Al escuchar la puerta principal abrirse para después darle paso a múltiples voces, me puse nerviosa, la hora de la verdad había llegado y Max no estaba presente. ¿¡Donde diablos se había metido Max cuando lo necesitaba!?
Baje las escaleras un poco lento, mientras me armaba de valor. Al llegar a la planta baja vi a Ana entrar por la puesta, ella sonrió al mirarme y dijo:
-¡Por fin te apareces!... ¿puedes ayudar a los chicos con las cosas del mandado? Fuimos al pueblo y compramos varias cosas.- dijo sin parar de sonreír y de inmediato se fue a la cocina con un par de bolsas cargando.
Estaba totalmente confundida, pero aun así decidí seguir las órdenes de Ana. Salí de la cabaña, Erick paso a un lado de mí y me dedico una pequeña sonrisa se detuvo y me miro a los ojos.
-Grita si necesitas algo, ok, lo que sea. Estaré al pendiente. ¡Vamos chicos deprisa!.- inmediatamente después de eso Sofía y Sam caminaron detrás de Erick con la cabeza agachada. Lo único que pudo hacer Sam fue articular con los labios la palabra "suerte".
Instintivamente camine hacia la camioneta de Erick que estaba estacionada a unos diez metros de la entrada a la cabaña y vi que la puerta del copiloto se abría y de ella bajaba Caleb.
Caleb se acercó a mí lentamente, parecía perdido. Se detuvo a unos dos metros de mí mientras que yo yacía en el mismo lugar, petrificada. Algo dentro de mi quería salir corriendo hacia la cabaña y cerrar la puerta de inmediato, pero otra parte, la que gano, quería quedarse a ver lo que tenía que decir, por algo estaba aquí y el morbo de saber el por qué me gano.
-Hola preciosa.- dijo mientras jugueteaba con algo que traía entre sus manos. Cuando vio que no dije nada empezó a ponerse nervioso. No dejaba de moverse y eso me estaba sacando de quicio.
-¿Qué haces aquí?.- dije molesta
-Creo que necesitamos hablar.
-Por qué todo el mundo quiere hablar ahora.- Eso fue lo único que fui capaz de decir. Parecía que todos querían hablar, menos yo. Dentro de mí sentía como mi enojo iba creciendo con rapidez.
-Yo solo hablo por mí, los demás tendrán sus propios motivos, pero yo solo quiero explicarte algunas cosas.- Al principio pareció confundirse, pero después solo me miro a mi con ojos de súplica.
-¡Explicar! ¿Estás hablando en serio?...eres increíble.- dije esto mientras daba la vuelta y caminaba hacia la cabaña.
-¡Espera!... Solo te pido que me des unos minutos de tu tiempo y después me iré, lo prometo. – dijo eso enfrente de mí, pues había corrido y se había adelantado a mí. Era bueno corriendo, siempre lo había sido. No me toco, sabia lo furiosa que eso me pondría así que solo impidió mi transición. Ese hombre me conocía tan bien.
-¿Qué pasa si no quiero?- dije tratando de no mirarlo a los ojos, odiaba hacer contacto visual ya que era una persona muy fácil de persuadir. Odiaba eso.
-Solo hazlo por los viejos tiempos, por favor. No me tomara más que cinco minutos y diez respondiendo algunas dudas, de tu parte claro está, pues las responderé todas.
-¿Después de eso diez minutos te iras?.
-Sino te convenzo en ese tiempo me iré y no t volveré a molestar, lo prometo.- dijo esto alzando la mano derecha.
-¡¿Convencerme de que, disculpa?!
-Ya veremos.- su sonrisa cada vez era más grande, estaba ganando confianza, no sabía si eso era bueno o malo.
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Sentimientos bajo el agua
RomanceYulisa regresa a su antiguo pueblo, pues intenta rescatar a su antigua yo. Tras haber cancelado su boda, después de una supuesta infidelidad por parte de su novio, ella decide asistir a su reencuentro de preparatoria con el fin de poder rescatar alg...