ENTRE DOS MUNDOS

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Max me soltó y se puso a un lado de mí, me miro esperando alguna respuesta de mi parte. Me levante de la cama y camine hacia la puerta.

-¿Quién?- dije algo nerviosa mientras miraba a Max

-Soy yo hermosa- dijo Caleb. Max se puso de mil colores.- Solo abre la puerta por favor.- Max negó con la cabeza, pero como siempre no le hice caso. Abrí un poco la puerta, solo lo suficiente para asomar mi cabeza.

-¿Qué es lo que quieres? Estaba a punto de dormir.- dije mientras bostezaba dramáticamente.

-Solo quería desearte las buenas noches. – empezó a frotarse exageradamente los brazos descubiertos.

-¿Te sucede algo?

-Descuida amor, es solo el frio. ¿No te gustaría darme algo de calor?.- creo que mi respuesta fue lo bastante clara en mi rostro pues de inmediato añadió.- Solo es una broma, quería romper el hielo entre nosotros. Odio que estemos así. Parecemos dos desconocidos. Hace un par de semanas éramos una pareja en toda la extensión de la palabra y ahora ni siquiera puedo tomarte la mano. ¡Por dios, nos íbamos a casar!

Su frustración la pude sentir en lo más profundo de mí. Se dolía saber que él estaba sufriendo, sin embargo no era capaz de calmar su dolor. No estaba dispuesta a olvidarlo todo y seguir en donde lo habíamos dejado, ahora no quería casarme y menos con él, o eso era lo que trataba de decirme una y otra vez, pero mi subconsciente trataba de traicionarme al hacerme sentir un sentimiento que había creído muerto o inexistente.

-Yo....- no pude decir nada pues sentí como Max intento cerrar la puerta desde atrás, Caleb no era capaz de verlo, así que supuso que era yo la que intento cerrar la puerta. Caleb la detuvo en el acto e intento intentó abrirla de nuevo. Pero Max se lo impidió, si el acto se hubiera llevado en otras circunstancias me hubiera reído incansablemente, pero en esta ocasión estaba muerta del pánico.

-¿Puedes parar por un momento?, por favor.- Dijo Caleb totalmente irritado

-¿Qué te parece si hablamos mañana?, muero de sueño.- tenía que deshacerme de Caleb o esto terminaría muy mal.

Ninguno de los dos cedió, así que el forcejeo siguió, pero esta vez no fue tan fuerte. Sin embargo.

-Hare lo que tú quieras, creo que no estoy en posición de hacer algo diferente.- Al decir estas palabras soltó la puerta, como la fuerza que había empleado Max ya no era la misma no paso ningún accidente, pues yo evite que se cerrara de golpe. Caleb no presencio esto, pues él ya había dado la vuelta y se apresuró hacia las escaleras. Me dolió verlo irse así, pero mis pensamientos cambiaron de rumbo cuando Max fue capaz de cerrar la puerta, pues yo ya me había quitado de en medio.

Se cruzó de brazos delante de la puerta y me miro totalmente iracundo. Yo simplemente le di la espalda y me metí al baño. Necesitaba respirar. Se suponía que había venido hasta aquí por un poco de paz, y aquí estaba yo, con más problemas que antes.

Al salir de la habitación vi a Max acostado en la cama, poca arriba y con los brazos cruzados. Parecía que aún estaba molesto, pero sus facciones se habían relajado un poco. Esperaba que eso fuera una buena señal.

-Hola.- dije mientras me acostaba al lado de él. Me tape con la sabana, pero esta vez me gire para quedar de cara a él.

-Hola.- dijo sin mirarme, solo veía el techo. Estaba inverso en sus pensamientos.

Odie el silencio que se instaló entre los dos. El hecho de que Max no digiera nada me molestaba y me asustaba más que si el me cuestionara o me exigía saber algo en particular. Así me mi voz salió sin pensarlo, creo que se trataba del mero instinto de supervivencia.

-¡Di algo por favor! Pareces que estas molesto, pero no sé ni porque, pues no he hecho nada malo, lo juro. Caleb solo trata de arreglar algo que está roto, pero no importa que haga, esto no se arreglara tan fácil.- Cuando dije la última frase el volvió y me miro incrédulo.

-¿No estarás hablando en serio verdad?- se sentó y de inmediato se giró completamente hacia mí, esperando una respuesta. – Por Dios Yulisa, me estas sacando de mis casillas.- En verdad estaba molesto, pues solo en esos casos era cuando me llamaba por mi nombre completo. Cada vez alzaba más la voz así que necesitaba calmarlo antes de que empezara a gritar y todos nos descubrieran.

-¿Ahora que dije? Y por favor baja la voz, estas empezando a gritar.- en verdad no me había percatado de lo que había dicho. Las palabras salieron tan rápido de mi boca que no me detuve a analizarlas.

-¿En verdad creer que el idiota pueda arreglarlo? ¿Aun quieres casarte con él? Di la verdad por favor. – en verdad intento controlar su tono de voz, pero parecía que le costaba demasiado hacerlo.

-Claro que no, y no. – ¿Qué diablos había dicho por Dios?

- Pues es lo que acabas de decir. ¿A qué ha venido?

-Primero que nada, no sé ni lo que dije. Odio cuando no dices nada, así que las palabras me salieron sin pensar. Por otra parte, él ha venido a aclarar algunas cosas.

-Para la otra piensa mejor las cosas, ¿te parece?...y ¿aclarar qué?- parecía que estaba a punto de perder la paciencia. Me apresure a explicarle todo, aunque sabía que esto lo molestaría más, podía lidiar con un Max molesto, pero no con uno impaciente.

-Primero que nada respira, que creo que te estas poniendo algo morado.- Cuando estuve segura de que lo hizo proseguí a hablar. – Perfecto... Se enteró de que Camila había alterado los hechos para hacerme creer que ellos dos tenían algo a mis espaldas. Cuando todo salió a la luz decidió venir a aclarar las cosas. Pues, yo decidí huir cuando descubrí la infidelidad, una infidelidad que nunca paso. Ni siquiera cancele la bosa, solo hui de todo, en verdad estaba enfadada.

Se quedó en silencio por un par de minutos, parecía que estaba analizando cada palabra que había dicho y yo respetaba eso.

-El asunto aquí es saber qué es lo que piensas tú. A lo que acabo de escuchar, parece qué él quiere arreglar las cosas, parece que el si se quiere casar. Creo que será mejor que pienses las cosas antes de tomar cualquier decisión. Yo estoy dispuesto a sacar a la luz lo que tenemos, pero necesito que tú te decidas de una vez.- Se levantó de la cama y empezó a levantar su ropa del suelo. Después camino hacia mí y deposito en mi frente un tierno beso.- Buenas noches, descansa, piensa las cosas y mañana hablamos.

Salió de la habitación sin esperar que yo le dijera nada. Me acomode en la cama y cerré los ojos esperando que el sueño me aclarara las cosas.

Sentimientos bajo el aguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora