar mi cabello. Eso me relajo y poco después me dormí.

Cuando desperté, la puerta de mi cuarto estaba cerrada, yo la abrí y escuche ruido proveniente de la cocina. Mirando la hora en mi teléfono noté que era mediodía, y baje para ver qué pasaba. Tal como esperaba, mi capitán no se había ido, y se encontraba en ese momento, cocinando.

-Daichi-san. -Lo llame, y él se dio vuelta sonriendo.

-Buenos días, ¿Te sientes mejor? - Me pregunto. -Espero no te importe, pero utilice algunas cosas para hacer el almuerzo. –

-Estoy bien, y no hay problema. -Le conteste, aun mirándolo.

-Prepare curry, ven a sentarte. -Me dijo, y yo me acerque a la mesa.

Daichi-san puso un plato con curry frente a mí, y ambos empezamos a comer en silencio. Cuando terminamos, yo levanté los platos, y me puse a limpiar, mientras él se quedaba sentado en la mesa.

-Gracias por preparar el almuerzo. -Agradecí, mientras lavaba los platos.

-No es nada. -Me respondió. -Kags, ¿dónde están tus padres? –

-Ellos no viven conmigo, tienen una casa en Tokio. -Le conteste sin mirarlo.

- ¿Entonces vives solo? -Me cuestiono, y yo asentí. - ¿Qué eso no es un poco peligroso considerando que eres un omega? –

-Supongo que sí, pero puedo cuidarme bien solo la mayor parte del tiempo. -Respondí, yo podía cuidar muy bien de mí mismo.

-Aun así, es peligroso que vayas solo a casa de noche, todos los días. Me preocupa. -Me replico él.

-No tienes que preocuparte, Hinata me acompaña hasta acá todos los días. -Intenté calmarlo, pero en cambio, recibí una mirada rara, como de preocupación y enojo al mismo tiempo.

-Creo que me sentiré más seguro si soy yo quien te acompaña a casa todos los días en lugar de Hinata. Al menos así sabré que llegas a salvo. -Me dijo, y yo asentí. 

La compañía de Daichi-san seria mucho más agradable que los gritos efusivos de Hinata en el camino.

Después de eso, termine de lavar los trastos, y Daichi-san se despidió de mí y se fue.

El resto de ese día se pasó rápido y el día siguiente tranquilo, sin embargo, el lunes todo fue diferente. Primero, ni bien salía de casa me encontré a Daichi-san esperándome. Después, durante el almuerzo, vino a buscarme para que comiéramos juntos. Y, por último y peor, durante todo el entrenamiento, él estuvo acaparándome. Cada vez que Tanaka, Asahi o Hinata intentaban acercarse a mí, Daichi-san les gruñía y me llevaba lejos. Con los únicos que me dejaba entrenar, eran Enoshita, Nishinoya y Yamaguchi, los cuales eran las betas y omega del equipo.

-Oí, Kags, ¿Por qué Daichi-san te esta alejando del resto del equipo? -Me pregunto Yamaguchi, cuando el capitán se alejó.

-No tengo idea. -Le respondí, y él me miro preocupado.

-Un poco más, y podría jurar que esta intentando mostrar que eres suyo. -Me comento, y yo me quede mirándolo.

- ¿A qué te refieres? -Le cuestione, y Yamaguchi me miro nervioso.

-Cuando un alfa no quiere que toquen a su omega, tiende a gruñir a los demás alfas y a alejarlos, además de que nunca se aleja demasiado de su omega y suele mimarlo y consentirlo. -Me explico mi compañero, y yo me quede pensando.

No tenia mucho sentido, Daichi-san y yo no éramos nada, no tenía ninguna razón para alejarme de los otros alfas del equipo. Además,  no me consentía ni mimaba, así que la explicación de Yamaguchi no tenía fundamentos en realidad. 

Tratando de no pensar más en eso me concentré en el entrenamiento, sin embargo, en el camino a casa, las preguntas volvieron a mi mente y decidí expresarlas.

-Daichi-san. -Lo llame, y él me miro, venia caminando a mi lado. - ¿Por qué no me dejaste jugar con los otros alfas del equipo hoy? –

-Quería que practicaras con los betas hoy, nada más. -Me contesto y se encogió de hombros.

-Oh, entiendo. -Asentí y él sonrió.

- ¿Quieres que pasemos por bollos de carne, antes de ir a casa? -Me pregunto y yo asentí entusiasmado.

Por ese día deje las dudas atrás, sin embargo, durante toda la semana, esos sucesos se repitieron. Daichi venia a buscarme para ir a la escuela, almorzaba conmigo, y en el entrenamiento me acaparaba para él y los betas y omega nomas, además de acompañarme a casa después de la práctica y comprarme siempre, alguna cosa para cenar, como bollos de carne y otros comestibles.

Yo no entiendo que está sucediendo, pero con un partido contra Aoba Josai a un par de días, prefiero guardarme mis dudas y seguirle la corriente a mi capitán, después de todo, ¿Qué podría pasar?

3 Historias de Kageyama OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora