Capítulo 3

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Creo que nunca había estado tan nerviosa como en este momento, llevaba mordiéndome las uñas desde que había subido al coche de Andrew, y si seguía así me quedaría sin ellas en pocos minutos. Andrew me había hecho demasiadas preguntas y yo no había podido contestar a ninguna, ¿qué debía decirle? ¿Qué pensaba ir en busca de un chico que llevaba siguiéndome durante todo el día?

—En serio Hazel, ¿Por qué quieres que te lleve allí?– Volvió a preguntar, su voz estaba cargada de curiosidad, esta vez suspiré derrotada.

—La última vez conocí a un chico allí, y se le cayó algo, quiero devolvérselo.–No era del todo mentira, pero no era la razón principal, quería saber cómo se había metido tanto en mi cabeza. Estaba segura de que lo había visto, no eran simples alucinaciones.

Miré de reojo a Andrew, este me miraba como si me hubiese vuelto loca.—¿Por un chico? ¿Cómo era el chico? Este no es un buen barrio.

Meneé la cabeza.—No te preocupes no tenía pinta de ser peligroso.–Mentira, una completa mentira, todo él gritaba peligro, pero debía arriesgarme, no podía seguir así.

—¿Y qué se supone que se le cayó?–Sabía que probablemente no me creía y quería saber qué estaba ocultando pero sin esperar más saqué la cadena del bolsillo de mi chaqueta y se la mostré.

—Tiene una inscripción, creo que es latín, ¿sabes qué dice?–Pregunté dándosela cuando estábamos esperando en un semáforo.

Él la analizó y se quedó unos segundos mirando las letras en cursiva grabadas en la chapa. —"Hijo de Dios, protector de los cielos"

Fruncí el ceño, ¿qué se supone que significaba eso?

—Esto es muy raro, ¿y si pertenece a una secta o algo así?–Andrew frunció el ceño mientras me devolvía la placa, yo solté una risa nerviosa, porque más bien diría que podía pertenecer a alguna clase de mafia.

—No sé, pero es importante que se la devuelva.–Repetí, la escena del baño volvió a ponerme los pelos de punta.

"Tienes algo que me pertenece."

Su voz no había sonado enfadada pero desde luego tampoco amistosa, era una advertencia, un recordatorio, ¿y si no paraba hasta recuperar el colgante? No quería volver a pasar un día como el de hoy, sintiendo inseguridad, la sensación de unos ojos mirándome allá donde vaya, el ver a Luke por todas partes.
Si quería desquiciarme lo había conseguido.

No sabía cuánto tiempo llevaba perdida en mis pensamientos pero lo siguiente que vi a través de la ventanilla del coche fue el callejón de ayer, habíamos llegado.

—No parece haber nadie.–Comentó Andrew asomándose para ver por el cristal, y era cierto, el callejón estaba desierto.—Deberíamos irnos.

Haciendo caso omiso a sus palabras abrí la puerta y salí del coche, no tardé en escuchar la voz del moreno llamándome.

—¿Qué se supone que estás haciendo? Entra.—Su voz sonaba preocupada y quizás algo asustada también.

Iba a abrir la boca para contestarle cuando me percaté de algo que me hizo fruncir el ceño. A la izquierda del callejón, a unos cuantos pasos de distancia, había una puerta, y encima de esta un cartel de neón rojo en el que se podía leer perfectamente Heaven.
No era la primera vez que pasaba por esta calle, y podía asegurar que nunca había visto ese club.
La idea de que lo acabaran de abrir se me pasó por la cabeza, pero nunca había visto siquiera la puerta, simplemente recordaba que allí había una pared de ladrillos. Mis ojos subieron para observar el edificio, estaba en pésimas condiciones, fácilmente podría ser calificado como en ruinas.

Lucifer; lrhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora