FANTASMAS DEL PASADO (presente)

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Baje a la sala con el fin de distraerme, pues después de ver las fotosde Caleb (mi ex prometido) en diferentes redes sociales, muy feliz de la vida, me dolió más de lo que esperaba. Le había dado a ese hombre más de lo que se merecía. Dentro de mí sabía perfectamente que no lo amaba, pero si lo quería sentía un gran cariño por él. Caleb había sido mi salvavidas muchas veces, y ver que no le importaba ni le afectaba en nada nuestro rompimiento y la cancelación de la boda, eso calaba hasta los huesos.

Con todo esto en mente entre decidí que era mejor ir directamente a la calle, a respirar aire fresco, y esperaba que con eso mi cabeza se despejara un poco. Me senté en las escaleras de la entrada un rato, pero al no poder pensar en otra cosa, camine hacia el bosque.

Había un lugar en las afueras que no estaba lejos de la cabaña de los Fuenmayor, se encontraba a unos 10 minutos caminando, que era la única forma de llegar a él. El lugar estaba llego de piedras enormes y un pequeño estanque en medio, la vegetación era hermosa, y algunos animales se acercaban al agua a refrescarse, así que el lugar era un paraíso, era hermoso.

Me senté en la piedra que estaba más cerca del estanque y me quite los zapatos, esperando sentir el fresco pasto en mis pies. Era refrescante. Después decidí recostarme a un lado de la piedra disfrutando de lo rico que estaba el clima.

Se supe en que momento me quede dormido, pero abrí los ojos y en seguida me sentí como nueva. Una sonrisa apareció en mi rostro y decidí que ya no me dejaría atormentar por mis relaciones pasadas, sino solo vería hacia el futuro.

-Amo verte despertar, había olvidado lo placentero que podía llegar a ser.- dijo una voz, que reconocí al instante así que gire la cabeza buscando al dueño de la misma. Max estaba sentado en una piedra a unos tres metros de mí.

-¿Qué diablos haces aquí?- le dije mientras me sentaba y me desasía de las telarañas del sueño.

-Es lugar público ¿qué no?- respondió muy quitado de la pena sonriendo descaradamente.

-Sabes a lo que me refiero.- dije esto mientras me ponía mis tenis e intentaba huir del lugar. No era nada bueno que los dos nos estuviéramos en un lugar solos.

-Que yo recuerde este lugar es de los dos y no solo tuyo, así que no necesito de tu permiso para estar aquí.- después de decir eso se paró y de inmediato empezó a caminar hacia mí. Me empecé a llenar de pánico así que tome mi tenis izquierdo, el único que faltaba ponerme y comencé a caminar, me importo muy poco caminar con un pie descalzo. Me domo de la mano y trate de no hacer contacto visual, no voltee a verlo.

-¿A dónde diablos crees que vas?.- cuanto su pregunta no tuvo ninguna respuesta empezó a subir la voz.- Mírame, mírame con un demonio.- en verdad estaba enojado

-Solo suéltame y deja de maldecir. Tengo que irme.- por un momento sentí que estaba viviendo en un deja vu. La última vez que habíamos estado a solas en la ciudad fue algo más o menos así.

-No lo volveré a ser, ¡ahora mírame!- cuando no voltee él se estiro y tomo mi otro brazo, al estar frente a él baje la cabeza lo más que pude para no mirarlo.- ¡por el amor de Dios, solo mírame!- estaba demasiado molesto, pero algo en su tono de voz me dijo que estaba herido y desesperado.

-No puedo.- deje de forcejear y me rendí. El soltó uno de mis brazos y de inmediato puso su mano libre en mi barbilla para poder levantar mi cabeza. Al hacer contacto visual pude ver en sus ojos la vulnerabilidad que ellos. Algo dentro de mí se rompió.

Sentimientos bajo el aguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora