San: Murmullos

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Si Luna pensó que su domingo iría a tranquilizarse tras la visita a Lucy, se equivocaba rotundamente. No había siquiera salido del baño cuando quedó cara a cara con sus hermanas mayores Leni y Lori, quienes se preparaban para una salida dominical. La mayor entabló una breve conversación entre las muchachas, diciendo:

—Te tardaste tu tiempo...

Leni exclamó inmediatamente:

—¡Estamos atrasadas para ir al centro comercial! Como que cerrar la puerta fue un acto totalmente egoísta, Luna.

Los "gallitos" que dejaba escapar la chica de antiparras evidenciaron su exasperación.

—Ha estado así desde que terminamos de desayunar. ¿Por qué te encerraste en el baño?

—Pues... debía usar el retrete primero...

Lori dio un paso al frente, hundiendo su cabeza dentro del dintel de la puerta, olisqueando la neblina que escapaba lentamente al pasillo, diluyéndose por el amplio espacio que llevaba a las escaleras y al primer piso de la casa.

—No parece que hayas usado el baño recién, Luna...

—¡Sí lo usé...! Solo que... antes de entrar a la ducha...

A pesar de la mentira blanca que acababa de decir -agradeciendo nuevamente la inexistencia de las cámaras de Lisa que obligaban a ser honestos-, Lori solo levantó una ceja, aligerando su severidad.

—Bueno, bueno. De todas formas, debemos apresurarnos. Leni tiene que ir a su trabajo en quince minutos y yo debo aprovechar aquellas horas en el probador. Leni, ¿crees que puedas darme más de cuatro vestidos para probarme en esta ocasión mientras estoy en los vestuarios?

—¡Totalmente! Pero primero debo diseñar tarjetas que digan que estás llevándote más de cuatro vestidos...

—No ahora. Debemos llegar a tu trabajo ya.

Agarrándola de una mano, Lori arrastró a Leni al baño, golpeando con la puerta cerrándose a Luna hacia afuera. Sin más que hacer y solo cubierta con su bata de baño, Luna fue a su cuarto para vestirse y así desayunar. La lejana voz de Luan le advirtió:

—¡Luna! ¿Estás prisionera de Godzilla? ¡Si te tardas otro minuto más, perderás tu rosquilla! ¿Entiendes? ¡Pero en serio, apúrate! ¡Debemos ayudar a papá con el almuerzo!

Acto seguido, se encerró en la habitación para que nadie la molestase mientras se vestía.

Habiendo abierto el cajón donde guardaba su ropa interior con la de Luan, notó los detalles de la lencería de su hermana menor.

"¿Por qué Luan elegiría bragas tan elaboradas?", se preguntó mientras tomaba unos calzones amarillos con encajes, bordados y... ¿horadados en la zona púbica?

Otro pensamiento asaltó su rutina; "¿Mamá tendrá de estos mismos...? ¿O serán de otro tipo...? ¡No! Basta. No debo pensar en esto."

Habiendo arrojado las bragas a la pila de ropa sucia, procedió a vestirse.

---

—Gracias por pagar tus honorarios con helado, Luna. Ahora, tu sueño... ¿Qué es lo que te preocupa realmente? Para haberme comprado una caja entera de helado con sabor a regaliz negro, debe ser algo sumamente crítico...

—Lo sé, hermana. Pero no sé cómo explicarte esto completamente. Es demasiado... Incluso para ti.

—Pruébame.

A la luz de unas velas, Lucy apuñalaba con su cucharilla de té el descubierto pote de helado en el ático. Luna, por otra parte, se acurrucaba con sus piernas, sentada en el suelo de madera. Se revolcó por el piso unos momentos, dio la espalda a su hermana menor y finalmente, desde un débil murmullo, respondió:

Entrevistas con Rita LoudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora